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26 jun 2023 - 5:30 p. m.

‘Estos parques honran la naturaleza y con tecnología mejoran procesos’

Óscar Parra Erazo, gerente de Urbaser Regional Nororiente, revela cómo convertir un relleno sanitario en un parque ecológico y tecnológico.

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Óscar Parra Erazo, gerente de Urbaser Regional Nororiente.

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¿Qué significa para Urbaser el premio otorgado por Asocapitales en la categoría de ‘Innovación desde la naturaleza’?

Este es el fruto de más de 3 años de trabajo permanente, de insistencia en que el componente ecológico, ambiental, tecnológico y social se haga muy presente en ese territorio tan importante de Tunja, de Pirgua y de Oicatá. Realmente son avances que hemos hecho para darle la vuelta a esa historia desagradable con el relleno, así como con los vecinos y la naturaleza, para convertirlo en un proceso amistoso para hacer sostenibilidad entre todos.

Creo que esa fue la razón principal por la cual fuimos acreedores a este importante reconocimiento y premio que es muy relevante para nosotros.

¿Contra qué tipo de iniciativas estaban compitiendo?

Para sorpresa nuestra, no éramos muy conscientes de que participaban cinco países y 180 propuestas de todo tipo (empresas y territorios, tanto de municipios como departamentales y entidades del Estado) que se presentaron a este concurso en varios ámbitos.

El nuestro era combinar el tema de tecnología, de la inteligencia artificial y de los procesos innovadores con la naturaleza, que fue la línea en la cual fuimos los ganadores.

¿Cuáles fueron las claves para lograr transformar un relleno sanitario en un parque ecológico?

Primero, la experiencia acumulada que teníamos en el país por haber hecho esto en otras regiones. Segundo, el contar con el aval de un grupo global que hace presencia en 20 países con este tipo de servicios ambientales; obviamente, el respaldo nacional de los directivos para este tipo de propósitos y, sobre todo, lo más destacado es el compromiso y la pasión con que los operarios, trabajadores, ingenieros, administrativos, comunicadores y todo el equipo de Urbaser Nororiente trabajaron y que pusieron como su emblema principal a esa transformación de relleno a parque ecológico y tecnológico en Pirgua.

Si se ha hecho en otras partes del país, ¿cuál es el valor agregado en Pirgua?

Mucha más tecnología e innovación, además de dos elementos muy importantes que –creo– van a ser un diferenciador único en el país, que son el parque ancestral y que entramos al mundo de la economía circular de verdad, no es discurso ni romance, sino una propuesta seria para ofrecerle a la amplia industria de la región soluciones ambientales de fondo y definitivas a todos sus residuos, que se han convertido en un gran desafío para este territorio.

¿Qué otros reconocimientos han recibido por esta idea tan innovadora?

El año pasado en quedamos de finalistas en otros premios y también nos hemos postulado a varias propuestas, por lo que esperamos seguir logrando reconocimientos nacionales e internacionales.

¿Se puede decir que este reconocimiento va dirigido más hacia las comunidades?

Por supuesto, creo que los usuarios son los principales beneficiarios de esta labor. Los territorios donde nos asentamos y quienes habitan alrededor lo viven todos los días, así como quienes van: al parque ya han ido más 4.500 visitantes y son quienes testifican que entran con la idea de ingresar a un basurero, donde va a haber moscos, olores y cosas desagradables, pero al salir lo hacen con una imagen completamente distinta, pues constatan que en realidad es un parque y un lugar que honra la naturaleza, lo social y que con la tecnología se están realizando mejores procesos, por ejemplo, para verter agua pura al río Jordán. Estas son cosas que se evidencian y que se van a ver mucho más en los próximos años.

¿Qué estrategias de responsabilidad social desarrolla Urbaser alrededor del Parque Ecológico y Tecnológico de Pirgua?

Lo principal de parte nuestra ha sido una planificación participativa, el hacer el ‘Urbaser Buen Vecino’, diagnosticar muy bien las necesidades de la comunidad, coparticipar con ellos en cinco proyectos específicos que se están ejecutando e implementando; ser escuchas y sensibles ante esos requerimientos, pero también lograr que los vecinos se beneficien con el buen manejo es lo más importante.

Siendo un relleno donde hay residuos provenientes de varios municipios, nuestro desafío es minimizar el impacto, sobre todo de olores y vectores, y es lo que se está haciendo. Eventualmente hay oleadas y retos, como les sucede a todos los operadores, pero creo que en general lo que hacemos tiene una tendencia a ser impecables en la labor técnica y operativa en el manejo del relleno.

¿Qué otros retos vienen para la compañía?

La tendencia en el mundo es a minimizar los rellenos sanitarios, lo que se convierte en el primer desafío: cómo se minimiza el enterramiento de residuos, que incluso hace parte del Plan Nacional de Desarrollo en el artículo que se refiere a basura cero. Nunca los vamos a poder eliminar definitivamente, aquí ni en ningún lugar del planeta, porque los rellenos sanitarios son necesarios, porque aun así industrialicemos un porcentaje muy alto va a haber rechazos como en toda industria, y esos rechazos hay que disponerlos, y el relleno es el sitio controlado donde esto se debe hacer.

El otro reto es que en el año siguiente se pueda ejecutar el primer gran proyecto que va a haber en el país de transformación de los residuos urbanos, sin clasificar, en recursos para la energía que necesitan, por ejemplo, las cementeras o el biocompost que requiere el alto Chicamocha y el mismo relleno para hacer restauración ecológica; conjuntamente con las especies nativas que ya hemos identificado y que las estamos plantando con los vecinos y en asocio con varias entidades.

Y también esperamos poder llegar a transformar tres líneas más: los escombros en productos que puedan servir para la comunidad, el biogás (que se pueda convertir en poder calorífico y energía para la vecindad) y, por último, procesos de compostaje y de plástico que pueden dar lugar a tener productos y reincorporarlos, a la agricultura, el primero, y el segundo a la industria.

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