El cambio de estrategia de Ucrania al haber tomado la decisión de extender el escenario de la guerra e invadir a Rusia, tomó al mundo, pero sobre todo al régimen autocrático ruso, por sorpresa. Se trata de la primera invasión de Rusia desde la Segunda Guerra Mundial, y puede tener dos aparentes consecuencias: cambia la narrativa de la guerra y obliga a Rusia a la mesa de negociación, o debilita a Ucrania de tal manera que su derrota pareciera imposible de revertir.
Desde el punto de vista moral y estratégico, Ucrania se encuentra en todo el derecho de defenderse de manera activa, trasladando el escenario de la guerra hacia el territorio de otrora invasor. Es precisamente la región de Kursk desde la cuál Rusia lanzó múltiples ataques contra la población civil y la cual ahora está ocurriendo el ataque ofensivo del ejército ucraniano. En una primera instancia, la contraofensiva en territorio ruso ha producido resultados positivos al haber limitado el poder militar ruso, haber tomado cientos de prisioneros de guerra, y cortado el suministro logístico para las fuerzas que ocupan Ucrania.
Pero más allá de esto, ha traído tres efectos inmediatos. Primero, ha fortalecido la moral de las tropas ucranianas que se veían desbordadas por la ofensiva rusa en su territorio; segundo, le ha demostrado al mundo que Ucrania es capaz de retomar la iniciativa; y tercero, ha expuesto las debilidades de Rusia y su régimen. Ahora, no solo quedo claro que no ganaron la guerra en pocos días como se pretendía en febrero del 2022, sino que los civiles en Kursk no presentaron resistencia y las tropas rusas no lograron evitar los primeros éxitos militares.
Para Occidente, quedó claro que una defensa exitosa a veces requiere de una ofensiva puntual. En ese sentido, sigue sin entenderse la prohibición de varios países de usar mísiles de larga distancia para atacar bases rusas desde las cuales se lanzan ataques sin misericordia a la población civil en Ucrania.
Sin embargo, los riesgos para Ucrania son inmensos. Al haber trasladado las tropas hacia territorio ruso, no queda claro que pasará en la defensa de su propio territorio. Si las fuerzas militares de Ucrania sufren grandes pérdidas humanas y materiales en las próximas semanas, esto podría revertir de inmediato el aparente éxito inicial. Además, Ucrania debe dejar claro que su incursión en Kursk es solo defensiva y como mecanismo de negociación, pero que no se trata de una ocupación a largo plazo.
La pregunta es si las consecuencias de la primera invasión de Rusia después de la Segunda Guerra Mundial tendrá otros resultados a lo ocurrido en su momento, que implicó la derrota de la Alemania Nazi y el fin de la guerra. En este caso, la esperanza del mundo democrático es que efectivamente puede resultar en el fin de la guerra y en el inicio de las negociaciones, pero en la derrota y el debilitamiento de la dictadura de Putin y el resurgimiento de una Ucrania libre e inmersa en los valores de Occidente.
Rafael Herz
Analista Internacional
