Casi una semana ha transcurrido desde las elecciones presidenciales de Venezuela y la crisis política y democrática en el vecino país continúa. Mientras las fuerzas opositoras del candidato Edmundo González- lideradas por María Corina Machado- han presentado actas que cubren el 80% del escrutinio y que confirman un cómodo margen de victoria, las autoridades electorales en control del gobierno bolivariano, sin revelar mayores documentos, han decretado la reelección del presidente, Nicolás Maduro.
Estos siete días han demostrado no solo el carácter autoritario del régimen chavista con el poder absoluto por 25 años, sino también la posición de todos los países latinoamericanos frente a los valores y principios democráticos. El gobierno de Maduro se ha radicalizado aún más que en la campaña previa a la jornada electoral: ha ordenado el arresto de los principales líderes opositores, reprimido las manifestaciones ciudadanas con un saldo de más de una veinte de fallecidos y centenares de detenidos, amenazado representaciones diplomáticas, entre otras acciones.
Las fuerzas de la oposición se prepararon para el momento electoral tanto en la movilización de los votantes como en la verificación de las actas electorales. Si bien han podido sustentar sólidamente las dudas sobre las cifras oficiales del régimen, hoy enfrentan en las calles y en sus casas la escalada radical del gobierno de Maduro ante los ojos atentos de la comunidad internacional. “Estoy escribiendo esto desde la clandestinidad”, expresó la dirigente opositora María Corina Machado en una columna publicada esta semana por el Wall Street Journal.
En el caso de Colombia, la postura del presidente de la República, Gustavo Petro, ha sido tibia, rayando en una alarmante tolerancia a esa radicalización inocultable del régimen venezolano. Petro ha sido un facilitador de la estrategia de Nicolás Maduro desde mucho antes de las elecciones del pasado domingo. Bajo la narrativa del protagonismo en la transición democrática del vecino país, el gobierno colombiano ha dejado que el régimen chavista se burle de lo acordado en Barbados, persiga a los opositores y ahora reprima a quienes quieren claridad en los resultados, la administración Petro ha escogido el lado de Nicolás Maduro en esta lucha de los venezolanos por su libertad.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
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