Carlos

Nuestra Política de Tratamiento de Datos Personales ha cambiado. Conócela haciendo clic aquí.

close

Economía

30 abr 2019 - 3:46 p. m.

Noventa y tres años de conflicto disruptivo en Colombia

Álvaro Martín Moreno Rivas, docente de la Universidad Nacional, analiza el patrón de la economía colombiana entre 1925 y 2018.

Billetes

El primer período Cambios Estructural e industrialización 1925-1974; el segundo período Desregulación y Apertura Económica 1974-2002

Archivo portafolio.co

POR:
Portafolio
30 abr 2019 - 3:46 p. m.

Jorge Orlando Melo (2017) acaba de presentar un ejercicio propedéutico que ilustra la dificultad de resumir la historia de Colombia en un pequeño volumen. Escribir la Historia Total Mínima de nuestro país requiere no sólo de erudición, sino que el historiador debe contar con criterios que permitan dividir el relato en períodos significativos. Desafortunadamente, la narración de Melo sucumbe a las taxonomías políticas convencionales.

El siglo XX, el siglo más corto según Eric Hobsbawn, se divide de la siguiente manera: La república conservadora 1886-1930; la república liberal 1930-1946; la violencia y dictadura 1946-1957; El Frente Nacional 1957-1974; El regreso a los gobiernos de partido 1974-1986; y el más reciente, entre la violencia y la paz 1986-2016.

No es entonces extraño que Melo resalte la violencia política como la principal fuerza destructora del progreso político y del desarrollo colombiano. “Esta violencia es la gran tragedia de la sociedad colombiana del último siglo y constituye su mayor fracaso histórico” (Melo, 2017, p.324).

(Lea: Así cambió la economía entre la época de la Colonia y la Independencia

Sin embargo, como mostraremos en éste breve ensayo, la violencia política fue la forma fenoménica que adquirió el conflicto distributivo colombiano. Utilizando categorías rigurosas del análisis del marxismo académico, se constatará que el “invariante” de la historia de Colombia en el siglo XX es el conflicto distributivo entre clases sociales.

La evolución de dos indicadores centrales del análisis, como son la tasa de ganancia y la tasa de explotación permiten identificar tres periodos bien diferenciados, que a mi modo de ver aportan mucho mas a la compresión del proceso de acumulación y de la evolución política del país.

El primer período Cambios Estructural e industrialización 1925-1974; el segundo período Desregulación y Apertura Económica 1974-2002; y el último que denominamos reacción neoconservadora o patria boba 2002-2018.

(Lea: Gasto en Fuerza Pública en los últimos 60 años

LOS FUNDAMENTOS DEL ANÁLISIS

A finales de los setenta, el juicio racional sobre la pertinencia del análisis teórico de Marx para estudiar las leyes de la acumulación de capital del régimen capitalista era claramente negativo.

La solución del problema la transformación de valores a precios de producción condujo a un callejón sin salida. Se mostró que los precios relativos y la tasa de ganancia se podrían determinar simultáneamente, sin necesidad de conocer los valores, por lo tanto, la teoría de la explotación y del valor de Marx era redundante.

En este sentido, la explicación de la fuente de la ganancia en la esfera de la producción quedaba sin “fundamentos” científicos sólidos. El marxismo se consideró como un programa de investigación regresivo (Mohun,2004).

(Lea: La paz y las ganancias que deja en la economía colombiana

Sin embargo, a principios de los ochenta, Duncan Foley (1980) y Gerard Dumenil(1982) de manera independiente, presentan una “nueva interpretación” de la teoría de Marx. El nuevo enfoque muestra que la transformación de valores a precios de producción es un seudo-problema. El análisis de Marx no requiere de una conversión algebraica de los valores trabajo de las mercancías individuales a precios de producción, sino en determinar las unidades de medida monetarias del valor de la fuerza de trabajo y del dinero como representación del trabajo social, para garantizar la consistencia macroeconómica y contable en términos de valor y precio (Mohun, 1994,2004).

En este sentido el invariante es el valor agregado. Es decir, se debe garantizar que el valor agregado en moneda debe ser siempre igual al valor agregado en términos de trabajo incorporado. Dichas unidades se pueden determinar sin relación a los contenidos de trabajo, en la medida que ni el dinero y ni el trabajo son mercancías en el sentido estricto del termino (Mohun, 1994,2004). “Para la nueva interpretación, la teoría del valor es una estructura contable consistente ex post que retiene la proporcionalidad de los beneficios y el tiempo de trabajo no pago a nivel agregado”(Deepankar, 2015).

Se puede mostrar de manera sencilla lo siguiente: (1) A nivel agregado, la tasa de explotación del sistema (e) es igual a la razón entre los beneficios agregados y el pago de Salarios de todos los trabajadores; (2) La tasa de ganancia (r) se determina como la razón entre los beneficios agregados y el valor del stock de capital fijo.

Estas son las relaciones que utilizaremos para examinar el patrón de la economía colombiana entre 1925 y 2018.

LOS DATOS DEL ANÁLISIS

Para realizar el ejercicio de historia económica cuantitativa marxista necesitamos de información agregada de las siguientes variables: Producto Interno Bruto, Empleo nacional, Beneficios, Salarios y Stock de Capital para el período 1925 y 2018.
La información del PIB, del stock de capital a precios de constante de 1975 y del empleo entre 1925 y 2005 se tomó de Ortíz y Uribe(2012).

El valor de los beneficios o su complemento (los salarios) como proporción del PIB se tomaron de Pulido(2011) y se proyectaron los valores para los años recientes con base en las Cuentas Nacionales del DANE, utilizando el mismo procedimiento de Pulido para repartir el ingreso mixto entre salarios y beneficios.

Para determinar la participación de los salarios en el PIB entre 1925 y 1970, se utilizó la tasa de crecimiento de la productividad medial del trabajo. Este procedimiento al parecer es adecuado. De acuerdo a las estimaciones del GRECO(2002) del coeficiente de la función de producción para el capital en el período 1925 -1981, fue estable y se aproxima a 0.42.

En el gráfico 1 se presenta la evolución de la tasa de ganancia de la economía colombiana entre 1925 y 2018.

Tasa de Ganancia en Colombia 1925-2018

Tasa de Ganancia en Colombia 1925-2018

Fuente: DANE, Ortíz y Uribe(2012), Pulido(2011). Cálculos propios.

Se pueden distinguir con claridad tres períodos: (i) El período de cambio estructural y modelo mixto (1925-1974); (ii) El período de desregulación y apertura Económica (1974-2002); El período de la reacción conservadora (2002-2017).

En el primer período se presenta una tendencia creciente y sostenida de la tasa de ganancia que no se ve truncada ni por los años de crisis mundial ni por la segunda guerra mundial.

El segundo período muestra una crisis estructural de rentabilidad, la tasa de ganancia se desploma de manera sostenida entre 1974 y 1983, aunque se observa un repunte, a partir de 1989 la tasa de ganancia sigue su patrón decreciente hasta 2002.

El último período que coincide curiosamente con los dos periodos de Uribe y Santos revela sin duda el éxito de la estrategia neoconservadora de la llamada confianza inversionista. La tasa de ganancia se recupera muy rápidamente y hacia finales del período de análisis alcanza el valor de 45%, el más alto de todos los 93 años de conflicto distributivo en Colombia. A este período le cabe sin duda el calificativo de “nueva patria boba”.

Sin importar los matices ideológicos o el sectarismo político, de las llamadas hegemonía conservadora, república liberal o Frente Nacional, el primer período se caracteriza por un proceso importante de cambio estructural de la economía colombiana. Dicha transformación se conoce como Industrialización. “Hasta mediados de la década de 1970, el desarrollo manufacturero del país fue rápido, tanto en términos de ritmos de crecimiento como de transformación estructural”(Ocampo,1993, p.76).

En efecto, la industria pasó del 7.8% del PIB entre 1925y 929 a representar el 22.5% del PIB entre 1970 y1974. De hecho, en Colombia se adopta un modelo mixto a mediados de los sesenta que busco sustituir importaciones y promover las exportaciones, minimizando las distorsiones en la asignación de recursos.

El segundo período refleja, por el contrario, un estancamiento del proceso de industrialización y el abandono explícito del modelo mixto. A principios de los noventa, el Plan de Desarrollo, la Revolución Pacífica de Cesar Gaviria, asoció el problema estructural de la economía colombiana con el enclaustramiento nacional, forzando un proceso de apertura y desregulación financiara que se acelera y profundiza a lo largo de la década de los noventa (Ocampo,1993). El período termina con la crisis financiera de 1999, que sumió a la economía colombiana en una profunda depresión. La tasa de desempleo se disparó por encima del 25%, un registro similar al que experimentaron las economías occidentales en la gran depresión.

La resolución de la crisis y la recuperación de la rentabilidad del capital se lograron mediante las políticas regresivas en contra de los sectores populares y trabajadores de los gobiernos de Uribe I y Uribe II y continuaron con Santos I y Santos II, donde se profundizaron las políticas de libre mercado y se adoptaron las reformas de segunda generación. Coloquialmente se llamaros los tres huevitos de Uribe: seguridad democrática, confianza inversionista y cohesión social.

Entre 2002 y 2018, prácticamente se renuncia al proyecto de la industrialización del país y se adopta un modelo primario exportador, reversando la técnica estándar internacional para el desarrollo económico: la industria como motor de crecimiento. El Estado Comunitario reemplazo al Estado social de Derecho, mientras que la llamada locomotora minera prácticamente sepultó la transformación productiva con equidad liderada por la industria, a causa de la llamada enfermedad holandesa.

El período termina con un enfrentamiento de orden sectario en el bloque histórico en el poder, sin que ello muestre desacuerdos en el manejo de la economía y en la necesidad de mantener las altas tasa de rentabilidad del capital privado.

En el gráfico 2 se presenta la evolución de la tasa de explotación de la fuerza de trabajo para el periodo 1925-2018 en Colombia.

Tasa de Explotación en Colombia 1925-2018

Fuente: DANE,Ortíz y Uribe(2012), Pulido(2011). Cálculos propios.

Archivo particular.

La tasa de explotación es un indicador del conflicto distributivo en la esfera de la producción. La tasa de ganancia se puede descomponer por el producto de dos términos: (a) participación de los beneficios en el PIB y (b) la productividad del capital (el PIB dividido por el stock de capital). Así las cosas, la tasa de ganancia aumenta cuando la tasa de explotación o la productividad del capital o ambas se incrementan.

Como se puede observar en el gráfico 2, en el primer período de análisis, la tasa de explotación se mantuvo relativamente estable alrededor del 115%. Si bien el indicador sufrió fluctuaciones, no fueron muy grandes. Este resultado es interesante, pues se puede decir que no existen grandes diferencias entre el período de la violencia sectaria 1946-1957 y el Frente Nacional 1957-1974 en lo que respecta a la extracción de excedente del trabajo vivo. Así las cosas, el aumento de la tasa de ganancia obedeció en gran parte a mejoramientos de la productividad del capital.

Durante el segundo período, la tasa de explotación muestra una gran volatilidad, explicada en su mayor parte por la ruptura de los acuerdos y los arreglos institucionales suscritos por las clases durante el período de oro del crecimiento colombiano entre 1967 y 1974. Si bien no se puede negar que la tasa de explotación explica en parte la caída de la tasa de ganancia en el período, al parecer el factor más importante es la crisis de productividad del capital que sufrió la economía colombiana durante el período.

Finalmente, la recuperación de la tasa de ganancia durante el período de la reacción neoconservadora, se explica en su mayor parte por un aumento extraordinario en la tasa de explotación de la fuerza de trabajo, pasando de un 100% en 2001 a 160% en 2018.

La pregunta que se requiere responder es la siguiente: ¿las élites empresariales y el bloque histórico en el poder podrán mantener las altas tasas de explotación o por el contrario se requieren transformaciones estructurales que permitan recuperar la eficiencia productiva del capital para bajar la intensidad del conflicto distributivo? Esta historia continuará.

Álvaro Martín Moreno Rivas
Universidad Nacional de Colombia,
Centro de Investigaciones para el Desarrollo

Lo más leído

Destacados

Más Portales

cerrar pauta