El desarrollo de un nuevo aeropuerto en Cartagena dio ayer un paso gigante, de cara a que –en el corto plazo– se le dé luz verde a su construcción.
(Lea: El descalabro de InterBolsa: ¿rumbo a la impunidad?)
La firma Odinsa, filial del Grupo Argos en materia de concesiones, confirmó su ‘aterrizaje’ al proyecto de asociación público - privada de iniciativa privada (APP-IP), que está terminando la estructuración de este nuevo aeropuerto.
(Lea: Anif cuestiona revisión de cifras del PIB de 2017, pues todas fueron al alza)
La compañía adquirió el 70 por ciento de la IP, que actualmente se encuentra en estudio de factibilidad, el cual terminaría a finales de este año, y así las obras iniciarían entre finales del 2019 e inicios del 2020.
(Lea: Ecopetrol afirma que centrará sus tareas en tierra)
Mauricio Ossa, presidente de Odinsa, explicó que le pusieron el ojo a este proyecto, entre otras cosas, porque “es una iniciativa construida desde ceros, que permitirá en su diseño incluir todas la necesidades con gran visión de futuro. Esto es clave, pues Cartagena tiene un alto potencial de desarrollo, sobre todo en industria pesada, de servicios, turismo y construcción habitacional, además de los vuelos chárter y los cruceros que llegan”.
Este panorama fue otra de las razones para que la compañía comprará mucho más de la mitad de la IP, y es que su desarrollo coincide con que, si bien el aeropuerto actual fue recientemente ampliado, este tiene una limitación a mediano plazo.
OBRAS ESCALONADAS
La APP abre, entonces, la puerta para que la capital de Bolívar tenga otro aeropuerto, que incluiría una terminal nacional, otra internacional y una más de carga, y continuaría creciendo a la medida que lo demande el tráfico aéreo.
De hecho, el presidente de Odinsa detalló que “este tipo de iniciativas se piensan con mucho tiempo, de modo que siempre se estará invirtiendo ellos; de allí que el aeropuerto debe tener la capacidad de crecer a la par de la demanda, es decir, se va aumentando de forma escalonada, y cada cierto tiempo se van activando bloques de inversión”.
Así las cosas, las proyecciones de la firma están en que el nuevo aeropuerto –que será tres veces más grande que el actual– tenga una inversión estimada de 600 millones de dólares (aproximadamente 1,8 billones de pesos) y entre en operación en el 2025.
DETALLES DEL PROYECTO
“Una vez quedé lista la factibilidad, se abre un proceso de selección abreviada, en el cual el proyecto se socializa y cuando se cierre esta etapa, se firmaría el contrato. Entonces, si todo sale bien, durante el próximo año lograríamos el cierre financiero y a finales del mismo empezaríamos la etapa de construcción”, agregó el directivo de Odinsa.
Los estructuradores de este megaproyecto, al que llega Odinsa, incluyen también a Conecta Caribe, Cartagenera de Desarrollo y Novus Civitas, firmas que tienen participación en otras iniciativas de sectores como turismo, aviación, inmobiliarias, por mencionar algunas.
Asimismo, las compañías cuentan con experiencia en estructuración de proyectos y esta IP no es la excepción. De allí que en el proyecto se detalle que el nuevo aeropuerto quedará a unos 30 minutos del centro histórico de Cartagena y a unos 15 kilómetros de la terminal recientemente ampliada, además de que contará con 57.000 metros cuadrados de área y moverá 25 aeronaves por hora, a través de dos pistas. Así, se espera lograr una capacidad de 9 millones de pasajeros por año, cifra que actualmente es de 5 millones.
La pista principal tendrá una longitud de 3.100 metros y, una vez en operación, tendrá a disposición 11 posiciones de contacto y 6 más remotas. De este modo, completará 564 hectáreas, en las cuales se incluirá la terminal de pasajeros, la instalación de servicios de apoyo y la plataforma, además de los puentes de abordaje, previamente mencionados.
Esta infraestructura permitirá cubrir la demanda del tráfico en Cartagena, que llegaría hasta 7,3 millones de pasajeros por año en el 2025, año en que el aeropuerto ya estará operando.
En Twitter: @SLondonoV
