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Revista Portafolio

04 ene 2024 - 7:25 p. m.

Los secretos del CEO de Inter Rapidísimo para catapultar a la empresa

Con menos de un salario mínimo de presupuesto y una bicicleta, el CEO de esta compañía comenzó un negocio que hoy cuenta con 8.000 colaboradores.

Norman Chaparro, CEO de Inter Rapidísimo
POR:
Ómar G. Ahumada Rojas
04 ene 2024 - 7:25 p. m.

Con camisa remangada y jean, su atuendo cotidiano de labores diarias, Norman Chaparro nos recibe en una oficina que refleja, de entrada, su estilo gerencial:  sencilla, práctica y con lo básico para cada jornada en la que él, su equipo de trabajo y sus 8.000 socios de entrega deben ratificar la promesa de valor: que los envíos lleguen ‘rapidísimo’.

Un espacio, en el sector de Montevideo, en Bogotá, en el que no puede faltar un objeto que siempre le recuerda sus orígenes como empresario en Villavicencio (aunque es boyacense de nacimiento) y lo mantiene con los pies en la tierra como CEO de Inter Rapidísimo: una bicicleta ‘panadera’, como se le conoce coloquialmente al medio de transporte con el que despegó en el negocio de la mensajería en 1988 y que es hoy una organización que lidera el mercado, medido por número de envíos. En esa atmósfera tranquila pero a la vez acelerada, Chaparro le cuenta a Revista Portafolio su historia, su filosofía empresarial y los proyectos que están en marcha.

¿Cuáles fueron los orígenes de Inter Rapidísimo?

Las personas nacemos con un talento. Lo importante es descubrirlo y yo nací para ser mensajero. Cuando era pequeño, en Villavicencio, era el preferido de mi mamá para hacer mandados.

A ella le gustaba muchísimo porque no tenía que dictarme el listado de las compras, pero adicionalmente yo llegaba muy rápido y con las ‘vueltas’ completas.

Un día me dijo: “chino, usted sí sirve para hacer un mandado”, y ahí yo recibí el grado como mensajero. Empecé a estudiar y desde que crecí no he hecho otra cosa que trabajar en mensajería.

¿Cuál es la historia de esa bicicleta?

Siempre vivíamos una situación económica compleja  tocaba trabajar de mensajero. Una vez, con 20 años, estaba en ese mismo escenario porque lo que me pagaban no me alcanzaba para mis gastos. Tomé una decisión y  llegué a la casa de mi novia, la que hoy es mi esposa, y le dije que le tenía una buena noticia: que había pasado la carta de renuncia.

Respondió que no era ninguna buena noticia, pero también le contesté que lo bueno era que yo iba a montar mi propia empresa.

(Vea: ¿De qué se trata 'La Caja mágica de Navidad', de Inter Rapidísimo?). 

¿Cómo empezó?

Yo tenía $12.000 más $8.000 que me prestó una hermana. Estamos hablando del año 1988. Eso es mucho menos que un salario mínimo de hoy y lo primero que compré fue el medio de transporte. Esta bicicleta costó $8.000 y, con lo que me sobró, mandé a hacer
tarjetas y volantes.

Le propuse al señor de la tipografía que si él me podía recibir las llamadas o mensajes y yo le pagaba $2.000 mensuales. Dijo que sí, pero también le pedí que me dejará poner un aviso que yo mismo hice con icopor, témperas y bisturí.

Lo diseñé durante toda la noche y cuando lo puse me sentí una persona importante, un gran empresario. No elegí comenzar este emprendimiento sin plata. Solamente me tocó enfrentar eso, como a muchos colombianos. Uno aprende muchas cosas buenas cuando hay escasez y a hacer mucho con poquito. 

Ceo de Inter Rapidísimo

Ceo de Inter Rapidísimo

Cortesía


¿Y cómo se dio el crecimiento?

En el Diario del Meta estaban necesitando un ‘chino’para repartir las suscripciones. Pero fui allá como empresario, como proveedor. Había que ir a 400 partes a entregar el periódico, incluyendo zonas rurales y dispersas. Pregunté cuánto ofrecían, pero el pago era con un aviso por canje.

El aviso decía: ‘Sus envíos como usted lo necesita, rapidísimo’. No había plata, pero yo sabía que llegaba a 400 empresarios y ahí iban a ver mi aviso. Arranqué de esa manera, ofreciendo los servicios a bancos y empresas, y logré el apoyo del comercio y de las personas.

(Vea: ¿Envíos internacionales en menos de 24? Esta es la opción que hay para hacerlo posible) 

¿Y qué siguió después?

Los clientes empezaron a pedir el servicio a otros municipios. No tenía plata, pero me conseguí una moto y ya podía ir. Me tocaba ser el mensajero, el de los tintos, el vendedor. Eso es muy importante, porque uno hace las cosas a conciencia. Y viene un segundo paso con el que uno supera su capacidad instalada y debe conseguir a alguien que lo haga igual o mejor, y ahí está el verdadero reto.

¿Qué año era?

Había pasado algo más de un año. Empecé a buscar personas a las que no les diera pena ser mensajeros en un país donde nadie quiere ser mandadero de nadie, y que trataran a los clientes como yo.

Me fui a los municipios y buscaba negocios que ya estaban operando y les proponía tener una sucursal de Inter Rapidísimo. Eran negocios de palabra en 66 municipios de la Orinoquía. Luego me pidieron Bogotá.

 Algo de esperarse...

Acá en la capital conseguí una persona que tenía su empresa y le pedí que me representara. No tenía oficina, pero entregaba de 150 a 200 envíos diarios y tenía un Land Rover Santana. Yo le mandaba esos envíos en Villavicencio por encomienda y ellos reclamaba. En ese campero teníamos cuatro mensajeros y adentro empezaban a zonificar y salían luego en bicicleta.

Ya estábamos llegando a los años noventa. Entonces arrancamos con una oficina móvil. Duramos con ese nicho hasta el año 1998.

¿Y el crecimiento se fue dando?

Traté de buscar alianzas con empresas como la mía para ser una sola y recorrí el país proponiéndoles a las cooperativas de transporte hacerlo, porque anejan las veredas y la conectividad. Luego el tema se enfrió y algunos miembros de las cooperativas tomaron la decisión montar directo el servicio a Bogotá.

(Vea: Inter Rapidísimo pintó carros con colores de la competencia: ¿por qué?). 

Primera gran dificultad...

Yo estaba un poquito defraudado y en SanGil (Santander) juré por mi madre que iba a abrir oficinas en todos estos municipios. Me trasladé a Bogotá y entre 1999 y el 2000 empecé a ir municipio por municipio. Como no se dio, me tocó remangarme y volver a arrancar. En el 2009 éramos la primera empresa que tenía los 1.101 municipios; ahora son 1.104.

Tener oficina era lo más fácil: lo difícil era ir todos los días, darle movimiento y generar confianza, porque a veces iba uno a Caparrapí y no traía un solo envío, y gastaba dinero. Hubo un momento en el que la situación estaba muy compleja, pero no podía dejar de ir porque era perder credibilidad. Fueron unos años muy duros… hasta el 2014.

¿Qué siguió entonces?

Empecé a mirar qué venía en tecnología. He sido un fanático y presentía que los extractos iban a desaparecer y había que mirar qué se iba a hacer.

Fui empezando a observar las compras y ventas para ayudar a comerciantes y compradores. En1995 había casi 500 compañías con registro postal, pero cuando esto pasó, prácticamente Jaimito el cartero se murió.

La tecnología acabó con los carteros pero, afortunadamente, con el comercio electrónico se abrió una puerta grande. Ya lideran el ‘ranking’ de envíos en el país.

¿Cómo han apalancado el crecimiento?

La empresa siempre ha sido de mi familia y no hemos tenido ningún inversionista, pero lo bueno de Inter Rapidísimo es que jamás en la vida ha dado pérdida.

Nos hemos basado siempre en hacer mucho con poco. Y nos hemos apoyado en cuatro pilares. No nos hemos gastado más de lo que nos ganamos, lo cual es un principio lógico, de sentido común.

(Vea: Video: el millonario robo que sufrió la empresa Inter Rapidísimo). 

¿Cuáles son esas cuatro bases?

La primera es ser liviano. Para ser competitiva, una empresa tiene que ser livianita, que se pueda mover. Una empresa grande, compleja, es muy difícil que pueda atender y enfrentar la competencia de hoy. Antes, el pez grande se comía al chico, pero ahora el más rápido se come al más lento.

En una visita a FedEx entendí que el negocio no era tener más metros cuadrados para parquear carros, si no los suficientes para procesar los envíos. La clave del negocio es entregar y no ser el dueño de una flota. Decidimos pasar los vehículos a los conductores, que son quienes más los cuidan. Tenemos 1.600 camiones y camionetas para cubrir toda la red y todos son de nuestros conductores.

Eso es ser liviano. Y de 3.500 puntos de venta que hay, Inter Rapidísimo no es dueño ni de un solo local, sino que todos son franquicias. Y el 100% de los mensajeros pasaron a ser socios de entrega. También nos apoyamos en la tecnología y eso es ser liviano.

¿Cuál es el segundo pilar?


Ser humanos. Muchas empresas creen que antes de entrar a trabajar las personas pueden dejar sus problemas en un locker. Nadie piensa, por ejemplo, que unos de los problemas más graves son los de salud mental. Por eso armamos un programa de prosperidad personal a través de unos talleres de coaching ontológico: uno se llama Despertar y otro Renacer. Son de altísimo impacto.

Antes teníamos una rotación de personal de casi el 10% y ahora de menos del 2%, que no es nada.

¿Cuáles son los otros dos?

El otro pilar es ser vigente y para ello todos los días hay que estar haciendo las cosas bien, pero también innovar. Somos una empresa de envíos, pero no nos quedamos ahí. Estamos ofreciendo servicios ágiles, rápidos, de entrega el mismo día, en la noche,
los sábados y los domingos. Ya lo estamos expandiendo a nivel nacional.

Y creamos un market place para ayudar a nuestros clientes a que suban sus productos y no les cobramos comisión.

Y el último es ser exponencial, que es prácticamente una consecuencia de ser humano, de ser liviano y de ser vigente. Ser exponencial es el crecimiento.

¿Cuándo surgió ese ‘marketplace’?

Nosotros nos equivocamos y no todo ha sido color de rosa. En el 2012 ya habíamos tenido uno, pero tuvimos una dificultad porque cambiamos de software, lo que generó problemas y nos tocó abandonar eso. Pero pasó a ser Alcarrito.

¿Cómo se preparan para futuras nuevas contingencias logísticas?

Creo que el tema de las alianzas ahora es muy importante. Es decir, llegar nosotros a México y empezar pueblo por pueblo a hacer lo mismo como cuando teníamos 35 años, ya no puede ser. Pero ahora tenemos una experiencia y unknow how para poderlo hacer.

Siempre pensando ser livianos, en ser humanos, en ser vigentes y en ser exponenciales. Se trata de quién haga las cosas mejor y nosotros trabajamos muy duro para eso. Nos remangamos la camisa y nos metimos en la candela y las personas lo valoraron. Me da mucha alegría porque son 8.000 familias que vivimos de este sueño.

(Vea:Inter Rapidísimo será patrocinador regional del Mundial Catar 2022). 

¿Cómo ha sido el crecimiento de los últimos años?

Como volumen de ingresos en la pandemia crecimos 73%, pero en el 2021 lo hicimos al 35% sobre eso y en el año 2022 la cifra fue 29%. Y este año estamos creciendo el 33%, cuando la economía va a hacerlo al 1,5% o al 1,8%,en el mejor delos casos. Esto es algo con lo que nosotros nos damos por bien servidos. Hemos apoyado a los comercios porque creamos ‘Pago en casa’, que ha sido espectacular para potencializar
las ventas y para devolver la confianza que se había perdido en el comercio electrónico porque hubo muchas estafas entre compradores y vendedores a través de las tarjetas.

InterRapidísimo, mensajero

InterRapidísimo, mensajero

InterRapidísimo

¿Qué planes tienen ante gigantes como Amazon o Maersk?

Aquí eltema es el comercio electrónico.Es fundamental y hay que pensar que las compras no tienen fronteras. Los colombianos están comprando cada día más afuera porque es más económico y los envíos menores a US$200 no pagan arancel ni IVA,por lo que prefieren hacerlo en Estados Unidos antes que acá o en Alibaba.

Tenemos 50 millones de clientes potenciales y no nos quedamos en los 1.104 municipios,
sino que decidimos crear la figura de corresponsal postal.Tenemos identificados y‘ mapeados’ 754 puntos en Colombia, en corregimientos y veredas, para que el campesino
no tenga que ir a la cabecera municipal sino que baje,por ejemplo, al cruce de ‘La Y’, y pueda hacer su envío con las mismas tarifas.

¿Cuánto pesa hoy el comercio electrónico en los ingresos?

Yo creo que el 70%. La gente está comprando afuera del país y si nosotros no logramos tener comercios de afuera, como pasó con los extractos, podríamos decrecer.

Dentro de nuestra estrategia conseguimos una bodega en Estados Unidos para afiliar comercios a Alcarrito.com y ofrecer directamente el beneficio y no esperar que todo llegue por Amazon.

¿Están en plan de expansión?

Sí. Estamos en un plan de expansión y vamos a tener oficina en China, en España, en Perú, en Chile, Brasil, México y en Panamá. Esto lo tenemos en la planeación del año entrante. Todo asociado al tema de comercio electrónico. Si no hacemos nada, los colombianos lo van a hacer todo por Amazon, que tiene sus propios distribuidores. Nosotros no le prestamos el servicio a Amazon, ni a Mercado Libre, ni a Linio. Cada quien que se defienda y tenga su propia infraestructura.

¿Esas decisiones los llevaron al liderato?

Eso se llama ser exponencial. Si soy humano, si soy liviano y si soy vigente, ser exponencial viene por añadidura. La verdad, no nos sorprende. Lo hemos trabajado muy duro y es el reconocimiento que hace el pueblo colombiano a nuestro trabajo.

Tenemos que seguir luchando y todo vendrá por añadidura. Y no quedarnos acá sólo con el mercado doméstico y eso también nos va a ayudar mucho. 

(Vea: Inter Rapidísimo repuntó 40% durante el 2021). 

ÓMAR G. AHUMADA ROJAS
Editor de Portafolio

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