Tras catorce años de gobiernos conservadores, Inglaterra afronta la quiebra de compañías de agua, colapso en prisiones, problemas en sanidad pública y lento crecimiento. El Reino Unido crece despacio tras la recesión y su inflación supera el 11%, millones de personas esperan meses para operaciones o tratamientos y moverse en tren, en bus o auto es una aventura por retrasos, cancelaciones y carreteras averiadas. Además, los médicos de atención primaria, han estado en huelga durante las últimas semanas por sus condiciones salariales.
Hay colapso de las cárceles, cuyos presupuestos fueron recortados por los gobiernos conservadores, amenaza de quiebra la compañía privada que gestiona el agua y ello puede coincidir con la quiebra de muchos ayuntamientos, pues de hecho Birmingham ya entró en cesación de pagos. Hay universidades al borde del cierre por falta de estudiantes y menos becas de investigación tras la salida del Reino Unido de la UE. Por todo eso el nuevo primer ministro laborista Keir Starmer ha prometido “Vamos a reconstruir el Reino Unido” y asegura que creará 7.500 nuevas plazas en facultades de Medicina y 10.000 nuevos puestos al año para enfermeras y matronas y volverá a autorizar la instalación de energía eólica en tierra, vetada por los conservadores.
Starmer proyecta crear una nueva compañía pública para energías renovables, renacionalizar los trenes, ahora en manos privadas con monopolio de rutas y subsidios mientras imponen precios elevados por servicios lentos, retrasados y masificados. Actualmente, las empresas de agua, en manos de fondos privados, son multadas a menudo porque no invierten para evitar vertimientos de aguas fecales en los ríos o para evitar las inundaciones constantes. Con el nuevo gobierno las empresas de gas y petróleo tendrán que pagar más impuestos, los residentes pagarán más gravámenes por sus patrimonios en el extranjero y aumentarán los impuestos a los directivos de fondos de inversión. El dirigente laborista aseguró que “no subirá los impuestos a la gente trabajadora: ni el impuesto de renta, ni el IVA ni las contribuciones a la seguridad social”.
También se propone construir más viviendas, pues sin contar Londres, el Reino Unido se encuentra entre los países más empobrecidos de Europa. Una de sus primeras decisiones será terminar con el plan del primer ministro conservador Rishi Sunak para deportar a Ruanda a solicitantes de asilo que lleguen al Reino Unido de cualquier país sin haber hecho antes los trámites.
Aun con esas medidas el crecimiento no va a ser significativo mientras Reino Unido siga fuera de la Unión Europea. Por ello Starmer sugiere una relación más cercana con la UE facilitando el comercio y los movimientos de algunos profesionales. Aunque Starmer hizo campaña contra el Brexit no ve opciones realistas de que su país pueda regresar a la Unión Europea y solo aspira a firmar pactos de cooperación en defensa, energía y cambio climático.
Beethoven Herrera Valencia
Profesor Emérito Universidad Nacional de Colombia y de las universidades Javeriana y Magdalena
