Los pequeños emprendedores del negocio de bebidas alcohólicas, en especial los productores de cerveza artesanal, celebran un alivio que les acaba de otorgar el Gobierno.
(Cerveceras, volcadas hacia los domicilios).
Con la expedición del Decreto 1366 del 16 de octubre del 2020, podrán tramitar ante el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) un registro sanitario para varias de sus formulaciones, lo que les representará ahorros significativos en sus negocios.
(En cinco años se vendería 33,8% más en cerveza en Colombia).
“El problema para muchos de los microempresarios es que el negocio se basa en la producción a pequeña escala y de una gama variada. La expedición de un registro puede ser de entre 3,5 a 4 millones de pesos, un monto que varía según los requerimientos que hagan las autoridades”, explica Daniel Lozano, presidente del Colectivo Colombiano de Cervecerías Artesanales, Colcas, que reúne a 140 empresas, de más de 255 que operan en el país.
Para Lozano, este monto es oneroso para un microempresario, más si se tiene en cuenta que para sacar, por ejemplo, tres recetas al mercado, sería mayor el pago ante el Invima, lo que acaba reduciendo el margente con el que cuentan estas firmas en el mercado.
Así, este decreto va a permitir a los emprendedores sacar un registro sanitario que cubre un diferente número de recetas, y se espera que en la reglamentación pendiente se incluya el establecimiento de que su monto sea menor al tradicional, agregó el empresario.
“La cerveza en su composición tiene 4 elementos básicos: malta, lúpulo, levadura y agua. No cambia, más allá de que se le agreguen algunos ingredientes”, plantea Lozano.
Esto lleva a otro de los puntos importantes de la medida, pues varias cervecerías exploran con productos locales como el cacao, y esta ventaja estimulará que estos pequeños empresarios puedan también aumentar sus compras de materias primas del sector agropecuario, beneficiando a su vez las cadena de suministro regionales.
En todo caso, el microempresario que quiera gestionar el registro sanitario especial lo puede hacer siempre y cuando cuente con un certificado de buenas prácticas de manufactura.
Lo anterior, dice el vocero, porque los cerveceros artesanales reconocen la importancia de la formalización y la calidad de los productos con el fin de llevar la bebida a un mayor nivel.
El diálogo de los microempresarios con el Gobierno se inició en el 2018 con una carta al presidente Iván Duque, en la que le planteaban la necesidad de que su administración le brindara apoyo a una industria que tiene proyección y que en otros países ha ganado relevancia.
En Estados Unidos, Por ejemplo, genera más de 500.000 empleos y contribuye con más de 76.000 millones de dólares a la economía, dice Daniel Lozano.
“Según los datos disponibles, unas 255 cerveceras artesanales que tenemos en Colombia están en 83 municipios en 19 departamentos. Esto es un tema nacional y que incide en las regiones”, fue uno de los argumentos al Gobierno.
“Somos una industria que entra en el grupo de la gastronomía y, por lo tanto, se incluye en las actividades de la economía naranja, tema bandera del Gobierno”, también sostuvieron.
Luego vino una mesa de trabajo con los ministerios de Salud y Comercio, y con el Invima, que llevó a la reciente expedición de Decreto. Las discusiones también permitieron identificar esta inactividad productiva como un proyecto de interés nacional y estratégico, en la misma línea de apoyo a productos como el aguacate Hass.
De hecho, cabe mencionar que justo cuando comenzó la pandemia, Colcas hizo una encuesta para identificar la situación del sector del país. En esta, se encontró que 60 cervecerías produjeron el año pasado 1,1 millones de litros, lo cual es ‘microscópico’ frente al volumen que manejan los industriales.
Igual, estas empresas reportaron un crecimiento del 133% durante el 2019 frente al 2018.
El 46% de ellas no cuenta con registro sanitario. El ingreso promedio es de $199 millones por unidad productiva.
