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Economía

05 jun 2017 - 6:28 p. m.

Venta de cigarrillos electrónicos en el país llega a los 14 millones de dólares

Esta industria en Colombia podría generar cerca de 38,7 millones de dólares en el 2020, con un crecimiento del 185%.

Vaporizadores

Estos dispositivos vaporizan un líquido que puede o no contener nicotina; fueron creados en China en el 2003.

Cortesía Johan Coronado Jaimes

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Portafolio
05 jun 2017 - 6:28 p. m.

Los cigarrillos electrónicos, también llamados vaporizadores electrónicos, eCig o eCigar están comenzando a tener una gran acogida en el mercado colombiano tanto por personas que quieren dejar de fumar y por aquellas que ven como un atractivo personal este instrumento.

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Así lo deja ver un estudio realizado por Vype, una marca de cigarrillos electrónicos perteneciente a la compañía British American Tobacco (BAT) y que es vendida en países como el Reino Unido, en el que se demuestra que el 45% de los colombianos tienen un amigo vapeador y el 26% un familiar que utiliza este método electrónico.

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Estos dispositivos (diferentes a la narguila) sirven para vaporizar un líquido que puede o no contener nicotina; fueron creados en China en el año 2003 y están hechos de acero inoxidable y son alimentados por una batería recargable.

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Según la Asociación de Vapeadores en Colombia, Asovape, en el país cerca de 4.000 personas utilizan este método electrónico para dejar de fumar.


“El comercio de vaporizadores se da por la necesidad de buscar una alternativa para dejar el tabaco tradicional de lado, puesto que no ha podido ser resuelta ni por el Estado, ni por las farmacéuticas, ni por la pedagogía”, afirma Francisco Ordoñez Ospina, presidente de Asovape.

Dicho comercio se ha empezado a ver en pequeñas empresas y multinacionales que han incursionado en la venta de este producto, que según proyecciones de Vype, en el país de aquí al 2020 tendría un incremento del 185%, representando un mercado de 38,7 millones de dólares, con ventas actuales de unos 14 millones de dólares.

“Colombia es escogido como el primer país latinoamericano por BAT para incursionar en la venta de este producto, y básicamente se da porque presenta una de las más altas tasas de crecimiento en cuanto a este sector, lo cual significó una gran apuesta para la compañía y sobre todo tenemos la firme creencia de hacer un cambio en la sociedad, y permitir que los fumadores adultos cuenten con una experiencia alternativa menos nociva para la salud”, afirma Ángela Chaves representante de Vype en Colombia.

'ES NECESARIO REGULARLO'

Según estimaciones, la tasa de crecimiento promedio de este producto en Colombia es del 25%, comparable con la de Estados Unidos, país en la que esta industria creciente generó 2.500 millones de dólares en el 2014.

Pero, aun con estas proyecciones, en el país no existe una regulación clara para poder vender y consumir este producto, trayendo complicaciones para los comerciantes y para los usuarios.

Según el Invima, a pesar de los estudios existentes no se comprueba que los cigarrillos electrónicos no sean perjudiciales para la salud y que ayuden completamente a dejar de fumar. 

De acuerdo con un documento donde la entidad referencia algunas recomendaciones para la regulación, se evidencia que debido al consumo de los líquidos que contienen nicotina se podrían generar adicciones en los usuarios y con el consumo continuo, podría causar una intoxicación. 

De igual manera, un estudio de la Universidad Javeriana tuvo como conclusión que el uso del cigarrillo electrónico ha sido cuestionado precisamente por generar daño en los pulmones, ser cancerígeno y tener efectos similares a los del tabaco.

Por esto, el año pasado, el senador Óscar Mauricio Lizcano presentó un proyecto de ley en el que se exponían las razones por las cuales se debía realizar una regulación para este producto, sin embargo el proyecto se hundió luego de que se diera como resultado que debía ser incluido en la ley antitabaco y por vencimiento de términos el proyecto se cayó.

Actualmente hay uno nuevo en marcha liderado por el Senador Óscar Ospina, vicepresidente de la Comisión Séptima, en el que se pretenden incluir estos dispositivos dentro de la ley antitabaco, posición con la cual no está de acuerdo la asociación de vapeadores. 

"Lo que buscamos es eliminar la creencia de que los vaporizadores son una puerta de entrada al tabaco, que generan adicción a la nicotina y que los saborizantes son el medio para que los adolescentes consuman el producto, que según estudios no son verídicas", aseguró Ordoñez. 

Y es que el principal problema es el riesgo de que los menores de edad puedan tener acceso a este instrumento, en lo cual concuerda Ángela Chaves representante en Colombia de Vype, que “la principal línea en términos de regulación es que todas las medidas que se den sean justamente en la protección a los menores de edad en términos de acceso a este tipo de dispositivos"

Para ello, los comerciantes han tomado medidas autorreguladoras en las que buscan asegurar que la venta sea solo para mayores de edad y personas que han sido fumadoras.


Otra de las preocupaciones que se tiene frente a los vaporizadores es que no cumplan con las condiciones de calidad para su consumo.

Ante esto, Chaves asegura que  “para Vype la regulación debe también tener en cuenta la seguridad y efectividad de este tipo de dispositivos. Nosotros, tenemos un laboratorio propio, en el que verificamos que la calidad sea la indicada para el consumo del ser humano y que no vaya a traer un efecto adverso”.

Y para cumplir con ello, ambas partes concuerdan en que esta legalización debería darse de forma independiente, sin anexarla a la ley antitabaco como en primer momento se planteó en el Congreso.

PROBLEMA PARA LOS PEQUEÑOS EMPRESARIOS

Esto también es un problema para los pequeños empresarios, así lo refleja Freesmoke un negocio en el que se distribuyen estos artículos en Bogotá. De acuerdo con Miguel Angel Olmos Quiñones, gerente y dueño de la tienda, por causa de esta falta de reglamentación el crecimiento de la industria no es el esperado.

Según Olmos, “traer un artículo de estos es costoso y engorroso. Nosotros traemos los productos desde China y la logística para traerlos no es favorable para nosotros. Somos conscientes de que hay que pagar los aranceles, los impuestos, pero comparando este con el de otros países, es demasiado costoso”.

De acuerdo con el comerciante, esto genera que el producto salga más costoso de lo esperado, y que aquellos consumidores no se midan a adquirirlo por los precios elevados. Por ejemplo, un vaporizador puede costar alrededor de 120.000 pesos y las esencias entre 40.000 y 60.000 pesos.

Finalmente, otro inconveniente que se presenta para los pequeños importadores es el paso de este por las aduanas. “Al no estar el producto regulado en el país, este suele ser decomisado por precaución, investigan sobre él y finalmente para nosotros es negativo, puesto que tenemos demoras en las entregas y, muchas veces dejamos de vender el producto”, aseguró Olmos.

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