Impuestos y contribuciones sociales le están restando espacio al ahorro

La economía en Colombia ha venido dando un giro en sus dinámicas económicas y gracias a esto se han favorecido aspectos como la capacidad de gasto de los hogares, que poco a poco están teniendo más dinero libre para destinarlo a otras cosas, diferentes a garantizar el sustento básico de sus integrantes o cumplir con los requerimientos crediticios que se tengan con las instituciones financieras.

Sucesos como la caída de la inflación, que en septiembre quedó muy cerca del rango meta del Gobierno Nacional, o la baja de las tasas de interés, que podrían caer más rápido tras el descenso pronunciado del costo de vida; han sido factores determinantes para que la gente perciba una mejora en la liquidez y mejoren las perspectivas de consumo y crecimiento económico para los meses que vienen.

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No obstante, un reciente informe de Anif advierte que este aumento en los ingresos no se está traduciendo en impulsos al ahorro, un renglón de la economía que es importante para el crecimiento, ya que apalanca a otros segmentos como la inversión, pero que no ha podido regresar a los niveles pre pandemia, pese a que en 2022 logró crecimientos notables en medio del repunte del PIB que se dio para ese momento.

De acuerdo con la investigación revelada esta semana, Colombia se caracteriza por tener altos niveles de consumo y bajos niveles de ahorro, lo que crea un ciclo vicioso en el que no hay suficientes recursos para invertir; situación que se complica en momentos como este, donde los recursos que sobran se están teniendo que destinar a otro tipo de pagos.

“Recientemente varios analistas han señalado que el crecimiento potencial de nuestra economía disminuyó luego de la pandemia. En ese sentido, es paradójico que como resultado de las restricciones por el Covid-19 se registró un incremento significativo en el ahorro de los hogares, alcanzando la cifra más alta en términos de ahorro como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) en los últimos años”, señalaron.

Sin embargo, este crecimiento no logró desplazar al consumo en los hogares, que desde el 2021 se mantiene como el motor más importante de la economía para crecer y ha llevado a que se reporte una caída en el ahorro a niveles mínimos.

“Durante 2023 y 2024, los niveles de ahorro de los hogares retomaron la senda positiva, pero parece que no logran consolidarse y con ello alcanzar los niveles previos a la pandemia. El segundo trimestre del 2024 presentó un crecimiento de 13,4% en el ahorro de los hogares, alcanzando un total de $25,6 billones de pesos”, indicaron desde Anif.

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Así las cosas, explicaron que esta cifra se consolida como la primera variación positiva desde el tercer trimestre del 2023, y advierten que si bien hay una mejora notable en los últimos meses, el panorama general respecto al ahorro en la economía no es tan positivo, ya que hay flagelos que llevando a que los colombianos no tengan dinero suficiente para pensar en guardarlo o invertirlo hacia el futuro.

“En el primer semestre de 2019, el ahorro de los hogares representaba el 5,2% del PIB, alcanzando su máximo en 2020 (7,3%) y su mínimo en 2022 (1,9%). Actualmente, la cifra se sitúa en un 5,3%. Aunque el ahorro ha mostrado signos de recuperación desde 2022, se observa una tendencia negativa que podría consolidarse”, argumentaron.

Por otra parte, resaltaron que al cierre del total de 2019, el ahorro alcanzó una cifra de 5,5% e incluso en años como el 2017 y 2018, las cifras rondaron el 6,8% y 6,5%, respectivamente; dejando claro que todavía se está lejos de regresar a los niveles previos a la pandemia y hay muchos retos por superar.

Dicho esto, se dan a la tarea de encontrar las razones por las que el ahorro no crece, pese a que hay mayor liquidez, descomponiendo el ingreso disponible, que para ellos es un importante agregado macroeconómico que detalla los recursos con los que cuentan los hogares y que resulta en ahorro.

“Dentro de los ingresos que lo componen, la remuneración a los asalariados representa el mayor porcentaje (35,3% en promedio para el periodo analizado), siendo el rubro que a 2024 ha tenido la mayor variación positiva. Asimismo, cabe resaltar que el excedente de explotación bruto es el segundo ingreso con mayor velocidad de crecimiento”, informaron.

Adicionalmente, sostienen que por el otro lado, “los impuestos corrientes sobre el ingreso son el gasto de mayor proporción dentro del total del ingreso disponible (47,4% en promedio para el periodo analizado), al mismo tiempo que es el componente que más ha aumentado año a año. Asimismo, el gasto en contribuciones sociales ha ganado participación dentro del gasto y ha crecido de forma significativa en los años posteriores a la pandemia”.

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“Como resultado, para el periodo post pandemia (2022-2024) las cifras muestran que el gasto agregado está creciendo a una velocidad mucho más rápida que los ingresos: en promedio (para el periodo analizado) 7,9% vs 5,8% respectivamente. Así, se tiene que en términos reales el ingreso disponible bruto se reduce con el tiempo, disminuyendo la capacidad de ahorro de los hogares”, dice el reporte.

Acá se aprecia una primera conclusión y es que si bien los ingresos están aumentando y es un indicador que se muestra fuerte en las dinámicas de los hogares, también hay un crecimiento mayor de los gastos indirectos o que no implican la adquisición de bienes o servicios para las familias como el pago de impuestos o los aportes a seguridad social y demás contribuciones sociales.

Con esto sobre la mesa, Anif concluyó que la situación actual ha limitado la capacidad de los hogares para ahorrar a largo plazo y que “para lograr una mejora en los niveles de ahorro, sería necesario que los hogares redujeran su nivel de consumo o aumentaran su nivel de ingreso. Estas dos premisas parecen difíciles de cumplir en el corto plazo, en un contexto donde el consumo final de hogares crece por debajo del promedio de la economía y la ocupación no termina por consolidarse para generar mayores ingresos”.

Los ahorros de los hogares son una parte fundamental de la estrategia de crecimiento de cualquier país, ya que son insumo que usan los bancos (garantizando su seguridad) para invertir en proyectos o mercados de valores. Por esta razón, si se encuentra en niveles muy bajos, hay poco combustible para impulsar el Producto Interno Bruto. 

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