Bogotá acaba de recibir un nuevo impulso para la construcción de la Autopista Longitudinal de Occidente (ALO).
La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) le entregó al Distrito y la Gobernación el proyecto estructurado, es decir, con factibilidad.
Este trabajo lo hizo el consorcio Estructura Plural ALO Sur, integrado por Concay, Coherpa, Pavimentos Colombia y MHC (Mario Huertas Cotes).
Es importante recordar que este proyecto se hará como como una asociación público - privada de iniciativa privada (APP-IP), lo que significa que el privado que gane el contrato hará las obras con recursos propios y, a largo plazo, se le retribuirá con el recaudo de dos peajes.
Acá es importante recordar que las APP-IP se financian por este medio, buscando que no se pongan en riesgo dineros públicos. Asimismo, solo se le pagará al privado a medida que vaya entregando tramos de la obra.
La inversión estimada para la ALO Sur, que tendrá 24,3 kilómetros, será de $974.541 millones. Estos dineros serán pagados al futuro concesionario en 30 años.
El proyecto tendrá dos tramos: el primero será entre la intersección Muña (donde estará conectado con la actual vía 4G entre Bogotá y Girardot) hasta el río Bogotá, a la altura de Canoas, para un total de 14,4. Quedará entonces con una segunda calzada.
El segundo irá desde el río Bogotá (punto donde estará el nuevo peaje) hasta la futura intersección de la ALO con la calle 13 para un total de 9,45 km de doble calzada con cicloruta y andén en el costado oriental.
Cómo quedó estructurada, la ALO queda con el espacio suficiente para que -a futuro- se estructure una troncal de TransMilenio. De hecho, esta entidad ya le entregó un proyecto a los originadores, en el cual se detallan dónde podrían quedar la estaciones, según anunció el consorcio.
LO QUE VIENE
Entre tanto, la factibilidad del proyecto será analizado por el Ministerio de Hacienda, Planeación Nacional, Consejo de Gobierno y Consejo de Ministros.
Esto se dará entre enero y marzo del 2018, de modo que en abril se publicarían los pliegos en el Secop y se conocería si hay nuevos oferentes interesados en el proyecto. En caso de que no pase, las obras iniciarían en agosto del 2019, a cargo del consorcio estructurador.
El otro escenario es que sí se presenten nuevos oferentes, con lo cual los trabajos comenzarían en enero del 2020.
En cualquier caso, el ganador tendrá un año para la preconstrucción (conseguir predios, permisos ambientales y cierre financiero) y cuatro más para la construcción, con lo cual el proyecto quedaría listo entre mediados del 2024 y principios del 2025.
