La película Romper el círculo invita a clausurar relaciones tóxicas. Habitualmente se crean repitiendo a un ancestro de modo inconsciente, y es mucho lo que se sufre.
Una acción sanadora y liberadora es la de saber cerrar los ciclos. Eso pide coraje, determinación y aceptar en paz que ya algo no fluye. Llegó la hora de soltar, liberar apegos, confiar y tomar otro rumbo sin odios, iras o culpas. Ámate mucho, ama a Dios con todo tu ser, y deja ir para no sufrir. Un ejercicio ayuda a alejar dudas y miedos. Es el PyG que usan las empresas. Medita un rato y di: “Gracias, Dios y angelitos, me llegan señales muy claras para tomar la mejor decisión”. Luego haces una lista de lo que pierdes, y otra de lo que ganas al cerrar un ciclo. Analiza todo: tu bienestar, tu economía, los seres que amas, lo emocional, lo mental, lo espiritual.
Desprenderse y dejar ir es vital, y puede ser porque tu ser te pide que cambies de casa, de trabajo, de país o ciudad, de pareja, de religión, etc. Si no lo haces, sigues mal y en tu proceso no eres feliz. O en la vida aplazas eso, y más tarde te ves presionado a soltar con más dolor. Si escuchas tu corazón y lo decides con amor y fe, puedes estar seguro que todo estará bien. Sí, cerrar un ciclo no es fácil, pero nada valioso se aprende de lo fácil. Un buen jardinero sabe que, al podar o cortar, le hace un bien a la planta.
Soltar es una de las acciones más liberadoras y valiosas de la vida porque permite dejar el ayer y aprovechar el ahora. El humano tiende a cargar en pesadas alforjas, odios, culpas, iras, rencores y las desdichas del pasado. Otras veces carga una relación que agobia y no da felicidad. Entonces el pasado se torna bien pesado, y sigue siendo un amargo y desabrido presente que es fuente de sufrimiento. Algunos no tienen presente porque están atados al ayer, dudan y no deciden soltar, sanar, liberarse y desprenderse.
Si tu corazón te dice que es la hora de ponerle fin a una relación, escúchalo y confía que todo estará bien. Es vital que cierres el ciclo totalmente porque solo así podrás abrir bien otro. Mientras conserves un vínculo, regalos o comunicación, el ciclo sigue abierto. Puede que, pasado un buen y tiempo, quien fue tu pareja, sea un amigo, pero mucho después, ojalá, cuando ambos tengan una nueva pareja. Si no lo cierras del todo, tu energía vital baja, la vida no fluye y sufres. ¿Por qué te aferras obstinado a lo que te hace daño? Visualiza un paisaje otoñal, los árboles y las hojas que cubren el suelo de color ocre, naranja o rojizo. Un lindo proceso de desprendimiento.
Gonzalo Gallo G.
Escritor y conferencista
