Con el objetivo de contar con un suministro local y fortalecer la industria nacional, la multinacional Baxter y la empresa de producción de sal Brinsa se aliaron para desarrollar Pharmasal, la primera sal de grado farmacéutico producida en Colombia.
A través de esta iniciativa de encadenamiento productivo, las dos firmas busca sustituir la importación de esta materia prima, la cual es clave en la elaboración de los insumos empleados en el tratamiento de pacientes renales y que, hasta ahora, era transportada desde Estados Unidos y Alemania.
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En total, la primera etapa del proyecto contó con una inversión de más de 110 mil dólares. Este monto se deriva del proceso de transferencia de conocimiento, la validación de la materia prima para la producción de soluciones hemoconcentradas, la adecuación de la infraestructura, equipos de laboratorio, la capacitación especializada del personal, entre otras acciones que se adoptaron para cumplir con los estándares requeridos para la elaboración de este producto.
Pharmasal se destaca por cumplir con las especificaciones de referencia de la USP (United States Pharmacopeia), es decir, que cuenta con las exigencias internacionales establecidas por la Farmacopea de EE. UU. para que este material pueda ser utilizado en la fabricación de productos farmacéuticos.
Según explicó, Cristina Sánchez, directora de la unidad de ventas para el sector alimentos de Brinsa, con esta producción local, la compañía proyecta vender 4.000 toneladas de sal grado USP al año en Colombia y estima incrementar su potencial de exportación con la comercialización de 24.000 toneladas en Latinoamérica.
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En el caso de Baxter, la compañía de artículos médicos contempla dejar de importar anualmente alrededor de 2.000 toneladas de este material.
Además, como parte de esta alianza, la siguiente fase se concentrará en el desarrollo de una sal API (ingrediente farmacéutico activo), que les permitirá a ambas compañías abrirse paso en el mercado con el uso de este componente en la fabricación de soluciones intravenosas.
Planta de Brinsa
Cortesía
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Con la llegada de esta sal farmacéutica de producción colombiana al mercado, Baxter y Brinsa no solo buscan generar un impacto económico, sino también social y ambiental.
“Si bien es una sal, digamos de nicho, para nosotros es importante saber que estamos impactando a la población, que estamos garantizando que ante cualquier evento que exista en carreteras, en puertos, en temas públicos, los pacientes van a tener un suministro local y una cadena logística más corta que va a garantizar que el tratamiento de salud no se interrumpa”, destacó Juan Camilo Arango, gerente de la unidad estratégica de negocios químicos de Brinsa.
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De acuerdo con Arango, a nivel ambiental, el contar con una oferta doméstica también permitirá acortar la cadena de suministro, lo que a su vez contribuye en la reducción de la huella de carbono.
Andrés Guzmán, gerente de compras de Baxter, y Cristina Sánchez, directora de la unidad de ventas para el sector alimentos de Brinsa
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Por otro lado, Andrés Guzmán, gerente de compras de Baxter, señaló que esta iniciativa también ayudaría a generar más soberanía sanitaria en el país, al no depender del suministro internacional para disponer esta materia prima.
“Al contar con una producción local, eso da una soberanía en que dependemos únicamente como país para fabricar estos productos para los pacientes renales, lo cual permite mitigar cualquier riesgo de desabastecimiento que pueda haber desde la parte internacional”, indicó.
JESSIKA RODRÍGUEZ
Periodista Portafolio
