Mientras a nivel mundial se hace inminente el aumento en el calentamiento y, por lo tanto, la ocurrencia, con mayor frecuencia, del fenómeno climático de ‘El Niño’ –como lo indican expertos del Ideam, y los dos últimos ‘Niños’ vividos en Colombia: 2009-2010 y 2015-2016, pues después del racionamiento vivido en 1992-1993, el otro fenómeno en la historia del MEM se presentó en 1997–, el sector eléctrico colombiano evidencia unas instituciones débiles, debido, en parte, a los gobiernos populistas que cada vez son más frecuentes en América Latina, con todas las implicaciones negativas, que esto trae sobre la planeación, incluido dicho ramo. Esto implica que tenemos que acostumbrarnos a convivir con ‘El Niño’, no para estar realizando intervenciones en el mercado eléctrico cada vez que se presenta uno, como sucedió en los dos últimos, sino para anticiparnos y realizar los cambios y mejoras en el diseño del mercado.
Mencionaré solo seis deudas que tenemos con el sector eléctrico para mejorar su desempeño: I) disminuir el umbral para pertenecer al mercado no regulado, ya que desde el 2000 no se modifica el umbral (55 MWh Resolución Creg 131/1998); II) implementar contratos estandarizados, pues desde el 2005 Wolak realizó una propuesta para hacerlo en Colombia por medio del Mercado Organizado Regulado (MOR) y la fecha no se ha hecho; III) establecer mecanismos para que la demanda participe en la formación del precio, es decir, que sea activa como en el Reino Unido o California; IV) desde 2010 surgió la iniciativa Colombia Inteligente (redes inteligentes), pero a la fecha poco se ha avanzado; V) a pesar de que la Ley 1715 de 2014 considera el concepto de generación distribuida, aún no se ha implementado, mientras que Brasil lo hizo en el 2012, y VI) implementar mercados intradiarios para los servicios complementarios y abastecer la energía en tiempo real. ¿Por qué no se han puesto de acuerdo las empresas y las instituciones del sector para implementar estos aspectos tan necesarios en el sector?
En enero del 2016 se firmó el acuerdo de París COP. 21, el cual considera la mitigación de gases efecto invernadero a 2020, sin embargo, la Upme en su Plan de Expansión 2015-2029 determina que el 75 por ciento se hará con renovables, de los cuales la tercera parte se realizará con energías convencionales, y, por lo tanto, el porcentaje de carbón sigue siendo para nada despreciable en la matriz energética para garantizar la confiabilidad en el suministro de electricidad: No podemos olvidar que durante los dos últimos fenómenos de ‘El Niño’, 54 por ciento de la demanda total de electricidad fue abastecida por tecnología térmica, al mismo tiempo que las Obligaciones de Energía Firme (OEF) del cargo por confiabilidad entre el 2011 y el 2016 pasaron del 28 al 4 por ciento por medio del Gas Natural, dado el desabastecimiento de este combustible en el país, y simultáneamente, en el mismo periodo, los combustibles líquidos se incrementaron del 14 al 31 por ciento.
Si bien la capacidad de almacenamiento que tiene el mercado eléctrico en Colombia es baja, aproximadamente 25 por ciento, comparativamente con un 64 por ciento que tiene Noruega del Nord Pool, cada vez se hace más evidente la importancia que juega la generación de electricidad con energías no convencionales como la eólica, solar y biomasa, en la cuales tenemos ventajas comparativas en nuestro país, y sus precios ya empiezan a ser competitivos frente a otras fuentes de generación. Así lo muestra el informe de Bloomberg, New Energy Finance 2013 para Australia, el cual establece que el costo de la electricidad generada por energía eólica (U$D83/MWh) es más barata que la generada por Gas Natural (U$D120/MWh), o la de Carbón (U$D148/MWH), máxime cuando los desarrollos tecnológicos avanzan a gran escala y podemos obtener las baterías acumuladoras de energía, creadas por Tesla, en Silicon Valley.
Una de las alternativas que se propone para mejorar la eficiencia en los precios de la industria eléctrica en Colombia es migrar de un sistema de precios uninodal a uno de multinodales. En New Jersey -Pensilvania y Maryland (JPM), y en California estos precios multinodales funcionan bastante bien, debido a que esos mercados son cinco y tres veces más grandes que el de Colombia, respectivamente y, por lo tanto, en nuestro país tendría un efecto de baja liquidez, además de los resultados de política pública que esto traería respecto al otorgamiento de subsidios cruzados entre generadores. En cualquier caso, como lo recomienda el Manual de Buenas Prácticas Regulatorias de la Ocde, antes de implementarse deberían analizarse los efectos sobre el desempeño del sector.
John J. García
Director, Grupo de Estudios en Economía y Empresa, Eafit.
La realidad del sector eléctrico
Colombia propone migrar de un sistema de precios uninodal a uno de multinodales para mejorar la eficiencia en los precios de la industria eléctrica.
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