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19 may 2019 - 7:55 p. m.

Cambio climático, otra amenaza para las abejas

El mundo celebra hoy el día internacional de este insecto. Estudios revelan que no solo los agroquímicos amenazan su supervivencia.

Abeja

La apicultura garantiza la continuidad de la naturaleza a través de la polinización.

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19 may 2019 - 7:55 p. m.

Para quienes trabajamos en ciencia es un placer que nuestros temas cobren vida en la opinión y el debate público, como es el caso de la salud de las abejas en Colombia. Me alegra profundamente que la protección de las abejas deje de ser una tarea exclusiva de apicultores e investigadores, y que pase también a las manos de cualquier colombiano de la calle.

Se dice que sin abejas moriremos de hambre; no es cierto, pero sí tendremos problemas de nutrición porque gracias a la polinización tenemos aguacate, maracuyá y otro centenar de frutas y vegetales.

(Lea: Las abejas impulsan la economía del campo colombiano

La principal causa de mortandad de abejas, según los reportes a la cadena apícola son intoxicaciones por agroquímicos. No es claro si se trata de una combinación de malas prácticas, excesos de dosis en aplicaciones agrícolas, productos no autorizados o incluso posibles actos criminales, pues no existen investigaciones detalladas en el país al respecto. En los Llanos Orientales algunos apicultores han visto envenenamientos ocasionados con agua jabonosa, además de agroquímicos. Hay reporte en algunos lugares en el Huila, donde hay malos manejos de agroquímicos, donde se ha comenzado hacer polinización manual porque la productividad de cultivos de pasifloras se ha vuelto muy baja. A este primer factor que afecta la salud de las abejas se deben sumar la deforestación, el cambio climático, los virus y enfermedades, los malos manejos apícolas... Para ponerles un ejemplo, en los países donde no hay estaciones como Colombia las abejas adaptan sus ciclos a las épocas húmedas y secas.

(Lea: ‘Es hora de trabajar unidos por la defensa de las abejas’

Hace un tiempo estuve en Miraflores -zona cafetera en Boyacá- conversando con un apicultor y nos contaba que sus abejas se estaban muriendo de frío por el cambio climático. Las abejas son insectos exotérmicos o de sangre fría, que no pueden producir su propio calor, así que una semana de bajas temperaturas y humedad constantes puede matarlas por la incapacidad de movilizarse para buscar alimento. Las elevadas temperaturas y la resequedad tampoco son condiciones ideales para su supervivencia.

Pero como dije, los cambios de ciclos del clima no sólo las afectan a ellas, también impactan los ciclos de las plantas; en Miraflores por ejemplo, el apicultor con el que conversé me comentaba que el árbol de cafeto que es su principal soporte y fuente de alimento no había florecido ese año. ¿Por qué no hubo floración? Porque había llovido. Si la lluvia no se detiene, las abejas no pueden salir y no tienen qué comer.

(Lea: Juez ordena al Estado crear una política para proteger a las abejas

Teniendo en cuenta que muchos factores como el clima no son controlables, es fundamental lograr mayor conciencia en el manejo de los agroquímicos por parte de los agricultores, técnicos y asesores agrícolas y apícolas, los vendedores de estos insumos en campo y por parte de las universidades y de las carreras de agronomía -muchas de las cuales no tienen una cátedra de plaguicidas o de polinización-, pues lo que afecta a las abejas puede afectar también la productividad de los cultivos. Existen muchas maneras de proteger a las abejas.

Muchos agricultores no conocen los beneficios de la polinización, porque no todos los cultivos la requieren: la avena, el trigo, la cebada, el maíz y la soya son polinizados por el viento. Nuestros estudios en la Universidad Nacional muestran que la mayor productividad de cultivos de frutales como maracuyá, granadilla y demás pasifloras se alcanza cuando las abejas y los polinizadores silvestres acuden y polinizan. La gulupa sin polinización no forma el fruto, en otros cultivos de pasifloras se forma solo el 10% del fruto.

NO SE SABE QUÉ LAS ATACA

Se calcula que en Colombia hay unas 1.000 clases de abejas, pero solo se dispone de información de unas 600. No sabemos cuáles se están perdiendo y qué las ataca. Uno de los últimos estudios de la Sociedad Latinoamericana de Investigación en Abejas (Solatina) estudió condiciones y causas de mortalidad tanto en abejas melíferas como en abejas sin aguijón. Para Colombia se analizaron respuestas de 139 apicultores sobre pérdidas de colonias entre 2014 a 2016. Los resultados muestran una mortandad de abejas en todo el continente, pero se necesita aumentar la muestra para obtener más claridad y mayor representatividad.

EL MATRIMONIO AGRO Y APICULTURA

Hoy se celebra el Día Internacional de las Abejas. Según la FAO, “es una oportunidad para que gobiernos, organizaciones, la sociedad civil y los ciudadanos interesados en cualquier lugar promuevan acciones que protejan y ayuden a los polinizadores y sus hábitats, incrementen su abundancia y diversidad, y apoyen el desarrollo de la apicultura”.

De acuerdo con este organismo internacional, la fecha para esta celebración se eligió porque en ese día nació Anton Janša, un pionero de la apicultura moderna. Pertenecía a una familia de apicultores en Eslovenia, donde la apicultura es una importante actividad agrícola.

En Colombia, esta se ha desarrollado desde hace muchos años, pero no ha logrado la madurez necesaria. Sin embargo, poco a poco se han conseguido resultados alentadores, según cifras que ha compartido el Ministerio de Agricultura, en las que asegura que en el 2012 había en el país 88.111 colmenas, y en el 2018, ese número supero las 114.000, de acuerdo con la Cadena Productiva de las Abejas y la Apicultura (CPAA).

La agricultura ha sido una gran aliada de los apicultores. “La apicultura se integra fácilmente con una buena cantidad de sistemas de vida y desarrollo, porque utiliza los mismos recursos, por ejemplo: la silvicultura, la agricultura y las actividades de conservación. Este proceso garantiza una excelente ventaja adicional a la cosecha porque solamente las abejas son capaces de recoger el néctar y el polen, sin entrar en competencia con otros insectos o animales por estos recursos que, de no ser por ellas, serían inalcanzables para el hombre”, dijo la FAO.

La apicultura garantiza la continuidad en el tiempo de la naturaleza a través de la polinización de las plantas silvestres y cultivadas. El informe asegura que las plantas en flor y las abejas tienen una relación de perfecta armonía: las unas no pueden existir sin las otras.

“Las abejas recogen sus sustancias nutritivas de las flores y, con la polinización, garantizan futuras generaciones de plantas y de alimentos disponibles para las nuevas generaciones de abejas y de los seres humano”. Desde los inicios de la humanidad la apicultura ha formado parte de la agricultura. Esta es una actividad que despierta interés en los colombianos porque según cifras de la Federación Colombiana de Apicultores y Criadores de Abejas, Fedeabejas, el sector apícola colombiano produce 3.500 toneladas de miel al año, y a pesar de que su consumo es bajo, (70 gamos per cápita), los apicultores venden toda su producción.

El programa Abejas en Agricultura aseguró: “Somos conscientes de que el futuro de la agricultura y la apicultura se logra gracias a la simbiosis de sus BPA (Buenas Prácticas Agrícolas y Buenas Prácticas Apícolas), o sea que aseguramos beneficios para los dos sectores, adoptando estas prácticas sanas”.

Guiomar Nates Parra
Bióloga, Laboratorio de Investigaciones Universidad Nacional de Colombia

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