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Dos elecciones - un mensaje

El centro, no puede dejar de responder a las preocupaciones de gran parte de la población.

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En mitad de la pandemia, tuvieron lugar elecciones presidenciales en Ecuador y parlamentarias en Cataluña. Dos elecciones muy distintas, en sitios lejanos, con elementos muy diferentes en contienda. Sin embargo, el mensaje parece ser claro en ambos casos.

En Ecuador se llevó a cabo la primera vuelta de la elección presidencial, con 14 (!) candidatos en el tarjetón.

En primer lugar, quedo el delfín de Rafael Correa, Andrés Arauz. El segundo lugar, para pasar a la próxima vuelta, se lo disputan el candidato indígena Yaku Pérez, y el conservador Guillermo Lasso. Independientemente de quién de los dos, en medio de acusaciones de fraude, pase, más del 50% de los ecuatorianos votaron por un mensaje populista.

El programa de Arauz retoma donde dejó su mentor, en una intervención directa en la economía, un rol creciente del estado empresario, subsidios, y el rechazo a programas de ajuste por parte de los entes multilaterales.

Pérez, a su vez, hace un llamado a la sublevación contra la opresión a las minorías, con un llamado al rechazo de la oligarquía y al modelo, que según el y sus seguidores, a excluida a la franja amplia étnica de la población, y ha, supuestamente, sacrificado los valores de sostenibilidad ambiental.

En Cataluña, más del 50% de los votos reclamaron de nuevo por la independencia de España, con la mayoría de los votos en cabeza del Partido Socialista, que no respalda dicha independencia, pero recoge elementos como menos transferencias al gobierno central, más apoyos directos a las regiones, y mayor autonomía en asuntos como educación, fuerza policial y militar, y decisiones presupuestales.

En esta provincia española, o una Cataluña independiente, si se asume el voto mayoritario, el tema central es un elemento pasional alrededor del rechazo de un pasado centralista, logrando un desligue de España a toda costa, en contra de la racionalidad económica, la sostenibilidad fiscal, un frente cultural común, y una lógica histórica, a pesar de las diferencias políticas entre Cataluña y el resto de la península ibérica.

El mensaje debe haber quedado claro para próximas contiendas electorales. El centro, no puede dejar de responder a las preocupaciones de gran parte de la población. Las banderas en temas como la lucha contra el cambio climático, la inclusión de las minorías, la equidad de género, no pueden quedar en manos de extremos. Tampoco, se puede dejar de responder a la pasión, como el independentismo, con simples argumentos tecnócratas.

Quienes deseen gobernar con una visión de mercado, con un sistema democrático, respetando el derecho a la propiedad privada, la integración económica nacional e internacional, y a la gestión empresarial, deben también incluir en sus programas elementos como respeto por las minorías, equidad, sostenibilidad social y ambiental.

Esto significa, que reformas estructurales al sistema político, a la justicia, a la seguridad social, y al sistema tributario deben ser parte de una plataforma que permita evitar que el populismo y los extremos lleguen al poder.

Rafael Herz
Analista Internacional
rsherz@hotmail.com


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