La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y Desarrollo, conocida por sus siglas en inglés Unctad, exhortó a la comunidad internacional a encontrar mecanismos de solución para la reestructuración de la deuda externa, en medio de una amplia crisis que enfrentan los países en vías de desarrollo.
“Esto no ha sucedido debido al mal comportamiento de un país. Esto ha sucedido debido a los choques sistemáticos que han afectado a muchos países al mismo tiempo”, dijo Rebecca Grynspan, secretaria general de la Unctad, en el inicio de la decimotercera Conferencia de Gestión de la Deuda de la organización.
De acuerdo con cifras de la organización, los niveles de deuda pública como porcentaje del PIB aumentaron en más de 100 países en desarrollo entre 2019 y 2021. Si se excluye a China, ya este incremento se estima alrededor de los US$2 millones.
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Desde la Unctad, explicaron que este incremento se debe, en parte, al aumento considerable de la tasa de interés a nivel mundial, con lo cual el acceso a financiamiento para sectores y proyectos claves se encarece.
“Casi todos los países en desarrollo se han visto obligados a enfrentar una disyuntiva imposible en un contexto marcado por una pandemia, inestabilidad geopolítica y angustia climática”, dijo Grynspan.
Las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) evidencian que el 70% de toda la deuda en los países emergentes y el 85% de la deuda en los países de bajos ingresos está en moneda extranjera, especialmente en el dólar estadounidense.
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Asimismo, en cuanto a la estructura, los presupuestos de los países quedan “muy expuestos a grandes e inesperadas depreciaciones monetarias”, como consecuencia a que la mayoría de estos gastan en moneda local pero piden recursos en divisas extranjeras.
A finales de noviembre de 2022, al menos 88 países habían experimentado una depreciación frente al dólar estadounidense este año. En 31 de estos países, la depreciación fue superior al 10%, mencionó el documento.
De acuerdo con el nuevo reporte de deuda internacional del Banco Mundial, los países más pobres elegibles para préstamos del la Asociación Internacional de Fomento (AIF) ahora gastan más de una décima parte de sus ingresos de exportación para pagar su deuda externa pública a largo plazo y con garantía pública, siendo este la mayor contribución desde 2000.
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Esto se explica por el incremento de la tasa de interés y la desaceleración de la economía global. Ambos factores que “corren el riesgo” de llevar a “un gran número de países” a esta crisis de la deuda.
Alrededor del 60% de los países más pobres ya corren un alto riesgo de sobreendeudamiento o ya están en dificultades, explicó la entidad en su informe.
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“Se necesita un enfoque integral para reducir la deuda, aumentar la transparencia y facilitar una reestructuración más rápida, de modo que los países puedan centrarse en un gasto que respalde el crecimiento y reduzca la pobreza”, dijo
PORTAFOLIO
