Desde hace 18 años Peter Roscoe hace negocios en los mercados financieros.
Pero en los últimos ocho, sus operaciones en la bolsa de valores se han transformado en una actividad complementaria a su trabajo de tiempo completo como director de un campo de tiro en Budapest, Hungría.
Su experiencia financiera la comparte en un canal de YouTube, donde habla de sus ganancias y pérdidas.
En los últimos años, Roscoe ha visto cómo han aumentado las aplicaciones en línea que ofrecen nuevas herramientas financieras para la gente común.
Herramientas que permiten, entre otras cosas, la “venta en corto”, un tipo de negocio bursátil que solía ser utilizado exclusivamente por los más expertos, pero que ahora también lo han comenzado a usar inversores novatos.
Con los riesgos que conlleva.
La venta en corto, o short selling, es un proceso de inversión complejo: consiste en la compra de una acción con la expectativa de que baje su precio.
Al contrario de las operaciones bursátiles tradicionales, vender en corto es apostar por la caída de un activo.
Funciona de la siguiente manera: tomas prestadas acciones de un corredor de bolsa e inmediatamente las vendes con el deseo y a la espera de que baje su valor.
Si bajan, las vuelves a comprar más baratas y se las devuelves al corredor de bolsa que te las había prestado, ganando dinero al quedarte con la diferencia.
Por ejemplo, tomas prestadas 10 acciones de una empresa y las vendes a US$10 cada una, generando US$100.
Apuestas a que el precio baja y si cae, por ejemplo, a US$5 por acción, puedes usar tus $100 para recomprar las 10 acciones por solo $50 y luego se las devuelves al corredor.
Al final, ganaste $50 en la venta corta (menos las comisiones, cargos e intereses del préstamo inicial de acciones).
Eso suena bastante simple, pero las acciones de venta corta son operaciones de alto riesgo que pueden llevarte a la ruina.
Se dice que la venta corta es como jugar con fuego.
Los que habitualmente hacían ventas cortas eran inversores institucionales como los bancos o los grandes fondos que gestionan riqueza, es decir, los peces gordos.
En la jerga bursátil se refieren a ellos cuando se habla del "dinero inteligente".
Y se usa la expresión "dinero tonto" para referirse a los inversores individuales, conocidos como minoristas, que mueven pocas cantidades de fondos en los mercados internacionales.
Algunos describen a un inversor minorista en inglés como si la persona en sí misma fuese "dinero tonto" (dumb money), en vez de tener dinero tonto o hacer operaciones insensatas.
Incluso hay una película llamada Dumb Money que sigue la saga de ventas en corto de acciones de la empresa GameStop.
Más allá de las diferencias entre el español y el inglés para hablar de dinero tonto, lo cierto es que las ventas en corto son operaciones especulativas de alto riesgo que te pueden dejar en pocas horas en la ruina si no sabes cómo y cuánto arriesgar.
Los defensores de las ventas en corto dicen que no solo son una buena forma de inversión, sino que también pueden desempeñar un papel importante en los mercados, al ayudar a encontrar el “verdadero” valor de un activo y, en ocasiones, erradicar comportamientos fraudulentos cuando los precios están inflados.
Pero para la gente común, es una forma especulativa para tratar de hacer dinero fácil, tal como cuando alguien prueba suerte a un casino.
La diferencia es que con la aparición de las plataformas comerciales en línea, los inversores aficionados ahora también pueden hacerlo en cuestión de segundos.
Este tipo de operaciones no son algo que Roscoe le recomiende a todos.
"Recibo mensajes todo el tiempo. 'Oye, quiero probar esto del comercio en corto'”.
“Y siempre digo, 'mira, ¿tienes trabajo? No lo hagas'".
"A menos que puedas dedicar cuatro o cinco horas al día, de lunes a viernes, y observar el mercado, simplemente observar cómo estas acciones suben y bajan durante seis meses, no tendrás ninguna posibilidad. Y, por cierto, después de eso, es muy probable que aun así fracases”, advierte Roscoe.
A pesar de estas advertencias, muchos se han lanzado a las ventas en corto.
"El aumento ha sido fenomenal", dice Dan Moczulski, director general de la empresa eToro en Reino Unido, cuyas ventas en corto han aumentado sustancialmente en su plataforma en los últimos tres años.
Dice que la pandemia de covid jugó un papel clave. "Muchas personas trabajaban desde casa, lo que les permitió buscar diferentes formas de ganar dinero".
También cree que la cultura en torno al dinero ha cambiado desde la pandemia.
"La gente no hablaba de sus finanzas, tal vez solo se hablaba de los precios de la vivienda en una cena. Ahora la gente está muy feliz de compartir su propia cartera de acciones, está feliz de compartir sus ganancias y sus pérdidas. Es algo que simplemente no ocurría hace cinco años".
Las redes sociales ahora están llenas de “vendedores en corto” y comerciantes aficionados que gritan a los cuatro vientos qué acciones creen que están destinadas a caer.
Si hay un tipo de operador financiero que ha ganado prominencia es el vendedor en corto activista: un operador de bolsa que no sólo apuesta por la caída de una acción, sino que además publica información para hacerla caer, utilizando titulares de gran impacto.
Uno de los casos más destacados es el de Carson Block de la firma Muddy Waters.
Muchas veces, empresas como la suya acusan a otras de ser deshonestas con la información que proveen sobre su negocio, apostando a que sus acciones caerán cuando las dejen al descubierto.
Block dice que su estrategia es advertir cuando detectan malas prácticas y denunciar cuando se ha engañado a los inversores.
"Esto es lo que realmente está sucediendo. Y es por eso que vendemos en corto”, agrega.
“Entonces, desde esa perspectiva, como vendedores en corto activistas, somos proveedores de transparencia para el mercado”.
Los vendedores en corto activistas causan divisiones. Al hablar mal de las empresas, algunos las acusan de distorsionar el mercado.
Peter Roscoe dice que es agotador y que los resultados no son seguros.
"Si analizáramos mis primeras 100 ventas en corto, probablemente diría que gané el 30% y perdí el 70%. Te equivocarás muchas veces".
En la actualidad, para un operador experimentado como Roscoe, las ventas en corto sólo representan el 5% de lo que hace.
A veces la experiencia te enseña que es mejor especular con una parte pequeña del patrimonio cuando el riesgo es demasiado alto.
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