Empresas privadas, tomadores de decisiones y grupos económicos, entre otros actores, no pueden quedarse al margen en la lucha contra la desigualdad en la riqueza, uno de los asuntos más preocupantes en la sociedad actual.
De acuerdo con la Dra. Nathalie Jean-Baptiste, directora del programa de Desigualdad de la Riqueza de la Fundación Julius Baer, “la distribución del ingreso mundial es desigual. En el mundo, 3,2 billones de personas, el 64% de la población adulta, tiene un patrimonio neto de menos de $10.000 dólares americanos, lo que representa menos del 2% de la riqueza mundial”.
Abordar esta problemática implica comprender que la desigualdad no solo está relacionada con el capital económico de los menos favorecidos, sino que también incluye la falta de capital social, es decir, lastres para el acceso a oportunidades de crecimiento.
Así las cosas, los países con pocas acciones o menos estrategias implementadas bloquean el desarrollo de su población.
Sin embargo, más allá de la reducción de la pobreza, ¿cómo pasar de las buenas intenciones a acciones reales que conduzcan a la equidad? Promover sinergias que movilicen esfuerzos, recursos y redes es un buen comienzo para ello.
Julius
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Filantropía que une
En su misión de brindar apoyo a iniciativas que contribuyan a hallar soluciones de cara a la desigualdad en la riqueza, la Fundación Julius Baer (entidad sin ánimo de lucro creada por el grupo económico suizo referente mundial en gestión patrimonial) ha entendido que, si bien el sector filantrópico puede ser un motor de cambio, no es posible actuar solo en la lucha contra esta problemática.
“La Fundación parte del supuesto de que, para resolver la inequidad, es necesario aunar esfuerzos con aquellas personas, empresas privadas y organizaciones con poder de decisión, que cuentan con los recursos y los contactos, para así establecer alianzas de beneficio mutuo que vayan más allá de la reducción de la pobreza”, afirma Jean-Baptiste.
Las fundaciones, precisamente, tienen la capacidad para articular esos compromisos reales que se traduzcan en la reducción de brechas. “Como entidades sin ánimo de lucro, las fundaciones se encuentran en una buena posición para facilitar el intercambio entre los desfavorecidos y los privilegiados; intercambio de conocimiento, de conexiones, de capacidades”, agrega la experta en desigualdad en la riqueza de Julius Baer, quien cuenta con un máster en Estudios Urbanos y un doctorado en Planeación Urbana y Gestión de Residuos.
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Iniciativas en Colombia
Para la Dra. Nathalie Jean Baptiste, si bien no hay una fórmula o solución única para para enfrentar la desigualdad, es necesario que cada país, región o comunidad encuentre medidas estructurales que facilitan una base de igualdad de oportunidades para las personas; estas pueden ser el acceso a educación, vivienda digna o servicios de salud de calidad, así como el cuidado del medioambiente.
En esta línea, la Fundación Julius Baer dirige esfuerzos tanto para financiar iniciativas de alto impacto social como para generar alianzas entre estas y actores claves de diferentes grupos socioeconómicos.
En Colombia, por ejemplo, la Fundación Julius Baer apoya el proyecto ‘Reciclamos Juntos’ impulsado por la organización Fundes. Esta iniciativa, llevada a cabo en Cartagena, se enfoca en mejorar los procesos a lo largo de la cadena de valor del reciclaje, mientras se mejora la calidad de vida de los recicladores cartageneros.
“’Reciclamos Juntos’ es un buen ejemplo de cómo crear un ecosistema virtuoso y sostenible, donde cada actor puede obtener ganancias, ya que se propone incrementar en un 30% la cantidad de materiales reciclables que recolectan los recicladores y en un 20% sus ingresos, mediante mejores prácticas de separación en la fuente que involucran a restaurantes, hoteles, hogares, edificios y actores de la cadena de valor del plástico. En Cartagena se está construyendo una conciencia ecológica”, narra la directora del programa de Desigualdad de la Riqueza de la Fundación Julius Baer.
Empresas y la generación de valor
Las empresas privadas pueden ser actores claves para un progreso económico sustentable. De hecho, el trabajo de la Fundación Julius Baer en más de 25 países y 60 ciudades en todo el mundo ha demostrado que es posible compartir y promover valores sociales mientras se hacen buenos negocios.
Y es que aquellas organizaciones que se suman a proyectos de desigualdad de riqueza obtienen beneficios muy deseables desde ejes como: transferencia de conocimiento en doble vía o acceso a nuevos círculos o redes que enriquecen su operación.
De tal manera que las empresas pueden convertirse en “semilleros” de proyectos productivos comunitarios, enseñándoles a sus líderes a incrementar sus márgenes de ganancia, por ejemplo, a la vez que conocen de primera mano las necesidades de sus grupos de interés.
“Las empresas privadas deberían diseñar su modelo de negocio incluyendo productos, servicios y procesos que den valor, tanto a la compañía misma como a las comunidades y el entorno que las rodea”, acota la Dra. Jean Baptiste.
Transformar ideas en proyectos reales que desemboquen en la reducción de la desigualdad en la riqueza es el propósito que guía la labor de la Fundación Julius Baer. La entidad sin ánimo de lucro confirma cada día que compartir (esfuerzos, recursos o conocimiento) es un buen camino para dejar huella en el mundo y hacer parte del cambio.
Más información en https://www.wealth-inequality.net/projects/recycling-network-bolster-vulnerable
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