Recientemente, el entusiasmo del mercado sobre los beneficios de la Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en preocupación de que las empresas que invierten mucho en ella puedan no ver los resultados tan rápidamente. El gasto de capital de las principales compañías tecnológicas que se benefician del desarrollo de IA ha aumentado en los últimos años, a medida que compiten por liderar el proceso.
La inversión actual ha incrementado los ingresos y generado retornos, según los últimos datos. Sin embargo, estudios recientes cuestionan si los ingresos de IA justificarán esta inversión a largo plazo. Los inversionistas deben evaluar si las empresas están utilizando su capital de manera efectiva, mientras que el impacto general de la IA debe analizarse en función de los ingresos potenciales en diversos sectores. La inversión en IA se compara con innovaciones tecnológicas anteriores, como la computación en la nube.
Sin embargo, el mercado puede no ver esta inversión como la mejor opción. Existe una desconexión entre la visión a corto plazo de algunos inversionistas y la perspectiva a largo plazo de los proveedores de tecnología ligados a la IA. Aunque esta divergencia causa nerviosismo en el mercado, la historia de los ciclos de innovación aconseja tener paciencia, ya que las inversiones en IA, como la construcción de centros de datos, pueden tardar años en generar frutos. A pesar de esto, algunas empresas tecnológicas ya reportan aumentos de ingresos gracias a productos relacionados con IA.
Existe margen para que la inversión en IA impulse alguna de las olas de transformación impulsadas por fuerzas estructurales y que dan forma a los retornos. Por ejemplo, los recientes resultados del fabricante de chips Nvidia se duplicaron con respecto al año anterior, demostrando que la inversión en IA es considerable y continua. Además, destaca la ampliación del desarrollo de IA: más de la mitad de sus ingresos provinieron de sectores no tecnológicos.
Para definir hasta dónde mantener la paciencia es aconsejable seguir algunos indicadores como identificar señales de estancamiento del crecimiento de los ingresos en las principales empresas de IA. También es importante medir cambios en la adopción de la IA más allá del sector tecnológico, que aún se mantienen en niveles muy bajos actualmente. En tercer lugar, se debe observar cualquier desaceleración del crecimiento de EE. UU. que pueda impulsar a las empresas tecnológicas a frenar su inversión en IA.
Con todo, el debate de los inversionistas sobre el auge de la inversión en IA es razonable y necesario. Aún hay tiempo para que los resultados se empiecen a notar, justificando mantener la paciencia, pero hay que estar atento a señales de que esa paciencia se pueda comenzar a agotar.
AXEL CHRISTENSEN
Director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock..