Lamentábamos en artículo anterior que, si bien es cierto que en el Plan de Desarrollo incluía a la ‘Transformación productiva, internacionalización y acción climática’ como una de los cinco ejes del mismo, sus propuestas sobre reindustrialización eran muy generales y no permitían precisar el alcance de las mismas. Este vacío lo lleno el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo con su Política de Reindustrialización para impulsar el desarrollo del país.
La viabilidad de estas políticas internas debe analizarse frente a las perspectivas del sector manufacturero mundial ya que este sector se enfrenta a importantes transformaciones que pueden redefinir la geografía de la producción industrial en los próximos años y tener efectos potencialmente importantes para Colombia. Tres de dichas transformaciones resultan especialmente pertinentes: Creciente introducción de tecnologías asociadas a la denominada Industria 4.0, las cada vez mayores tensiones geopolíticas mundiales y el imperativo de combatir el cambio climático.
Si bien aún no existen pruebas concluyentes del impacto de las tecnologías asociadas a la Industria 4.0 en el empleo manufacturero, algunas de ellas, como la robótica avanzada, la Internet de las cosas y la fabricación aditiva, tienden a disminuir la intensidad de mano de obra de los procesos industriales. Por ello, estas tecnologías reducen la importancia de los costos laborales como factor de competitividad y tienden a facilitar la relocalización de los procesos industriales hacia los países de altos ingresos y elevado desarrollo tecnológico. Por su parte, las tensiones geopolíticas -sumadas a las perturbaciones ocasionadas por la pandemia- están produciendo una reconfiguración geográfica de las cadenas globales de valor y hace que las multinacionales busquen reducir su exposición a las perturbaciones en el suministro y acercarse a sus principales mercados de consumo, como es el caso de Estados Unidos para Colombia. Por último, la urgencia de la lucha contra el cambio climático ha puesto de relieve la necesidad de reducir la huella de carbono de los flujos de transporte asociados a las cadenas globales de valor.
Finalmente, en América del Sur, el futuro del sector manufacturero exportador está ligado a la revitalización del comercio intrarregional. Para ello, se requiere generar un mercado amplio y estable, que combine una escala eficiente con la minimización de los costos de transacción asociados a la integración productiva transfronteriza. Exige iniciativas de integración que trasciendan los acuerdos existentes y avancen hacia la convergencia entre las distintas agrupaciones subregionales. La agenda de convergencia abarca temas importantes, como el uso estratégico de los sistemas nacionales de adquisiciones públicas, la armonización regulatoria y el establecimiento de acuerdos regionales de facilitación del comercio.
Manuel José Cárdenas
Consultor internacional