Sam Bankman-Fried tiene 29 años y una fortuna que supera los 22.500 millones de dólares. Es el ‘joven más rico del mundo’, según ‘Forbes’. ¿Cuál fue su golpe de suerte? El controvertido bitcoin.
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Sam es hijo de dos profesores de leyes de la prestigiosa Universidad de Stanford. Aunque pasó mucho tiempo divirtiéndose con videojuegos, se graduó como físico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en 2014. Pero, ciertamente, su vida cambió en 2017.
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Por aquel entonces, el bitcoin, la criptomoneda más popular del mundo, alcanzó un valor superior a los 20 mil dólares. Esa situación, sumada a la viabilidad de estas extrañas divisas en algunos países asiáticos, le representó una ‘oportunidad de negocio’.
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A finales de 2017, con ahorros de seres cercanos, montó ‘Alameda Research’, una empresa de comercio cuantitativo con la que empezó a navegar en el mundo de las criptomonedas. En la actualidad es todo un experto de esas olas.
Según la página oficial de su compañía, la firma que fundó en un apartamento alquilado gestiona más de “mil millones de dólares en activos digitales e intercambian entre $1 y $10 mil millones por día en miles de productos”.
Conforme reseñan varios portales financieros, su éxito despegó de sobremanera en 2019, cuando fundó FTX, una plataforma de negociación de derivados criptográficos.
Con esto logró montar un equipo de cerca de 150 personas que le ayudan a mover por día cerca de 11.5 mil millones de dólares representados en derivados. FTX tiene la sorprendente cifra de más de 2 millones de usuarios registrados.
Aunque todo suena muy idílico, Bankman-Fried es conciente de la volatilidad y el peligro del negocio de las criptomonedas. “Hay un mundo amplio ahí fuera (...) pero no deberíamos pensar que las criptomonedas serán el terreno más fértil para trabajar para siempre”, alertó en diálogo con ‘Forbes’.
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