La visita del presidente Biden a la tierra de sus ancestros en Irlanda, seis décadas después de que Kennedy, otro descendiente irlandés hiciera lo propio, coincide con el cuarto de siglo del Acuerdo de paz del Viernes Santo que puso fin a la violencia en Irlanda del Norte y ocurre después del acuerdo entre Inglaterra y Europa que cerró los temas conflictivos del Brexit.
El Brexit acabó con la libre circulación de productos entre Reino Unido y los países del bloque europeo y el Protocolo de Irlanda del Norte que entró en vigor con la salida de Reino Unido de la Unión Europea buscaba garantizar su retirada del mercado europeo respetando la frontera entre las dos Irlandas.
Irlanda del Norte, pertenece al Reino Unido, en tanto que la República de Irlanda (ubicada en la parte sur de la isla), hace parte de la Unión Europea.
Y la médula del acuerdo de paz era que no hubiera control aduanero ni migratorio entre las dos partes de la isla, en lo que se conoce como una ‘frontera invisible’. Ello dejaba una puerta abierta a productos europeos que ingresan por la república de Irlanda hacia Irlanda de Norte y desde allí a Inglaterra, anulando en la práctica los efectos buscados por el Brexit: sacar al Reino Unido de la Unión Europea. El Brexit estipuló que los controles de ingreso de mercancías europeas se harían en los puertos de Irlanda del Norte y se decidió trasladar la aduana al mar que separa la isla de Irlanda con la de Gran Bretaña.
El nuevo acuerdo firmado en Windsor prevé un sistema de dos vías para el comercio entre las islas. Habrá una ‘vía verde’ para los productos que procedan de Reino Unido y estén destinados a quedarse en Irlanda del Norte, los cuales no serán controlados; en tanto que los destinados a la República de Irlanda o el resto de la Unión Europea, irán por una ‘vía roja’, y deberán someterse a controles. De esta forma, ha dicho el primer ministro inglés Sunak, se elimina “cualquier tipo de frontera en el mar de Irlanda” y ello facilitará una mayor disponibilidad de productos británicos en Irlanda del Norte, pues el desabastecimiento e inflación se han agravado tras el Brexit.
El convenio, además, busca promover la cooperación científica entre la Unión Europea y Reino Unido. En el momento en el que el Acuerdo Marco de Windsor se implemente, Bruselas comenzará de inmediato el trabajo para sellar un acuerdo con el programa científico comunitario, Horizonte Europa.
El acuerdo introduce el bautizado como ‘freno de Stormont’ para dar a la provincia más soberanía sobre sus leyes y le permitirá rechazar nuevas leyes de la UE para mercancías que puedan introducirse si consideran que tendrían un efecto significativo y duradero sobre la población y las empresas de Irlanda del Norte.
BEETHOVEN HERRERA VALENCIA
Profesor Emérito de la Universidad Nacional y de las universidades Javeriana y Magdalena
