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Sociales

04 abr 2024 - 3:17 a. m.

La maldición de la clase media

Una pequeña parte de la sociedad no puede seguir sosteniendo a las mayorías. 

Estratos sociales

Estratos sociales.

Archivo EL TIEMPO

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04 abr 2024 - 3:17 a. m.
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En América Latina, con el tiempo, en el marco de decisiones tomadas por diferentes gobiernos y actores, hemos configurado un entorno en el que una pequeña, muy pequeña parte de la sociedad soporta toda la carga del costo del Estado, mientras las mayorías no tienen ninguna responsabilidad al respecto.

(Vea: Presidente del Foro Económico Mundial no arremetió contra la clase media). 

En nuestros pobres países hemos diseñado una realidad en la que una clase media pequeña y frágil tiene la pesada carga de soportar a la gran mayoría de la población mucho más pobre y de paso financiar los ejércitos de burócratas que justifican semejante modelo.

El populismo ha jugado un rol muy importante en la consecución de este resultado, las mayorías, menos educadas y movidas por emociones,
han votado históricamente por personas que les prometen exonerarlas de toda responsabilidad social y el apoyo irrestricto por parte del Estado en las diferentes dimensiones de su vida, financiando todas estas promesas con los recursos provenientes esencialmente de las horas trabajadas por la clase media.

Cada aspecto de la realidad latinoamericana convierte en una especie de maldición pertenecer a este grupo.

En efecto, la política amañada vendió el irracional discurso de que cada aspecto que se materializa a través de movilidad social entre los pobres y la clase media es un privilegio, es decir, una prerrogativa que los pone de forma injusta por encima del resto del mundo.

Mediante una retórica mentirosa convencieron a la sociedad de que nacer en un entorno educado, preocuparse por estudiar, endeudarse para hacerlo, concentrarse en procurarse una casa digna, salud de calidad aceptable, ahorrar, orientar el espíritu hacia el emprendimiento; son valores cuestionables por los cuales se genera automáticamente una deuda profunda con los menos afortunados, por lo tanto, la clase media es obligada a pagar muy caro cada uno de esos supuestos privilegios: al remunerar mejores servicios públicos, mejor salud y mejor educación deben financiar al resto, cuando compran combustibles, usan las vías y el transporte público, adquieren vivienda y en general, cualquier bien o servicio, resultan castigados por haber logrado a alejarse ‘descaradamente’ de la pobreza y el despojo, condiciones que en el marco del discurso de los privilegios parecen ser celebradas.

Ahora, pensemos en realidad qué es la clase media, estamos hablando de supuestos ‘ricos’ que no son más que médicos, profesores, ingenieros, abogados, agrónomos, pequeños emprendedores, por mencionar algunos, personas que apenas se han desmarcado de la pobreza, en general, un grupo que gracias a un conjunto de posibilidades se ha formado, ha emprendido, es decir, ha logrado incrementar sustancialmente la cantidad de valor que es capaz de ofrecer a la humanidad.

Por lo tanto, vale la pena preguntarse si de verdad es justo y sobre todo viable, trasladarle semejante carga a médicos, profesores, ingenieros, en general, a personas que aportan de forma importante en la construcción de la realidad. Es pertinente recordar que todo lo que en la actualidad conocemos, la tecnología, la economía, los Estados, la agricultura, todo lo que damos por sentado; solo existe porque personas que se formaron o emprendieron tuvieron la iniciativa de construirlo.

El mundo no es un videojuego que se enciende y aparecen como por arte de magia edificios, hospitales, dispositivos electrónicos, aviones, barcos, acueductos, generadores de energía, es decir, todas las cosas que hacen fáciles nuestras vidas.

(Vea: La propuesta para medir las condiciones económicas de la clase media). 

Para materializar lo mencionado, millones de personas debieron extraer con mucho esfuerzo las materias primas necesarias, pasar horas interminables ideando y materializando las tecnologías que hicieron posibles éstas y otras muchas herramientas.

El mundo es increíblemente complejo y hostil por lo que entenderlo y disponerlo para que soporte la forma fácil en la que hoy existimos, requiere miles de millones de horas de estudio, de comprensión de sus partes y fenómenos, además necesita una cantidad similar de horas de trabajo, para hacer realidad todo lo que diseñamos, por tanto, al igual que lo hace la clase media, cada humano que venga a formar parte de él y espere disfrutarlo, debe aportar en el desarrollo y mantenimiento de semejante nivel de comprensión y construcción, no tiene sentido, que tal grado de esfuerzo recaiga apenas sobre algunos, mientras los otros exigen pretendidos derechos sobre esta conveniente realidad que generosamente les entregaron.

De manera pues que los valores como el esfuerzo, la dedicación, las decisiones orientadas a formarse y emprender, son los correctos para garantizar el éxito de una sociedad, no hay duda de que la clase media ya está haciendo su parte, lo que se requiere es que como sociedad logremos generar las condiciones estructurales para que las mayorías pobres se conviertan al menos en clase media, que esta pequeña parte de la sociedad crezca y se deshaga de tan injusto yugo, que el mundo empiece a ser desarrollado, mantenido y soportado de manera equitativa y que salir de la pobreza deje de ser mal visto por algunos y ya no sea percibido por otros como una especie de maldición.

(Vea: Expertos ven viable que clase media llegue a meta de 55,4%). 

Armando Ardila

Socio Fundador Teknidata Consultores/ Profesor de estrategia.

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