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30 sept 2018 - 8:00 p. m.

Retos de la industria del tabaco: la clave es regular

Actores globales de este negocio, reunidos en Londres, proyectan la actividad.

Tabaco

En el Foro Gobal de Tabaco y Nicotina, los actores revisaron la supervivencia de la industria con el enfoque de reducir el daño.

GTNF

POR:
Portafolio
30 sept 2018 - 8:00 p. m.

Una cosa está clara para la salud global y para la misma industria: el tabaco, por efecto de la combustión, produce más de 200 sustancias tóxicas para quien fuma y para su entorno. Sus daños son más que comprobados y ello se convirtió en un reto para esta actividad.

(Lea: ¿Sirvió el impuesto al tabaco para reducir el contrabando?)

Por ello, los actores de la industria están de acuerdo en un punto: la meta es trabajar por la reducción del daño del tabaquismo. Esto ha llevado a un nuevo capítulo a esta industria con la profundización de alternativas relacionadas con los cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado. El debate no es menor y pone a pensar sobre la supervivencia de esta centenaria actividad.

(Lea: El cigarrillo, un negocio que cada vez echa menos humo)

“Muchos países se están preguntando cómo se deben poner impuestos y regular los productos de tabaco calentado y los cigarrillos electrónicos. Creemos que deben pensar en medidas proporcionales al nivel de riesgo de estos productos. Entre más riesgoso es, más estricta debe ser la regulación. Los cigarrillos y estas alternativas deberían ser reguladas de manera diferente”, aseguró Germana Barba, vicepresidenta de estrategia regulatoria de Philip Morris International.

(Lea: Industria del cigarrillo quiere impulsar productos de riesgo reducido)

De hecho, durante el Foro Gobal de Tabaco y Nicotina (GTNF-2018 por sus siglas en inglés), realizado en días pasados en Londres, los líderes de la industria y expertos en salud pública, una vez más reiteraron la necesidad de regular nuevas formas de consumo de la nicotina sin combustión que, en países como Gran Bretaña y Japón, cuentan con reglas claras para consumidores, autoridades e industria.

Se trata de un debate que se extiende a otras regiones del mundo. Los desarrollos que representan la eliminación del humo y la combustión en el consumo de nicotina no tienen estudios científicos concluyentes, por lo que organismos vigilantes como la FDA de EE. UU. aún no emite una opinión al respecto.

“Usted sabe que si fuma su riesgo de infarto se eleva, así que usted sabe que debe hacer el cambio. Entonces la pregunta es si es clave cambiarse al cigarrillo electrónico. Y ahí depende de si el individuo utiliza marcas de confianza para ver realmente mejoras en la salud”, consideró David Levy, profesor de Oncología del Centro de Cáncer Lombardi, de la Universidad Georgetown.

“Vaporear (aspirar y despedir el vapor de los cigarrillos electrónicos) es 95 % más seguro que fumar según un informe Inglés de Salud Pública sobre los cigarrillos electrónicos de febrero de este año”, destacó Matt Ridley, periodista científico que investiga sobre el tema. Para él estas novedades obedecen a la necesidad de acceder a alternativas limpias de consumo de nicotina.

De hecho, en Inglaterra de 2,9 millones de usuarios de cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado, 1,5 millones ha dejado de fumar entre 2010 y 2017, a lo que se suman reducciones en los gastos trimestrales de 400 a 190 libras.

De acuerdo con el cardiólogo Konstantinos Farsalinos, del Onassis Center en Grecia y uno de los principales investigadores del tema, cuando se enciende un cigarrillo, con la quema del tabaco y de otras sustancias se emanan miles de químicos, muchos de los cuales están asociados a enfermedades como el cáncer. Por ello, el experto considera que “lo mejor es no fumar, pero si no ha podido o querido dejarlo sería preferible que se cambie a alternativas de menor riesgo”.

Para Clive Bates, director de ‘Counterfactual’, consultor en política pública y quien forma parte de los expertos que firmaron la carta a la OMS para pedir regulación al respecto, “hay prohibiciones que ocasionan que la gente que quiere migrar a estas alternativas no lo haga y continúe fumando. Esto es una consecuencia negativa para la salud pública”, aseguró.

Ayda María Martínez
Editora ADN
Por invitación de Philip
Morris Internationa
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