Dentro de las medidas incluidas en la segunda reforma tributaria que presentó esta semana la administración Petro al Congreso de la República, hay un aumento impositivo que ha llamado mucho la atención. La llamada ‘ley de financiamiento’, con la que el Gobierno Nacional busca mitigar parcialmente el ‘hueco’ de $12 billones del Presupuesto General, incorpora elevar el IVA a los vehículos híbridos del actual 5% al 19%. En otras palabras, cuadruplicar la carga impositiva a este tipo de automotores.
La decisión ha generado sorpresa, ya que la masificación de los carros híbridos -y, con más fuerza, los 100% eléctricos- hacen parte crucial en los esfuerzos de descarbonización de la movilidad. Las actividades del transporte -en especial el urbano y de pasajeros- constituyen uno de los sectores productivos en los que las economías pueden reducir sus emisiones. No obstante, el Ministerio de Ambiente considera que los vehículos híbridos en el país generan beneficios ambientales más bien bajos.
Más allá de esa discusión, es contradictorio que un gobierno, cuya bandera es la lucha contra el cambio climático, reverse una herramienta de incentivo tributario a la compra de carros menos contaminantes. De acuerdo a cifras de Fenalco y Andi, hasta agosto, en Colombia la comercialización de vehículos eléctricos alcanzó las 3.842 unidades- un aumento del 81,1% con respecto al mismo período del año pasado -y los híbridos, las 24.296 unidades- 42,2% por encima en comparación con 2023.
Multiplicar por cuatro el IVA a los híbridos probablemente impacte negativamente la consolidación de este mercado y afecte la creciente familiarización que los consumidores colombianos están experimentando con esas nuevas tecnologías. En adición a los estímulos tributarios, el Gobierno debería impulsar un paquete integral de medidas de promoción a los carros híbridos y eléctricos que incorpore importaciones, comercialización y mejor infraestructura de carga. Al fin de cuentas, no se trata de una fotografía estática de una tecnología, sino de una transición a una movilidad más ‘verde’. Los mensajes confusos como este aumento de impuestos no contribuyen a esa transición.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
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