El costo de vida para los estadounidenses registró una mejoría positiva en julio. De acuerdo con datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos (BLS, por sus siglas el inglés), la inflación se desaceleró del 9,1% en junio al 8,5% en julio, principalmente por la reducción de los precios de los combustibles.
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“El índice de gasolina cayó 7,7% en julio y compensó las alzas en los índices de alimentos y vivienda, lo que da como resultado que el índice de todos los artículos no cambie durante el mes. El índice energético cayó 4,6% durante el mes a medida que los índices de gasolina y gas natural disminuyeron, pero el índice de electricidad aumentó. El índice de alimentos siguió aumentando, aumentando un 1,1% durante el mes a medida que los alimentos en el índice de viviendas subió un 1,3%”, explicó la entidad estadística en un boletín.
Ahora bien, la inflación subyacente, aquella que no contempla alimentos y energéticos, aumentó un 0,3% en julio, un incremento menor al registrado en los tres meses previos de abril, mayo y junio.
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A pesar de la caída, la inflación anual de 8,5% continúa como uno de los registros más altos en la historia del país. Frente a la inflación subyacente, este se sitúa en 5,9% en 12 meses.
Mientras tanto, el índice de energía aumentó 32.9% en los 12 meses que finalizaron en julio, un registro menor al 41,6% de junio. El índice de alimentos aumentó un 10,9% durante el último año, el mayor aumento en 12 meses desde mayo de 1979.
Es importante destacar que los resultados anuales de la inflación y su variante subyacente son menores al 8,7% y 6,1%, respectivamente, que esperaban los analistas del mercado.
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