En tiempos en que varias economías de América Latina se ralentizan, las perspectivas de Colombia son positivas e incluso mejores que el promedio regional.
Esta fue una de las conclusiones del informe ‘Perspectivas macroeconómicas para Amé rica Latina y el Caribe’ de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), que es –de hecho–el primer examen por el que pasa el país, tras ser aceptado como miembro.
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“Las perspectivas son favorables para Colombia. En el 2018, prevemos que crezca 2,7% y en el 2019, 3,2%. Este escenario de alza lo vemos para varios países, pero es clave mencionar que Colombia está por encima de Brasil, Argentina y México, aunque todavía ese crecimiento es reducido, dadas las necesidades que tenemos”, explicó Sebastián Nieto, jefe adjunto de la Unidad América Latina y el Caribe del Centro de Desarrollo de la Ocde.
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Esta explicación la hizo durante la presentación del informe –evento organizado por la Universidad del Rosario– en el cual tanto Nieto como Ángel Melguizo, jefe de dicha unidad, aseguraron que las medidas comerciales restrictivas en el mundo tendrán serias consecuencias en el comercio mundial, al igual que en el crecimiento de los países, el bienestar ciudadano y la productividad.
De hecho, sobre esta última, los directivos aseguraron que es una de las principales claves para que el crecimiento potencial del PIB colombiano aumente a mediano plazo: “Tener un mejor capital humano requiere de buenas competencias para que el mercado laboral sea más productivo, con lo cual es importante que haya mejores políticas de innovación y un mejor marco regulatorio”, añadió Melguizo.
RETOS FISCALES
En su informe, la Ocde también indicó que la reforma tributaria del 2016 “debería generar suficientes ingresos hasta el final de la administración actual (0,7% y 0,5% del PIB en el 2017 y el 2018), pero no basta para satisfacer las necesidades fiscales y garantizar el ajuste fiscal a largo plazo”.
De allí que vaticinó que en el ajuste fiscal que se presentará en el nuevo gobierno este traería una mayor carga impositiva, sobre todo porque “parece haber poco margen para más recortes de gastos”, concluyó el reporte.
