A medida que avanza el tiempo, la mayoría de concesiones viales del programa de cuarta generación (vías 4G) están terminando de finalizar detalles para poner en etapa de operación y mantenimiento los corredores.
Sin embargo, tras intentar la solución de varios retos en el camino, algunas siguen quedando con más dificultades que soluciones, como es el caso de la concesión Ruta al Mar (IP – Antioquia – Bolívar), que aunque está a menos del 5% de terminar obras, podría no lograrlo.
En entrevista con Portafolio, Manuel Raigozo, gerente de la concesión, aseguró que esta problemática que podría afectar no solo la viabilidad del proyecto, sino que estaría deteriorando la confianza del sector.
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¿Cuál es el estado actual de la obra?
Tenemos certificada la ejecución del 94,12 % del proyecto. Es más alta, pero hay tramos que no se han podido poner en servicio. Así mismo, en este momento hay obras en proceso y estamos manteniendo las unidades terminadas. Es una concesión de 500 kilómetros y nos faltan solo unas partes pequeñas, menos del 5 %. Se han invertido $2,5 billones.
Estamos cumpliendo todos los indicadores que nos pide el contrato de concesión. Los altibajos siempre han sido subsanados. Está en operación desde Caucasia hasta Cruz del Viso y, por otro lado, desde Puerto Rey hasta Cruz del Viso. Existe comunicación continua con algunas interrupciones como la de la variante de Lorica.
A pesar de ese esfuerzo tan grande que se ha hecho por parte de la concesión y sus accionistas, el contrato de concesión tiene una serie de problemáticas que han impedido terminar la construcción.
¿Cuáles son estos problemas?
Son situaciones derivadas de hechos de terceros que impiden la terminación, y que, hasta que no se subsanen, no se puede intervenir las zonas que no se han construido.
Esos eventos tienen connotaciones ambientales o sociales. La mayoría de ellos ya han superado la fase crítica o los 730 días desde que se diagnosticaron, se presentaron y se firmaron esos eventos eximentes. Ese es un plazo que está establecido en el contrato de concesión para superar esas situaciones particulares.
El contrato establece que, si pasado ese tiempo no se han solucionado, será necesario que las partes se sienten a ver cómo se construyen soluciones o si definitivamente no se consiguen soluciones, llevar a una terminación anticipada del contrato.
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Manuel Raigozo, gerente general de la concesión Ruta al Mar (IP – Antioquia – Bolívar)
Ruta al Mar
¿Cuáles son esos eventos que ya pasaron esa etapa?, ¿Qué han pensado con la ANI para resolverlos?
Aún hoy no tenemos soluciones concretas, a pesar de que se han hecho los pasos previos para una negociación.
Uno de los eventos concierne a la variante de Lorica. Esta obra estaba planeada en el contrato de concesión para evitar el paso urbano en esta zona, porque en el paso actual hay connotaciones importantes de tráfico. Esta obra estaba prevista para enviar a los usuarios a una vía alterna y bordear a esa población. Desafortunadamente, a la fecha no fue posible hacer la obra debido a la falta de un permiso, porque la variante pasa por encima de la Ciénaga de Lorica, una zona ambientalmente protegida. Desde hace tres o cuatro años se firmó un evento eximente de responsabilidad que garantiza que ya que se había hecho todo lo posible para poder obtener ese permiso y no se ha logrado.
Otro reto es la adquisición de predios para la construcción de la doble calzada entre Cereté y Lorica. Debido a que en ese sector hay un número de predios bastante importante. Hay procesos que no son fáciles porque muchos de ellos no tienen títulos y eso desencadena muchos desafíos y se tienen que ir a procesos de expropiación.
Sobre estas, y otros temas, estamos en etapa de concertación, en la que no hemos llegado a soluciones definitivas, y podría terminarse el contrato anticipadamente.
Y con los temas sociales y los peajes, ¿qué ha pasado?
En el contrato se tenía establecido que funcionaríamos con ocho estaciones de peaje. De esas hay una estación que ha sido crítica, la de la Caimanera, la cual en 2023 fue suspendida. Hoy estamos en septiembre de 2024 y la reubicación de ese peaje no se ha logrado. Este equivale entre el 8 % y el 10 % del total de recaudo del proyecto. A este tema se suma las afectaciones del decreto 050.
¿Por qué es tan importante terminar las obras y pasar a la fase de operación y mantenimiento?
Esa etapa es un punto de inflexión bastante importante, porque ahí las condiciones cambian en los contratos de crédito. Cuando se llega a ese hito, en los contratos de crédito las obligaciones cambian, son un poco más flexibles, porque ya se pasó el riesgo de la construcción y ahora sólo queda el riesgo de la operación.
Teníamos que terminar esta obra en el 2021 y estamos en 2024, o sea, tres años después y no hemos podido pasar por estas situaciones
COMPARTIR EN TWITTERDe otro lado, los inversionistas pueden ver de alguna manera el retorno de su inversión, cosa que no se logra si no se pasa a esa etapa.
Teníamos que terminar esta obra en el 2021 y estamos en 2024, o sea, tres años después y no hemos podido pasar por estas situaciones.
¿Han mirado la posibilidad de cambiar el objeto del contrato y acortar el alcance para no terminarlo antes?
Esa es otra alternativa que está fijada en el contrato. El menor alcance en cuanto a construcción solo es posible en la variante de Lorica, es decir, que no se haga. Sin embargo, la última figura por usar es la ampliación de plazo de hasta el 20 % del contrato, que en nuestro caso equivale más o menos a siete años. Esa sería una fuente de compensación de todos esos riesgos que se han generado.
El concesionario presentó una demanda en un tribunal de arbitramento internacional en la búsqueda de más soluciones. Además, estamos en una mesa de trabajo para que se construyan todas las salidas a todas estas problemáticas, ver si se llega a un acuerdo final y seguir en el corredor. Es lo que queremos hacer.
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4G IP Antioquia - Bolívar
Ruta al Mar
¿Ven más oportunidades de continuar o de terminar el contrato?
En la medida que no se encuentren soluciones concertadas y que los eventos eximentes de responsabilidad se sigan prolongando sin una solución, el proyecto podría irse a una terminación anticipada.
No es el objetivo de la concesión; nos interesa viabilizar y buscar soluciones. Terminarlo antes no trae ningún beneficio para ninguna de las partes, ni para el Estado, ni para los usuarios, ni para la concesión, ni para sus inversionistas. Siempre le hemos dicho a la ANI que estamos abiertos al diálogo.
¿Y qué les dice la ANI?
Ellos quieren que se analicen las posibilidades, por ejemplo, de disminuir el alcance. En la etapa constructiva, ya es muy difícil disminuir el alcance, excepto lo de la variante de Lorica, pero sí existen posibilidades. Por ejemplo, disminuir el tiempo de mantenimiento que tiene que hacer la concesión, quitar otros tramos de la concesión que no son vitales para la operación. Se está analizando también el impacto que tendría el aumento del plazo, que son las soluciones que están actualmente establecidas.
Con todo este clima, ¿qué les dicen los inversionistas sobre los nuevos proyectos que se cocinan?
Nuestros inversionistas, Bancolombia, la Financiera de Desarrollo Nacional y otros, han estado muy nerviosos por esta situación. Como concesión seguimos cumpliendo con las obligaciones y cada decisión que tomamos debe estar concertada con los inversionistas.
Con toda esta connotación sociopolítica que se está moviendo alrededor de los peajes, los inversionistas hacen análisis mucho más detallados para invertir en este tipo de proyectos.
PAULA GALEANO BALAGUERA
Periodista de Portafolio
