La inclusión laboral es un tema que está llegando a las grandes empresas del país. Tal es ejemplo de Juan Valdez, que desde hace once años ofrece a los jóvenes de diferentes ciudades del país la oportunidad de trabajar en las tiendas y transformar la percepción sobre la discapacidad.
A través del programa, Amigos del Alma, hoy 76 personas con discapacidad cognitiva encuentran en el tradicional grano de café una oportunidad para saborear la vida.
"Este es un proyecto de Procafecol, empresa encargada del desarrollo de las tiendas, que tiene un componente emocional enorme que nos conmueve hasta las lágrimas", dijo la vicepresidenta de Mercadeo de Juan Valdez, Alejandra Londoño.
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Tal emoción es evidente cuando se observa a mujeres y hombres mayores de edad, que hasta hace poco permanecían alejados del mundo laboral, "florecer" en el competitivo mundo del barismo, como se conoce al arte de preparar bebidas a base de café. Ellos, comentó Londoño, "trabajan en 61 tiendas instaladas en 12 ciudades colombianas y participan anualmente en el Campeonato Nacional de Baristas del Alma Juan Valdez que busca motivarlos a hacer visibles sus conocimientos sobre el café y su deseo de superar barreras sociales".
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En la tercera edición del concurso, que se llevó a cabo del 23 al 26 de octubre en Bogotá, se dieron cita 25 baristas que se enfrentaron a un jurado que evaluó su desempeño según los estándares nacionales e internacionales. En 15 minutos los competidores debieron preparar dos expresos, dos bebidas con leche y dos de autor.
"La competencia es muy exigente porque hay que dedicarle tiempo a aprender siempre cosas diferentes para atender bien a los clientes", indicó Mauricio Losada, de 39 años, quien lleva cuatro años en la compañía.
A pesar de quedar eliminado en las rondas finales, Losada se declaró "emocionado de participar y llegar lejos" en un empleo que, comentó, nunca pensó tener pero que le cambió la vida. "A mí me da mucha alegría hacer parte de este proceso y que mi mamá se sienta orgullosa de mi porque entiende que estoy haciendo algo útil y que ahora sé desde cómo se siembra el café hasta cómo preparar una deliciosa bebida", sostuvo.
También, Diego Orozco, de 43 años, fue ovacionado por el público al obtener el sexto lugar en el encuentro. "Para mí el café es un despertar en la mañana y la posibilidad de acompañar a otros compañeros para que se esfuercen y demuestren que sí son capaces de trabajar", indicó nervioso. Y es que, señaló, la competencia fue "feroz" y por ello tras conocer el resultado se propuso "volver a estar en la final porque es algo increíble" y no descansar hasta convertirse "en el campeón de 2019".
Pero, todos deberán tratar de igualar los conocimientos de Giovanni Rey, quien se coronó "Barista del Alma 2018", a sus 29 años. Rey, de pocas palabras y luciendo el delantal con el que a diario ejerce su labor en la tienda Juan Valdez que se ubica justo al frente de la sede de la Federación Nacional de Cafeteros en la capital colombiana, juró defender su título. "Trabajé muy fuerte para alcanzar este logro porque cuando empecé no sabía nada y ahora soy el mejor porque le tengo amor al café", manifestó con timidez.
Precisamente, destacó Londoño, "la intención de Juan Valdez es mejorar la existencia de los baristas y sus familias" que luego de ver el crecimiento profesional de los jóvenes "se convierten también en férreos defensores de la cultura cafetera" y en verdaderos "Amigos del Alma" del grano colombiano.
