A través de distintos frentes Alpina continúa consolidándose en Colombia como una de las empresas más comprometidas con la sostenibilidad. Prueba de ello son los resultados del 2019, que, entre otras cosas, revelaron que la entidad redujo en un 23% la huella de carbono de sus procesos.
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“La sostenibilidad está inmersa en nuestro ADN, ha sido parte de nuestras decisiones y nuestras acciones. Queremos ser esa compañía que continúe en el corazón de los colombianos, pero haciendo cosas que nos permitan cuidar realmente el medio ambiente y llevar un desarrollo al país”, resalta Lina Gamboa, coordinadora de sostenibilidad de Alpina.
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Y es que la estrategia de la empresa en esta dirección integra además un fuerte componente social que se traduce en lo corrido de 2020 en $14.000 millones de donación de productos, que se suman a los $29.000 millones totalizados en los últimos 10 años hasta el 2019 en el componente medioambiental.
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Son cerca de 2.965 fincas ganaderas con las que Alpina trabaja de la mano para generar asociaciones que puedan cumplir con todos los estándares de calidad para incentivar su desarrollo.
Asimismo, hay un ejercicio articulado con 246 agricultores por medio de distintos proyectos en los que también se busca, desde hace 20 años, lograr un empoderamiento de las mujeres del campo.
“Tenemos alrededor de 5.000 colaboradores en Colombia. Hoy en día desarrollamos un programa de proveedores, entonces ahí vamos mezclando una cantidad de grupos de interés en este frente social. Siempre hablamos que es un tema recíproco, o sea, nosotros estamos llegando a la sostenibilidad, pero lo estamos haciendo juntos con toda la cadena de valor”, destaca Gamboa.
ECONOMÍA CIRCULAR
Como miembro del Centro Empresarial para el Reciclaje (Cempre) y del piloto de Visión 30/30 de la Andi, Alpina le apuesta a la implementación de estrategias de economía circular en distintos ejes para aumentar su compromiso con la sostenibilidad.
Actualmente gracias a sus programas de gestión, esta empresa aprovecha el 92% de los residuos de su operación, y en los últimos seis años ha logrado reducir 3.000 toneladas de material puesto en el mercado.
“Lograremos que los materiales vuelvan a reincorporarse a las cadenas productivas por lo que contamos con materiales reciclados en nuestros propios empaques, que hacen que esa promesa de economía circular sea cierta. Pero todavía nos queda un camino grande por recorrer y eso es lo que estamos haciendo”, asegura Gamboa.
De otro lado, la vocera asegura que se han logrado aprovechar los residuos para generar energía en la plata en Sopó. Esto, sumado a la inversión que se ha hecho en sostenibilidad a lo largo de los años, ha disminuido en un 9,5% el consumo de energía de toda la compañía, lo que equivale a la demanda eléctrica del municipio durante 14 meses.
“Asimismo en agua en nuestras plantas, tenemos un sistema de circulación en las calderas que es economía circular y en enfriamiento. Entonces es un concepto que se aplica a lo largo de nuestro eje del medio ambiente y estamos muy comprometidos en que ese es camino”.
El avance la compañía con el cuidado del medio ambiente, traducido en los resultados del 2019, busca aportar al alcance de 13 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Y es que según Gamboa, actualmente las empresas tanto grandes como medianas y pequeñas son más conscientes de la necesidad de adaptarse en esta dirección.
“Yo creo que cuando el consumidor sabe que un producto viene de una compañía que se preocupa por hacer las cosas bien y que de alguna manera está teniendo un impacto positivo en el país, realmente sí ve esto como algo bueno”, concluyó.
LOS VOLUNTARIOS DE ALPINA
La sostenibilidad está presente de manera transversal en Alpina, por lo que también realiza voluntariados, que en el último año han impactado a más de 1.000 personas. Esta empresa realiza actividades en cuatro lugares del país: Sopó y Bogotá en Cundinamarca, Puerto Carreño, Vichada y Pradera, en el Valle del Cauca.
