En los últimos días se abrió el debate después de conocer el concepto fiscal que dio el Ministerio de Hacienda sobre la reforma pensional.
Según dice la cartera, la reforma llegaría a dos puntos del PIB en las próximas décadas, lo que le terminaría costando a la Nación casi $30 billones.
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Pero, además, la cartera aseguró en el documento que para el año 2100 se presentaría una fuerte caída en el fondo de ahorro público y un aumento de los gastos, es decir, que Colpensiones estaría desfinanciado para ese año y a su vez esto resultaría en que las personas ya no podrían acceder a pensión.
En este sentido, ciertos sectores manifestaron que el impacto fiscal es preocupante, pues implicaría menos cotizaciones y más pensionados, haciendo que el sistema sea insostenible.
(Vea: Reforma pensional dejaría a los jóvenes sin poder jubilarse).
Todo ello, ha llevado a concluir que en un futuro las nuevas generaciones podrían enfrentar desafíos para poder recibir su mesada.
Pensiones
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Al respecto, Óscar Becerra, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, explicó que aunque el dinero de la pensión es un derecho constitucional, " la mayor demanda de recursos que implica la propuesta de reforma llevará que en el futuro se destinen más impuestos para el pago de las pensiones y además hará necesario que se hagan ajustes a las pensiones y beneficios de los futuros pensionados. En ambos casos, los jóvenes actuales y las generaciones futuras serán los que tendrán que asumir buena parte de este costo".
En otras palabras, lo que quiere decir el experto es que, es un sistema costoso que va a cargar a las futuras generaciones y con el paso del tiempo pondría en riesgo la estabilidad fiscal.
(Vea: Gobierno descarta crisis por culpa de reforma pensional).
El mismo Ministerio lo confirma, al decir que, el valor presente neto al año 2100 del costo fiscal del sistema pensional (pasivo pensional) pasaría a ser de 84,12 % del PIB en un escenario sin reforma, a 126,38 % del PIB con el proyecto de ley que cursa en el Congreso.
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