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Economía

16 jul 2019 - 3:23 p. m.

Una mirada al último siglo del sector financiero en Colombia

Diego Guevara, profesor de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional explica los cambios en los últimos 100 años de este sector.

Nueva familia de billetes

Nueva familia de billetes banco d ela república

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16 jul 2019 - 3:23 p. m.

El sector financiero ha tenido dimensiones positivas y negativas dentro de la economía colombiana, es claro que en una economía monetaria de producción el rol del crédito y otras formas de financiamiento son fundamentales para el desarrollo.

(El verdadero apoyo de Inglaterra en la independencia de Colombia). 

No obstante, en muchos episodios del los últimos 100 años el sector financiero también ha jugado un rol problemático que ha beneficiado a ciertos grupos de interés. Para el caso Colombiano antes de 1919 las perspectivas del sistema financiero (principalmente bancario en ese entonces) eran poco optimistas puesto que existía un desorden monetario que se materializaba en emisión desregulada, reservas dispersas y bajos niveles de respaldo y supervisión bancaria que beneficiaban en principio a unos pocos grupos rentistas.

La inaplazable crisis llego en 1922 y se extendió hasta 1923, entonces el circulo vicioso de las finanzas de comienzo de siglo trató de ser corregido con la famosa misión del profesor Kemmerer, un académico de Princeton quién hizo algunas sugerencias para organizar, la moneda, las finanzas públicas y la política monetaria.

De hecho la misión Kemmerer es muy familiar para los economistas colombianos pues de esta surge el Banco de la República en 1923.

Adicionalmente en ese mismo año también se creo la Superintendencia Bancaria con el fin de vigilar el incipiente sistema bancario Colombiano que empezaba a ser atractivo para bancos extranjeros como el First National Citibank, el Banco Francés y el Royal Bank of Canadá.

Muchas inversiones financieras provenientes de países del norte como el caso de estos bancos venían impulsadas por el gran crecimiento especulativo de la economía Norteamericana en los felices años veinte, esto desembocaría en la gran crisis de los años 30.

En 1928 se da la fundación de la Bolsa de Valores de Bogotá y emerge inicialmente como un actor virtuoso para proveer financiamiento para empresas del sector real, no obstante este mercado nunca logra la profundización deseada y a lo largo del siglo XX se mantiene relativamente pequeño sin lograr el efecto positivo que se esperaba.

De hecho este mercado termino siendo mas conveniente para el sector financiero en si mismo, lo cual puede asociarse a una dimensión poco virtuosa de la bolsa colombiana. Otros actores importantes como los bancos enfocados a sectores específicos emergen en los años treinta como la Caja Agraria (Caja de crédito agrario industrial y minero) y el BCH (Banco Central Hipotecario) pero no es sino hasta mitad de siglo, en el marco de una política Keynesiana que tomaba fuerza en el planeta, que estos bancos se convierten en bancos de fomento con un propósito claro e inicial de apoyar la economía real. De hecho en esta década aparecen otros bancos con destinaciones a sectores puntuales como el ganadero, el popular y el cafetero.

Incluso son bancos que adoptaron los nombres de los sectores y hasta la crisis de los años noventa muchas de estas instituciones los mantuvieron.

En principio esta propuesta era una cara de las finanzas virtuosas pues los bancos de fomento, como fueron llamadas estas entidades con créditos direccionados, pretendían que las finanzas trabajaran para la economía ofreciendo prestamos de mediano y largo plazo con tasas de interés altamente reguladas y convenientes para los empresarios.

En los años sesenta y setenta del siglo XX aparecen algunos tipos de entidades financieras mas específicas como las corporaciones de ahorro y vivienda y algunas enfocadas al sector de bienes y servicios.

En principio los bancos de fomento con intenciones definidas en los sectores tuvieron objetivos claros e interesantes junto con altos niveles de control, pero también detrás de ellos se fueron empoderando unas elites interesadas en aprovechar estos instrumentos para concentrar su riqueza y poder empresarial, en definitiva una época con una ilusión de una finanzas virtuosas pero unos resultados de concentración y eficiencia altamente cuestionables.

En palabras del profesor Gabriel Misas ““se permitía el ahorro forzoso y se otorgaban generosos subsidios a la acumulación de capital, pero igualmente limitaban el crecimiento de la demanda por bienes manufacturados vía el mantenimiento de las estructuras hacendatarias, el control a las organizaciones sindicales y un gasto público muy reducido, hasta inicio de la década de los setenta”.

Bajo este escenario problemático e ineficiente del sector financiero la década de los setenta trae el discurso del libre mercado al sector con las tesis ortodoxas del economista Ronald McKinnon basadas en la idea estándar de que el ahorro determina la inversión. Para 1973 este economista cuestionaba los topes a la tasa de interés, las políticas de canalización del crédito a sectores específicos y el estricto manejo de los encajes.  

En el marco de este discurso se crea el UPAC(Unidad de Poder Adquisitivo Constante) con el fin de tener unos mayores niveles de captación que beneficiaran el crecimiento del sector inmobiliario y apoyaran la construcción de vivienda(la idea aplicada del ahorro como determinante de la inversión). En principio la indexación de la UPAC a la inflación permitía tener un crecimiento en términos reales para las inversiones y de cierta forma una estructura de pago manejable para los hogares.   

La década de los ochenta mostro nuevamente una dimensión problemática de las finanzas pues emergen dificultades como la concentración de cartera y se da un fenómeno conocido los autoprestamos donde dentro de algunos de los grandes grupos económicos del momento se utilizan sus brazos financieros para generar prestamos irregulares o sobredimensionados a unidades del mismo grupo. Con este tipo de estrategias, se concentraron mas riesgos y a la vez se exigían menos estudios incrementando la vulnerabilidad del sistema. El caso mas conocido de esta crisis fue la del Grupo Bancolombiano.

La llegada de los años noventa con todas las políticas de liberalización y privatización propuestas en el consenso de Washington le da un mayor juego a la inversión extranjera en el sector financiero Colombiano donde llegaron por ejemplo Bancos españoles como BBVA (Banco Bilbao Vizcaya) y Santander.

Adicionalmente se da una gran explosión de numerosos bancos y se inicia una transición a un sistema multibanca donde bajo un mismo techo financiero se prestan diversos servicios para diferentes sectores. En el marco de estas desregulaciones y ante mayores niveles de presión por liberalizar el sector financiero el UPAC termina siendo cada vez mas indexado a la tasa DTF (Depósito a Termino Fijo)a comienzo de los noventa. Así se generó un crecimiento impensable en las cuotas de vivienda para los hogares y una gran crisis hipotecaria a finales de los años noventa que coincide con las crisis financieras de las economía emergentes de final de siglo XX.

La crisis económica de final de siglo trajo el cierre de muchos bancos, la salida de algunos extranjeros y muchos procesos de fusiones y adquisiciones. Así entonces el sector financiero y el comienzo de su conexión con el sistema global muestran la peor crisis económica que Colombia haya vivido, la crisis de fin de siglo, donde muchas personas perdieron su vivienda ante los circuitos de unas políticas financieras viciosas que le apostaron a una mayor desregulación.

De hecho para salvar el sistema financiero el gobierno se ve obligado a imponer un gravamen denominado el 2xmil que 20 años después de la crisis sobrevive y siempre es visto con recelo por los colombianos. Como resultado de la crisis pocos bancos sobrevivieron de una manera vigorosa y el sistema empezó a concentrarse cada vez en menos actores.

Hoy el sistema financiero Colombiano esta altamente concentrado en 3 actores locales vinculados a los grandes grupos económicos del país (Bancolombia (Grupo empresarial antioqueño), AVAL (Organización Luis Carlos sarmiento Angulo) y Davivienda(Grupo Bolivar)). Se puede decir entonces que el sector financiero colombiano tiene sus “too big too fail” (bancos demasiado grandes para fallar) y que ante cualquier crisis en alguno de ellos siempre serán rescatados por su impacto en la estructura económica del país.

De hecho dos de estos actores financieros están conectados con dos grandes fondos de pensión que son actores financieros que han tomado un fuerte poder en los mercados de renta fija y empiezan a tomar vuelo en los de renta variable con las desregulaciones que permiten inversiones de mayor riesgo y que tocan las fronteras de las finanzas menos virtuosas y especulativas.

Así entonces un siglo después hoy se puede decir que el sistema financiero ha transitado por muchos caminos, algunos de ellos virtuosos, otros mas bien problemáticos. Y a pesar de que es el sector que suele crecer mas dentro del PIB, que es virtuoso como sistema de pagos y que impulsa algunos sectores reales, por otro lado sigue siendo costoso para los colombianos y sus altos niveles de concentración no son muy diferentes a los altos niveles de concentración en la riqueza y el ingreso para Colombia.

dieguevarac@unal.edu.co

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