El Covid-19 dejó a las farmacéuticas en el centro de la atención mundial. La urgencia por soluciones terapéuticas, el impacto en las cadenas de suministro, los cambios de planes en investigación clínica y las nuevas preferencias del consumidor generaron tal nivel de disrupción que se avecina un 2021 de enormes desafíos para esta industria llamada a la renovación, la sostenibilidad y el propósito.
Según la encuesta anual de reputación de Gallup en Estados Unidos, la percepción de las farmacéuticas mejoró levemente durante la pandemia. Aunque los esfuerzos del sector por responder satisfactoriamente a la crisis son evidentes, más allá de leerse como un acierto o una oportunidad, este hecho muestra que nuestro propósito fundamental es y será trabajar a favor de los pacientes y de la salud pública mundial.
Pero ¿cómo lograrlo en medio de un contexto de incertidumbre y constante transformación? ¿Cómo generamos valor para los pacientes y la sociedad?
En primer lugar, la pandemia dejó en evidencia la necesidad de seguir aumentando la inversión en investigación y desarrollo.
La creación de valor a través de la innovación con impacto es trabajo de todos. Nuestro deber es y será generar soluciones médicas que trasciendan la medicina y den prioridad a la ciencia. Para impactar positivamente la vida de los pacientes será necesario que integremos tecnología médica innovadora con avances provenientes de otros campos.
Por otro lado, al transitar por esta nueva realidad no podemos ignorar la interconexión global y la adopción de nuevas tecnologías. Estamos llamados a y liderar grandes procesos de transformación digital que nos permitan satisfacer las nuevas formas de consumo, mejorando la vida de los pacientes y sus cuidadores.
Por ejemplo, de acuerdo con cifras de Statista, antes del Covid-19 solo el 6% de pacientes usaban la telemedicina. Tras la crisis, se estima que al menos el 19% de las consultas continúen de forma remota.
Un verdadero reto de cara a nuestra interacción con los actores de la salud, con quienes debemos trabajar en forma ética y colaborativa para ofrecer modelos de atención centrados en el paciente, más humanos e innovadores.
Finalmente, la situación mundial nos insta a reflexionar, bajo el lente de la responsabilidad compartida, cómo desde nuestra industria podemos aportar para la construcción de sistemas de salud más sostenibles y equitativos, que permitan a nuestros países alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3: “garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades”.
Con tal propósito en mente, será necesario que trabajemos de la mano con los gobiernos de todo el mundo para garantizar el abastecimiento y el acceso a medicamentos. Aunque esta es una tarea atemporal, las transformaciones sociales, políticas y económicas pospándemicas nos invitan a repensar el rol de la ciencia y la innovación farmacéuticas en la responsabilidad fundamental de resolver las actuales necesidades médicas insatisfechas.
Luis David Hernández
Gerente General de Astellas Farma Colombia
