"Prefiero comer que llenar el álbum", aseguró Alejandro un venezolano fanático del fútbol y que por primera vez en 24 años no podrá llenarlo por la crisis económica que azota al país latinoamericano.
Y es que los costos son inalcanzables para la mayoría: el álbum vale 800.000 bolívares y la caja de láminas, 24 millones. Sumados, equivalen a unos 102 dólares en el mercado negro, marcador de muchos productos importados ante la escasez de divisas que concentra el Estado.
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Para reunir las 670 láminas se requieren dos cajas, según coleccionistas, por lo que el costo puede subir a 200 dólares, monto con el que según Alejandro puede hacer varios mercados.
Así, un empleado con el ingreso mínimo de 1.307.000 bolívares (5,4 dólares) requeriría 37 meses de salario para tener la colección. En 2014 necesitaba 1,7 mensualidades.
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"Hace cuatro años esto estaba full, la gente cambiando láminas, este le pedía al otro. Era una fiesta, todo el mundo se iba alegre, los niños, los abuelos. ¡Ya no! ¡Qué va!", se lamenta Alejandro Souki, comerciante de 32 años.
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Souki también recuerda que la policía debía intervenir porque los jóvenes bloqueaban la calle en su afán por conseguir las ‘monas’ faltantes o ganarse unos bolívares vendiendo las más escasas.
SEGUIRÁ SUBIENDO
El país enfrenta una grave crisis por la caída de la renta petrolera y un errático manejo económico, según expertos, lo que se refleja en escasez de todo tipo de bienes básicos y una hiperinflación que -según el FMI- trepará a 13.000% este año.
José Rodríguez, empleado de un restaurante, cobra mensualmente el equivalente a 20 dólares, así que necesitaría diez salarios para llenar el álbum. "Es imposible", indicó el joven de 22 años. Su colección se frenará por ahora en Brasil-2014 y no podrá vender álbumes llenos, como solía hacer para tener un ingreso extra.
Y como ocurre con casi todos los precios en Venezuela, los del libro y las "barajitas" serán reajustados semanalmente por la inflación y el avance del dólar negro, advierten los vendedores. "La inflación nos está comiendo", se queja Alejandro. En Colombia, llenar el álbum cuesta unos 155 dólares, frente al ingreso básico de 310.
ESPERAR HASTA CATAR 2022
Aunque Venezuela nunca jugó un Mundial de mayores y el deporte nacional es el béisbol, la Copa del Mundo de la FIFA se vive con fervor. El balompié ha ganado terreno con influencia de nutridas colonias de portugueses, españoles, italianos y colombianos.
De hecho, el país lideró las ventas regionales del álbum Panini en 2006 y 2010, pero en 2014 bajaron 50%, comentó Julio López, de una empresa que lo distribuye. Entonces se regalaban hasta seis millones de álbumes para llenar. Hoy, apenas 300.000, dice López, quien ve difícil igualar las ventas de 2014.
Con la devastación económica y la crispación política a flor de piel, en el país aún no hay ambiente mundialista. La publicidad asociada al mayor evento deportivo está ausente en los medios y las grandes marcas.
Aun así, José Freitas, quien ofrece el álbum en su quiosco desde el 23 de marzo, no pierde la fe en que las ventas crezcan conforme se acerque el pitazo inicial. "Hace cuatro años ya había vendido cinco o seis bultos de láminas (cada uno de 12 cajas)", comenta Freitas, de 49 años, que también lo llenará. Eso sí, solo uno, pues antes costeaba los de sus dos hijos.
"Para que los niños no se frustren mucha gente evita traerlos y que se ilusionen con el álbum", cuenta Carlos Escalona, empleado de otro punto de venta.
