En los últimos 30 años, el sector energético ha experimentado fuertes cambios, como la creación de la ley de servicios públicos, la salida al mercado accionario de Ecopetrol y la masificación del uso de gas natural en el territorio. Estos cambios han implicado un trabajo conjunto entre el sector privado y público, así como los usuarios.
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Ahora bien, para los años venideros los retos no son menores. Uno de los pilares para las próximas tres décadas ha sido planteado por el Gobierno y es la transición energética. Esto implica diversificar las fuentes de generación para integrar más energía renovables, así como reducir el uso de derivados del petróleo y el carbón.
A 2050, el país se planteó el objetivo de lograr la carbononeutralidad en las emisiones, con lo que ambos temas están directamente relacionados y coinciden con las acciones que se deberán tomar en los próximos años.
“Los próximos años en el sector eléctrico estarán marcados por un incremento sustancial de la demanda de energía eléctrica, como resultado de la electrificación de la economía, la movilidad y la descarbonización”, apuntó Alejandro Lucio, director de la firma Óptima Consultores.
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Precisamente para lograr esta menor dependencia de los combustibles fósiles y el carbón se requiere de mayor generación eléctrica que supla la energía primaria de estos energéticos.
Lucio complementa que para alcanzar este gran objetivo se requiere descentralizar mucho más el mercado eléctrico, con una menor dependencia de los grandes jugadores empresariales actuales.
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Electricidad
iStock
“Esto implica que la oferta de energía se basará en energías renovables no convencionales, de todos los tamaños, desde grandes parques solares y eólicos, pasando por soluciones conectadas a las redes de distribución y autogeneración”, remató el experto.
Precisamente, con este objetivo en mente ya se han dado algunos pasos, como la adjudicación de contratos de largo plazo para tecnologías solar y eólica, que les permita obtener la financiación para su desarrollo.
Además de esto, el Gobierno nacional planea sacar durante el último trimestre del año la convocatoria para la subasta de energía eólica costa afuera, que daría luz verde al desarrollo de grandes parques de esta tecnología en norte del país, en el mar Caribe.
Es así que para habilitar todas estas necesidades se requieren ajustes regulatorios que se adapten a las necesidades de estos desafíos.
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Con respecto a los hidrocarburos, el reto consiste principalmente en hacer que la dependencia fiscal y económica se reduzca, para lo cual se requiere que la economía colombiana encuentre otras fuentes de ingresos, de impuestos y de inversión extranjera directa.
El Gobierno ha señalado que el objetivo está relacionado con aumentar la participación de otros sectores en la economía nacional que permitan reducir la dependencia del petróleo.
Petróleo.
Archivo EL TIEMPO
Precisamente, para los próximos años se espera que la oferta de petróleo, gas y carbón tiendan a caer, que en el caso de los dos primeros llevaría a una importación en los años venideros.
“Adicional a las necesidades de importar combustibles para el transporte, ante posibles agotamientos de los pozos en producción, existiría el riesgo de importación de crudo para alimentar la carga necesaria de las refinerías”, reconoce el Ministerio de Minas y Energía.
Es por esto que desde la política pública se plantea la necesidad de aumentar la participación de la electricidad para que reemplace la energía que se demanda desde los hidrocarburos. Lucio remató que para esto se necesita de una diversificación en las soluciones de energización, para que se incremente la capacidad.
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Para llevar a cabo el objetivo de electrificar el consumo de energía del país, se ha planteado la importancia del gas natural como energético de la transición. Este, al ser el menos contaminante de los hidrocarburos permite ser un puente entre los energéticos renovables y los no renovables.
Luz Stella Murgas, presidente de Naturgas, expresó que también hay un componente económico relevante asociado con el uso de este energético durante este proceso, dado que es uno de los más baratos, con lo que además aliviana los impactos a los bolsillos de los consumidores de la transición energética.
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