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José Leibovich

Elementos de política cafetera

La manifestación masiva de caficultores en el país puso sobre la mesa que una parte importante de la caficultura dejó de ser rentable.

José Leibovich
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José Leibovich

Calmados los ánimos tras el reciente paro de los productores de café, la política cafetera deberá ser repensada con cabeza fría y para el largo plazo.

Producto del precio internacional del grano, la tasa de cambio y el volumen de la cosecha, el ingreso monetario de los caficultores ha caído de manera importante. El precio internacional está actualmente en un nivel de US$1,60 la libra para el café colombiano, el cual no es particularmente bajo. Lo que ha tumbado el ingreso de los productores es una tasa de cambio revaluada, y sobre todo el desplome de la producción. La combinación de las tres variables puede haber reducido el ingreso cafetero en un 30 por ciento en el último año.

Sobre el precio internacional, es poco lo que Colombia puede hacer. Sus determinantes dependen de variables fundamentales como la demanda y la oferta, y la fuerte intervención de fondos especulativos en la bolsa de café. La era de los pactos de cuotas quedó atrás y es difícil que vuelva a restablecerse. Lo que es imperativo es que se profundice entre los cafeteros el uso de coberturas de precio para asegurarse unos meses antes sobre el precio al cual pueden vender su cosecha.

Con respecto a la tasa de cambio, ya se han debatido públicamente en el país las opciones para tratar de corregir este desequilibrio. La política monetaria norteamericana expansiva no ayuda; la fuerte inversión extranjera al país –que es bienvenida– no favorece, y tampoco el gasto público excesivo y la protección. El Banco de la República hace lo que puede sin caer en la irresponsabilidad.

Acerca de la caída de la producción cafetera se ha dicho mucho. Que la ola invernal es la culpable, que los planes de renovación redujeron la cosecha, pero que esta va a resurgir con fuerza en los próximos años.

Lo cierto es que la manifestación masiva de caficultores en el país puso sobre la mesa que una parte importante de la caficultra dejó de ser rentable. ¿Por qué? Múltiples factores pueden estar influyendo. Para la caficultura de mayor tamaño, el costo de la mano de obra contratada puede estar afectando. En varios municipios cafeteros, el costo de oportunidad para muchos de los trabajadores de emplearse en las faenas del café se ha subido. Las remesas que reciben del exterior las familias desde hace más de una década y las oportunidades de empleo en construcción o servicios informales refuerzan esta explicación.

La reaparición de la roya en el país explica parte de la caída en la productividad de los cafetales. Si Cenicafé invirtió muchos recursos por años para obtener variedades resistentes a la roya, no se explica fácilmente que esta esté causando esos estragos. Los planes de renovación debieron contemplar en su diseño y operación que no se debía renovar con variedades que no fueran resistentes a la roya.

Se debe trabajar intensamente en nuevos paquetes tecnológicos que permitan seguir produciendo un excelente café, pero a menor costo, posiblemente sustituyendo algo de mano de obra por capital. Se debe seguir profundizando en la producción de cafés especiales, pero también permitir producir otras variedades de café que el mercado mundial demanda, aunque su precio sea inferior, siempre y cuando sean rentables.

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