Las mujeres viven una realidad particular en las firmas de abogados en Colombia, producto de las diferentes iniciativas que se han implementado al interior de estas empresas para romper el famoso “techo de cristal” y permitir un mayor equilibrio de género en sus cuerpos directivos.
María del Rosario Gómez, socia directora de Duarte García Abogados, manifiesta que, en el ámbito legal nacional, cada día hay más mujeres abogadas que hombres abogados, esto, considerando el número de tarjetas profesionales que se expiden.
“Mientras que en 1980, por ejemplo —dice la abogada—, se habían expedido 1.177 tarjetas profesionales para hombres y 698 para mujeres, hoy la proporción ha dado un gran vuelco. De acuerdo con la más reciente estadística del Consejo Superior de la Judicatura, el número de mujeres con tarjeta profesional suma 31.075, mientras que, para el caso de los hombres, es de 26.307”.
En específico, y con respecto a las firmas de abogados, la Cámara de Servicios Legales asegura que de sus 1.754 abogados miembros, el 56 por ciento corresponde a mujeres, pero solo el 24 por ciento funge como socias.
Hay que anotar que esta tendencia no es exclusiva de Colombia. La abogada señala que, en Estados Unidos, el 24 por ciento de las mujeres figura como socia de firma. Esa cifra es del 21 por ciento en Europa.
Sin embargo, María del Rosario Gómez indica: “Hay que destacar que nuestras estadísticas son mucho mejores que las de otros países de la región. En Chile encontramos que solo el 12 por ciento de las mujeres tiene calidad de socia, mientras que en México la cifra llega apenas al 9 ciento”.
Y agrega que “a pesar de que estamos mejor que esas naciones, seguimos teniendo bastantes mujeres en cargos menores y sin capacidad decisoria, por ejemplo, en temas y políticas de inclusión y género”.
Ahora bien, ¿cuáles son las ventajas más importantes que tienen las firmas de abogados que apuestan, de manera decidida, por abriles mayores espacios a las mujeres?
Natalia Guerrero, socia de CMS Rodríguez-Azuero, asegura que “los equipos legales que integrados por miembros de ambos géneros consiguen un mejor equilibrio en su ritmo de trabajo y organización”.
Aunque advierte que “es difícil generalizar acerca de las cualidades de las abogadas porque, con base en mi experiencia, son la formación académica y el carácter de cada persona los que definen el lugar que una persona ocupa en un equipo jurídico. No obstante, considero que los equipos legales se enriquecen y logran explotar su potencial en mayor medida, a la vez que mejoran el clima laboral como resultado de la diversidad de género entre los integrantes".
Por su parte, Carolina Daza, directora de servicios técnicos y jurídicos de ClarkeModet Colombia resalta: “No es una cuestión de género, sino de habilidades, actitudes y aptitudes profesionales, las cuales, puestas al servicio de los equipos, posibilitan que estos sean transformadores, proactivos, de alto rendimiento, felices y exitosos”.
Eso, sin dejar de lado el aporte que las mujeres hacen con su carácter y visión, complementarios a los de los hombres, a la labor diaria en las firmas.
“En mi opinión —afirma la socia directora de Duarte García Abogados—, la versatilidad, la dedicación y el compromiso con el que asumimos todos los aspectos de la vida personal se reflejan en la manera como desempeñamos nuestras carreras profesionales”.
“Las mujeres abogadas aportamos al mundo y a nuestros cargos una visión más empática, sensible, complementaria del ejercicio de nuestra profesión. Hemos aprendido a balancear la vida personal con la profesional, fijando límites en lo laboral cuando se necesite para poder atender lo privado, y a pedir ayuda en lo personal cuando necesitamos el tiempo y el espacio necesario que nos permita conquistar metas en el campo del Derecho”, destaca Carolina Daza.
La socia y gerente general de Duarte García Abogados añade al respecto que “las mujeres podemos manifestar una sensibilidad especial que nos permite mayor flexibilidad en temas como resolución alterna de conflictos, ayudando de una manera más afectiva a su resolución”.
Pero el beneficio es mutuo. Las firmas les ofrecen a sus abogadas la posibilidad de enriquecer su experiencia y formación profesional desde el punto de vista técnico y social, a la vez que les permite desarrollar aptitudes y habilidades para desempeñar trabajos con altos niveles de exigencia y complejidad.
Entonces, los retos que las firmas de abogados tienen actualmente en torno a la exigencia y responsabilidad que asumen particularmente frente a los clientes, pero también en general frente a la sociedad, vienen siendo afrontados por las mujeres en igualdad de condiciones que los hombres, sin perder de vista que, históricamente, ellas desempeñan un papel sumamente importante en la familia, lo cual implica un nivel de exigencia superior.
