Los siglos XV y XVI en Europa Occidental, se caracterizaron por tener manifestaciones de consolidación territorial, descubrimientos e innovaciones en la medicina, la economía, la religión, la política, el arte y la arquitectura.
Uno de los momentos más relevantes en la situación popular del cristianismo fue la reforma que gestó Martin Lutero y que terminaría por consolidar uno de los cismas más importantes en la historia de la cristiandad. A su vez, la escolástica, concepto del pensamiento medieval entre la filosofía grecolatina y el cristianismo ortodoxo, permitió nuevos ideales laicos que marcaron las pautas para una transición feudalista a una economía popular, comercial, cooperativa, bancarizada y menos centralizada en la monarquía y en el clero.
Uno de los pensadores importantes de esta transición fue el teólogo y filósofo Inglés, Tomas Moro, que por medio de su obra ‘Utopía’ reflejaba un ideal humanista y soñado donde desde la perspectiva de un diálogo económico y político, la propiedad común y la privada se encontraban en escenarios ideales y justos.
Circunscritos en una designación popular o democracia social, un tanto diferente a la de nuestra época actual, esta literatura idílica, tiene lugar en una isla fantasiosa que contiene ínfulas de las noticias del ‘nuevo mundo’ descubierto por Cristóbal Colón con referencias a Platón en su obra La República.
Teóricos y pensadores como Aristóteles, Da Vinci, Bruno, Ktropotkin, Marx, Goethe, Bacon, Campoanella y Le Corbusier, hablaron de un mundo ideal en el que los seres humanos viviesen un estado perfecto, equilibrado y sin sesgos religiosos, políticos y económicos, pero a la luz del comportamiento antropológico de la humanidad, eso es imposible.
La corrupción ha estado intrínseca en el comportamiento humano desde antaño, así como el poder, la desigualdad, la pobreza y la violencia. Por eso, Tomas Moro, en su misma obra Utopía habla sobre los caminos vertientes a idealizar un entorno de vida que es imposible de llevar a cabo. Una Distopía por el contrario es una representación según la RAE donde todo lo negativo puede ocurrir. Desinformación, maldad, desequilibrio ecológico, emocional y social. Una Distopía, es una manera de disautonomía política, económica, social y antropológica donde todo lo deseado sale por un camino no deseado. Y es aquí donde cabe en la demagogia política popular, promesas económicas que serán imposibles de cumplir tal cual como suele suceder en muchísimos estados y naciones.
Fueron tantas las promesas idílicas sobre una economía soñada que la realidad de una operación gobernante promueve más una distopía económica que una promesa fácil de cumplir. ¡¡¡Ojalá no lleguemos a eso!!!
Luis Felipe Chávez Giraldo
Historiador