“La humanidad siempre ha estado globalizada, a partir de la dispersión de los humanos modernos desde África hace unos 70.000 años. Sin embargo, la globalización ha cambiado su carácter de una edad a otra, y a menudo esos cambios se han producido con rapidez y violencia”.
Hoy en día los problemas más urgentes son fundamentalmente globales. Por ello, si queremos asegurar el futuro del mundo a largo plazo, es necesario emprender una acción concertada a nivel mundial, porque, de hecho, la escala de la historia de la humanidad siempre ha sido global. En Las edades de la globalización, Jeffrey D. Sachs, reconocido economista y experto en desarrollo sostenible, recurre a la historia del mundo para explicar cómo podemos afrontar los desafíos y las oportunidades del siglo XXI. A través de 70.000 años de historia, relata cómo la interacción entre los humanos, la tecnología y la naturaleza han conformado la globalización.
(Vea: Por qué Google, Facebook y Twitter dejarían de funcionar en Hong Kong).
Una historia, la de la globalización, que ha incluido gloriosos logros humanos, crueldades y daños autoinfligidos. Y ha evidenciado la enorme dificultad de progresar en las crisis, lo que nos permite identificar patrones que nos ayudan a entender nuestros dilemas actuales desde una perspectiva diferente.
(Vea: Se va Jeff Bezos de Amazon: ¿a qué se dedicará ahora?).
Sachs plantea que las edades de la globalización son al mismo tiempo el origen y el resultado de las crecientes interacciones globales. Cada crecida de la escala global ha dado lugar a nuevas tecnologías que han expandido las poblaciones y la producción, lo que, a su vez, ha cambiado la naturaleza de la gobernanza y de la geopolítica.
Sin embargo, dice que ahora estamos lidiando con un fenómeno exclusivo de nuestro tiempo. “En 2020, con una población de 7.700 millones que aumenta entre 75 y 80 millones cada año, y con una producción que, de media, ronda los 17.000 dólares por persona, la simple magnitud de la actividad humana está incidiendo peligrosamente en procesos medioambientales fundamentales: el clima, el agua, el aire, el suelo y la biodiversidad. Hemos alcanzado una escala en la cual las actividades humanas están cambiando peligrosamente el clima, la biodiversidad y otros sistemas”.
PORTAFOLIO