Viva desde el primer momento de su solicitud de integración con Avianca ha señalado que “se encuentra en una situación financiera precaria, crítica y extremadamente difícil” y ha advertido que “de no aprobarse la Transacción, se verá condenada a desaparecer de forma definitiva del mercado en un plazo que, en el mejor de los escenarios, no superaría 60 días calendario”.
(Crisis de Viva: crece la zozobra para cientos de sus empleados).
Después de un vaivén procesal, el 18 de enero, a través de la resolución 79, la Aerocivil declaró que no siguió los reglamentos apropiados y declara “la existencia de una irregularidad sustancial en el trámite”. Dos días después, Viva asegura que se reunieron con el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, donde los lessores le avisaron que no podían esperar más de dos o tres semanas.
“La expectativa saliendo de esa reunión fue que Aerocivil tomaría acción dentro de unas semanas (entre 3 y 5 semanas). Es decir, los lessores esperaban decisión no mas tardar que finales de febrero”, reconoce.
(Avianca aclara en qué consiste su negocio con Viva).
En ese momento, Viva asegura que trabajó con lessores para retener la flota por el tiempo mayor, días más tarde se acoge al decreto 560 el 10 de febrero, pero piden una decisión urgente para continuar.
Castlesouth le envío una carta al Gobierno detallando que el 20 de febrero, perdería 10 aviones.
El 27 de febrero, “desde temprano en el día, se le habla a altos funcionarios del gobierno que Viva suspenderá operaciones ese mismo día”, señalan.
(Superindustria se tomó las oficinas de Avianca y Viva).
“Es un hecho (y por su propia admisión), que Aerocivil cometió errores que directamente demoro su análisis y nos lleva a donde estamos hoy”, “si esto no es una empresa en crisis, ¿entonces cuál es el estándar que está siguiendo Aerocivil?”.
PAULA GALEANO BALAGUERA
