La puesta en marcha por la reactivación económica del país, luego de los diversos obstáculos que se presentaron, debido a la emergencia sanitaria ocasionada por el covid-19, le abrió la puerta a un sinnúmero de posibilidades que le permitirían al territorio nacional recuperar el camino perdido.
En medio de este contexto, la innovación se convirtió en el eje principal del desarrollo de un ecosistema que, sin duda alguna, se volcaría a ofrecer cada una de las soluciones que se necesitarían en medio de la crisis y, en ese sentido, mirar hacia el futuro, entender las tendencias que dominan a los consumidores y crear estrategias con el fin de avanzar, marcan el rumbo que también exige invertir en ciencia, tecnología e innovación, dentro de las compañías.
Pensando en ellos, ClarkeModet de la mano de su director general Juan Carlos Garavito que es responsable de la región Andina, lanzó su campaña ‘Innovación para la reactivación’, con la intención de hacer un llamado a ver la innovación como un eje de desarrollo e integrar actores y empresas en este propósito de protegerla.
“Esta fue una idea que nació del equipo de ClarkeModet, porque estamos convencidos que los países y compañías, necesitan de la innovación con el fin de reinventarse, saber cómo se mueven los sectores y darse cuenta que la investigación y el desarrollo de la innovación juegan un papel relevante. Eso quiere decir que, los países que tengan inversión en este tipo de actividades, son los ganadores, así que creemos que con la generación de nuevas ideas y oportunidades, los sectores van a surgir, siendo además, conscientes de la importancia de proteger esas nuevas ideas. En últimas, de apostarle a la propiedad intelectual como principal indicador de innovación de un país”, afirma Garavito.
Y es que justamente para fortalecer el ecosistema de innovación, tal como se mencionó anteriormente, deben dinamizarse temas relacionados con la propiedad intelectual, ya que a través de la misma, se protege la innovación que logrará que la empresa o persona protagonista, entre a nuevos mercados con una ventaja competitiva frente a los demás. “Somos aliados de las organizaciones en materia de propiedad intelectual. Esto se traduce en acompañarlos en todo su ciclo de innovación, que, en Colombia, sigue siendo un desafío por potenciar. En el 2018, en Colombia tuvimos aproximadamente 2.223 solicitudes de registro de patentes, en el 2019 tuvimos 2.157 y en el 2020 tuvimos 1.863, lo que muestra una caída del 14 por ciento”, continúa Garavito.
En lo que respecta a países vecinos, Colombia se encuentra en materia de innovación por detrás de Chile, Brasil y México, porque si bien, hay emprendimientos y creación de proyectos e ideas, las personas aún no saben que ese conocimiento se puede proteger y trae consigo múltiples beneficios.
“Cuando se patenta un producto se tiene derecho a la invención y con ello se puede entrar a los mercados con mayor facilidad y evitar las famosas copias. Las marcas son un activo intangible en las compañías y, el hecho de tenerlas, generan valor. Al final, la clave es saber que la propiedad intelectual abarca muchos temas y herramientas. Puede hablarse de derechos de autor y mecanismos de protección y también de herramientas como la vigilancia tecnológica, para saber qué está pasando en el mundo. Aunque cada compañía es distinta, debe tener estrategias puntuales ligadas al crecimiento y protección de sus productos”, finaliza Garavito.
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