¿Cómo es posible que al vanagloriarnos de ser la cuarta economía de Latinoamérica, con perspectivas para ocupar el tercer lugar, caigamos en el Índice de Desarrollo Humano para llegar ahora al puesto 91? ¿Cómo es posible que al ser una economía con los mayores flujos de IED (US$16.000 mill en 2012), con buen manejo macroeconómico y un tamaño de mercado relativamente amplio, no podamos reflejar esos positivos aciertos en mejorar la calidad de vida de todos los colombianos?
Las tasas de crecimiento económico solo nos ofrecen información sobre los resultados en materia económica, las actividades productivas de los agentes y de los flujos de inversiones; crecer en el 2012 al 4%, soportado por sectores como el de servicios financieros y el de servicios sociales, comunales y personales, sugiere que el país está consolidando su sector servicios en detrimento de actividades como la industria, única rama que cayó.
El IDH, por otra parte, recoge los esfuerzos de los agentes para unificar los resultados económicos, como los que se pueden observar en los últimos datos del Dane, en resultados sociales. Un hecho interesante sucede al mirar con detenimiento los pilares que conforman este indicador. Mientras la esperanza de vida aumentó ligeramente, los factores de escolarización se mantuvieron igual, señalando los bajos niveles en inversión en educación a favor de un escenario de oportunidades para el cierre de la brecha socioeconómica existente. Finalmente, el factor de Ingreso Nacional Bruto también aumentó, a pesar de que la posición del país en el ránking de INB, pasó de la casilla 83 a la 85.
Si no hubo un descenso en los puntajes para cada pilar, ¿qué contribuyó entonces a que el país empeorara dentro de la clasificación? La respuesta obedece al mejor desempeño de las economías que están cercanas a Colombia en el grupo de Desarrollo Humano Alto. Economías en desarrollo que están mejorando en su desempeño socioeconómico y van por un camino de ascenso en cada uno de los pilares.
Colombia perdió puestos ante Armenia, Santa Lucía, Ecuador y Turquía, donde cabe destacar los resultados del país vecino, el cual cuenta con mayor esperanza de vida y mejores resultados en escolaridad aunque con un INB más bajo que el colombiano. Así, nuestro país se ubica cerca al límite entre categorías de países, donde el futuro de pertenecer al grupo de Desarrollo Humano Medio o al Alto es incierto si se continúa con las mismas medidas sin resultados sustanciales, mientras que otras naciones hagan la tarea mejor que nosotros.
Comparados con otros países de la región, Colombia solo supera a Bolivia (108), y se ubica de manera cada vez más lejana de países como Chile (40), Panamá (59), México (61), Costa Rica (62), Venezuela (71) y Perú (77). Con estos países contamos con algún tipo de acuerdo comercial y han sido capaces de aprovechar todo un conjunto de disposiciones económicas, políticas y sociales para contar con ingresos más altos para que la población acceda a mejores bienes como salud y educación. La tendencia de América Latina hacia actividades extractivas y de la actividad primaria ha llevado a que la mayoría de los países se ubique en el grupo de Desarrollo Alto, con excepción de Chile y Argentina que se ubican entre las 47 primeras economías de Desarrollo Humano Muy Alto.
Si bien Colombia ha recibido puntajes cada vez más altos del IDH, el valor para el 2012 es inferior al promedio de los últimos 10 años, lo que indica que el país no avanza por la senda apropiada de desarrollo sin llevar los beneficios de la actividad minera, rama de mayor crecimiento, a toda la población, para que se demande mejores servicios de salud, mejor calidad y acceso en la educación y una canasta de bienes más diversificada; impulsados por la búsqueda de acuerdos como el TPP, que apunta a un panorama positivo para Colombia, que lo lleve a ejecutar actividades con mayores spillovers, como lo son manufacturas o agroindustria, ramas capaces de generar un desarrollo integral para todos los colombianos.