El acto de postergar los pendientes es bastante común entre la población joven y adulta, la cual, muchas veces, se enfrenta a fuertes episodios de estrés cuando, debido a su procrastinación, termina teniendo muy poco tiempo para concluir sus tareas, teniendo que trabajar bajo presión para lograr cumplir con sus fechas de entrega en escuela y trabajo, pero, ¿a qué se debe esto?, ¿qué es lo que nos hace procrastinar?
En general, puede haber muchos motivos por los que se deja para después actividades que en realidad no toman mucho tiempo, o que podrían segmentarse en pequeñas tareas para evitar que su proceso de realización sea demasiado tedioso, siendo una de las más comunes los estímulos distractores, tales como los dispositivos móviles y por ende, las redes sociales. Sin embargo, en esta ocasión le diremos las causas más sorprendentes que pueden llevarlo a postergar sus pendientes.
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Georgina Hudson, terapeuta y coach de vida, apunta que, la tendencia a posponer tareas o decisiones suele derivar de tres principales causas, las cuales son:
1. Los miedos y creencias limitantes.
2. La desconexión con las necesidades y motivación personales.
3. El autosabotaje y la autocrítica.
¿Usted por qué considera que deja todo para último momento?
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Sobre el primer punto, la especialista escribió para el blog Psicología y Mente que, la procrastinación surge frecuentemente como una manera para evitar enfrentarnos a nuestros miedos y creencias limitantes, siendo uno de los principales temores el miedo al fracaso o a ser comparado, algo que, en términos generales, puede evitar que las personas quieran esforzarse por miedo a no obtener los resultados deseados.
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Además, agregó que, la postergación de pendientes "se manifiesta como una resistencia a realizar las actividades que carecen de significado para nosotros", por lo cual, es común que se procrastine aquellas tareas que no guardan relación con nuestros gustos o necesidades inmediatas.
Por otro lado, hay que mencionar que, por extraño que parezca, las personas que parecen tener todo bajo control y tienden a ser perfeccionistas también suelen procrastinar. Esto en atención a que están tan aferradas en que todo salga tal y como quieren, que postergan la realización de tareas porque no encuentran el momento preciso para brindarles toda su atención, lo cual muchas veces deriva en un autosabotaje constante.
