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Economía

22 ago 2016 - 8:03 p. m.

La inversión social rural es costosa pero trae dividendos: VallenPaz

La corporación, que fue fundada hace 16 años, ha trabajado con más de 14.000 campesinos afectados por el conflicto.

Felipe Montoya

Felipe Montoya, director ejecutivo de VallenPaz.

Archivo particular

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Portafolio
22 ago 2016 - 8:03 p. m.

Felipe Montoya, director ejecutivo de VallenPaz, corporación sin ánimo de lucro que se creó hace 16 años con el fin de contribuir a la construcción de paz en Colombia por medio de la generación de oportunidades de desarrollo en comunidades campesinas afectadas por el conflicto armado, explica los nuevos proyectos en los que trabajan con miras al posconflicto.

¿Por qué nació VallenPaz?

Hace 16 años como producto de una iniciativa de la sociedad civil vallecaucana, en reacción a lo que pasó en su momento con el secuestro en La María, y el del kilómetro 18.

Queriendo trabajar por un país más pacífico, se identificó que se tenían que hacer las inversiones y fortalecer el campo colombiano, porque eran los hijos de los campesinos quienes le estaban poniendo los muertos a esta guerra, sin importar el bando.

¿Cuál ha sido el proceso durante esos años?

En estos 16 años hemos trabajado con más de 14.000 campesinos en los departamentos de Valle, Cauca y Nariño. Nos hemos enfocado en fortalecer la asociatividad de los campesinos como un mecanismo en que ellos puedan volverse más fuertes a la hora de comprar y vender sus productos.

Les brindamos asistencia técnica para que mejoren su producción entendiendo que hoy en día el campo es distinto, que ya no podemos creer en las cabañuelas, que existen fenómenos como ‘El Niño’ y ‘La Niña’ que afectan fuertemente a los campesinos y que requieren implementar tecnología que les permita mejorar su producción mediante la agricultura limpia.

¿Cuáles han sido esos proyectos específicos?

Los apoyamos fuertemente en su proceso de comercialización, en acercar el campesino al consumidor final, a las grandes superficies, a las plazas de mercado, donde puedan obtener lo que vale su trabajo sin que esa plata se quede en los que no se ensucian las manos, que son los intermediarios, pues muchas veces son ellos los que se ganan la plata.

Vemos historias de campesinos que viven loma arriba, llegan a los centros de acopio, los intermediarios se ponen de acuerdo a ofrecer nada y el campesino no tiene otra opción que regalar sus productos.

¿Cómo se ven beneficiados con esto?

Que el campesino viva dignamente y no encuentre una alternativa ni en los cultivos ilícitos, como la coca y la marihuana, ni que envíe a sus hijos a la guerra, y, por último, que se conviertan en empresarios, pendientes de todo el proceso de producción.

¿Cómo van los proyectos de fincas campesinas?

Con ellos promovemos la diversificación de productos, el garantizar el pancoger, y otro tipo de prácticas ancestrales para que puedan vivir dignamente.

¿Y el balance de este año?

Estamos atendiendo 2.600 campesinos en los diferentes proyectos en los tres departamentos en los que trabajamos.

¿Cómo consiguen recursos?

Hemos logrado ayuda de distintos niveles de la sociedad que nos han apoyado. De las grandes empresas del Valle del Cauca y de otras regiones del país, del Gobierno colombiano, del de Estados Unidos y de la Unión Europea.

¿Qué ha sido lo más difícil?

En algún momento, la dificultad para entrar a ciertas zonas. Hubo que hablar con los jefes de los grupos armados para contarles qué hacía VallenPaz. Una vez podemos trabajar, ganarnos la confianza del campesino, que es desconfiado porque históricamente ha estado abandonado y que no cree realmente en un proceso de estos.
Hay que hablarles y convencerlos de los proyectos. Hemos tenido que contratar gente de las regiones y de las etnias, y para los que nos apoyan, que entiendan que este es un proceso a largo plazo.

Las dificultades están en garantizar los recursos; invertir en el campo es costoso, pero tiene unas retribuciones enormes.

¿Qué pide el campesino?

No pide asistencialismo, sino que necesita ayuda. Para ellos es difícil acceder a créditos que sean oportunos y pertinentes.

¿Un proyecto especial para el posconflicto?

Que 100 desmovilizados vivan con 100 campesinos. La gente piensa que el desmovilizado que viene del monte sabe trabajar la tierra y no entiende que al desmovilizado lo reclutaron cuando tenía 12 años y lo único que sabe es ser guerrillero o paramilitar. Hay que enseñarlo a ser campesino, pero con el mensaje de reconciliación que una familia que antes sufría por las acciones de esa persona, ahora lo acoja en su casa.

LA GRAN CENA DE VALLENPAZ

Esta noche se llevará a cabo la novena edición de la cena VallenPaz en el hotel
Intercontinental Cali. Esta es una de las actividades creadas por la corporación para recaudar fondos destinados al sostenimiento y el apalancamiento de los proyectos de cooperación nacional e internacional.

En la misma estarán en un conversatorio sobre paz y posacuerdo Humberto de la Calle; Rafael Pardo, ministro del posconflicto; Frank Pearl, negociador del Gobierno; Jesús Darío Fernández, agricultor; y Felipe Montoya, director ejecutivo de VallenPaz, y Fabio Villegas, director de la Fundación Todos por la Paz.

“Nuestro reto es demostrar que construir paz desde el campo es posible, eso ya lo hemos hecho, no nos lo estamos inventando ahora ni se lo está inventando el Gobierno. Llevamos 16 años en esta labor mostrando resultados”, explica Felipe Montoya, director ejecutivo de VallenPaz.

Pedro Vargas Núñez
Subeditor Portafolio

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