El presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), Santiago Ángel, entregó el balance del desempeño del sector minero en Colombia a pocos días de cerrar el 2017. De acuerdo con los cálculos de la entidad, con información disponible a noviembre, la inversión en minería apenas superaría los 600 millones de dólares, cifra baja si se compara con la inversión recibida en 2013 o 2014, cuando con precios similares a los de este año, se reportaron 2.977 millones y 1.582 millones de dólares, respectivamente.
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“La minería sigue jalonando las exportaciones del país y se espera que al cierre del año las ventas externas sean cercanas a 13.000 millones de dólares”, indicó Ángel Urdinola. En línea con esta proyección, se prevé un crecimiento de 40% en las exportaciones de minerales en todo el año.
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El PIB minero, de acuerdo con cálculos de la ACM, se contraerá entre 6 y 7%, como consecuencia del ajuste en la producción de carbón registrada este año y a una menor demanda interna de materiales de construcción.
En el caso del carbón, la ACM indicó que cerrará el año con cifras menores de producción frente a las del 2016, debido al ajuste en la explotación del interior, a pesar de que el carbón del Cesar y La Guajira aumentarían en cerca de 2% su producción pasando de 79,8 a 81,5 millones de toneladas, la del centro del país caería cerca del 40% dado que la cifra de producción del año anterior fue de 10,7 millones de toneladas, muy por encima del promedio histórico de la industria.
La agremiación señaló que la minería se enfrenta a un panorama de incertidumbre jurídica debido a las consultas populares y a los recientes fallos emitidos por la Corte Constitucional que han afectado la actividad minera.
Ángel señaló en este tema que “sin duda, este problema ha frenado el potencial minero de 2017 y de los próximos años. Es así como se están retrasando inversiones por más de 7.000 millones de dólares”.
En el mismo sentido destacó que el hecho de que los tribunales administrativos hayan declarado nulos los acuerdos anti mineros de Urrao, Jericó, Ibagué, El Pital e Íquira, demuestra, según el gremio, que se ha reconocido que las entidades territoriales no pueden prohibir actividades minero-energéticas sin aplicación de los principios de coordinación y concurrencia con la autoridad minera, además de atender el ordenamiento minero y ambiental que corresponde a autoridades nacionales.
Entre lo positivo del año se destaca el crecimiento de la producción empresarial formal de oro, que registró un aumentó 12% a pesar del paro en Segovia que afectó por más de 40 días la explotación de uno de los principales municipios productores del país. La ACM también destacó que gracias a los proyectos de formalización y el aumento en los controles sobre la extracción ilícita de minerales, se redujo en cerca del 30% la producción informal, y aumentó la participación del oro formal a cerca de 20% sobre el total.
El níquel también sacó la cara por el sector, con un aumento de 10% en su producción frente al año anterior, en buena parte gracias al inicio del nuevo frente de explotación de La Esmeralda. La explotación de esmeraldas también creció y se espera cerrar el año con más de 2 millones de quilates producidos. Además la producción de cobre superó los 9.500 millones de toneladas.
