Hay algunas personas que se sorprenden cuando descubren que sus amigos toman duchas diarias o, en su defecto, lo hacen cada tres días, algo que puede impactar en la percepción de los hábitos de higiene que tengan de esos individuos; sin embargo, de acuerdo con expertas en salud, el baño diario depende de las particularidades de cada persona.
La doctora Angela Lamb, directora de la consulta de la Facultad de Dermatología Westside Mount Sinai, dijo en entrevista con Telemundo que, la frecuencia con la que debemos bañarnos atiende a una necesidad estrictamente personal, ya que cada individuo tiene particularidades por las que debe bañarse a diario o cada tres días.
Por ejemplo, si usted es una persona con un cuero cabelludo graso o que hace demasiada actividad física, lo más lógico es que se duche a diario para evitar un aspecto seboso en su cabello o un olor desagradable. En cambio, si tiene problemas de resequedad en la piel o dermatitis atópica, la humedad será su peor enemiga, ya que incrementará la picazón y el ardor, según apunta la Asociación Americana de Dermatología.
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Hay personas que deben bañarse con más frecuencia debido a que su cuero cabelludo es grasoso.
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Por su parte, la doctora Mary Stevenson, cirujana dermatológica y profesora asociada de dermatología en NYU Langone Health, compartió para Telemundo que, en general, las personas “deberían bañarse o asearse cada dos o tres días”, acotando que, la frecuencia con la que las personas se bañan atiende más a una situación social que médica.
De hecho, la doctora Lamb puntualizó para el medio citado que, bañarse con demasiada frecuencia puede trae consigo algunos problemas, tales como la alteración de la barrera cutánea, haciendo que las personas sean más propensas a infecciones, ya que se gasta la protección de la piel que la cuida de bacterias naturales.
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En torno a la duración de las duchas, cabe destacar que, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos señala que el promedio debe ser de 8 minutos, ya que este tiempo es suficiente para enjabonarse y enjuagarse sin desperdiciar mucho líquido vital.
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