Los pilares de la austeridad con la que Bogotá apunta a ahorrarse $1 billón al año

Desde comienzos de este año y como una de las consecuencias que dejó la pandemia y el plan de gasto y endeudamiento que tuvo que asumir Bogotá para hacer frente a la crisis humanitaria y de salud que conllevó el paso de la Covid 19, se viene advirtiendo que la capital del país está corta de dinero y es necesario apretarse el cinturón.

Prueba de esto es el Decreto 062 que se publicó el pasado mes de febrero y con el cual se asume una política de austeridad en el gasto público de la ciudad, que según lo explicado por el mismo alcalde Carlos Fernando Galán, aplica a todas las entidades y organismos de la administración distrital, con el fin de que se use sólo la plata que sea estrictamente necesaria y evitar el derroche.

Esta normativa se expidió bajo cinco principios entre los que se destacan la modificación de estructuras administrativas, plantas de personal y contratación mediante la figura de Órdenes de Prestación de Servicios (OPS), la reducción del uso de viáticos y gastos de viaje, generar una mejor administración de los servicios y una estrategia de eficiencia del gasto, que ya fueron socializados con todos los funcionarios distritales.

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Si bien este decreto fue un buen primer paso que incluso va en la misma vía de los planes que se le están pidiendo al Gobierno Nacional, hay que dejar en claro que es de carácter temporal, como la mayoría de los cambios que se hacen por decreto, y que carece de una fuerza legal que lo mantenga en el tiempo a largo plazo.

Es por esto que dentro del recién aprobado Plan Distrital del Desarrollo se incluyó una propuesta del concejal Daniel Briceño (del Centro Democrático), que fue aprobada y convierte la austeridad del gasto en un concepto transversal que deberá adoptarse por lo menos en lo que dure este gobierno, con miras a ahorrar casi $1 billón a la capital del país.

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En diálogo con Portafolio, Briceño explicó los pilares que comprenden este cambio que se deberá hacer en el gasto, dejando claro que no obedecen a caprichos políticos, sino a una realidad inamovible que exige un apretón del gasto para evitar que Bogotá pudiese caer en un escenario de déficit en el largo plazo.

“Lo primero que debo decir es que ya es una política pública aprobada en dos debates, afortunadamente ya es una realidad normativa que aprobamos en los espacios que exige la ley dentro del Plan de Desarrollo y lo que buscamos es establecer por primera vez en la historia de la ciudad una política pública transversal y austeridad”, indicó.

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Al explicar un poco más la diferencia entre este acuerdo y decretos como el que se expidieron en febrero, este cabildante explicó que con lo aprobado se garantiza que “no sean únicamente unos decretos que salen de manera coyuntural para lograr bajar algunos gastos, sino que la política pública es según las bases, unos fundamentos de una progresividad, pero también se vuelve una regla general dentro del esquema de funcionamiento del distrito”.

Dentro de los detalles de la iniciativa, Briceño indicó que estos cambios se enfocarán en reducir y racionalizar el número de contratistas en el Distrito, con la meta puesta en disminuir entre un 10% y un 15% la cantidad de personas bajo la modalidad de OPS, lo que se traducirá en un ahorro aproximado de $300.000 mil millones.

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“Claro está que todo depende del sector. Uno sabe que en el sector salud todo está en las subredes y por la informalidad que hay, las cosas en el sector salud, uno sabe que hay proliferación de contratistas. Pero por ejemplo, si hablamos de comunicaciones, y esto es un ejemplo de la vía real. Solo en el despacho de Claudia López se destinaron en los últimos cuatro años, más de $43.000 millones en 654 contratos de prestación de servicios”, dijo el Concejal.

Por otra parte, además de reducir la contratación de funcionarios, otro de los pilares de esta política de austeridad incluye la racionalización de contratos de operación logística para eventos. En este sentido, de ahora en adelante se promoverá que más eventos se realicen de manera virtual o sin gastos excesivos en logística, lo cual ayudará a reducir costos innecesarios en la organización de eventos presenciales.

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“También le apuntamos a las centrales de medios y esto es supremamente importante porque son todos los contratos de pauta y publicidad. Nosotros lo que le planteamos a la administración es que, claro, que la comunicación institucional hay que fortalecerse, pero nosotros le planteamos prohibir o limitar, más bien, la publicidad y pauta de rendición de cuentas”, sostuvo Daniel Briceño.

Para este concejal, si bien los tiempos recientes obligaron a que se realizara un gasto alto con miras a frenar la desaceleración y superar la crisis que vivía Bogotá, en estos momentos la situación exige todo lo contrario, creando la conciencia de que no hay dinero y que cualquier peso mal gastado, es dinero que se pudiese utilizar para garantizar el crecimiento de la iniciativa.

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“Hay que regular todo el tema de viáticos, todo el tema de carros. Nosotros aprobamos a las administraciones un trabajo que vamos a comenzar a implementar y es que el funcionario público que tenga en Bogotá gastos de representación, que es esa porción de 20%, 30% o 40% más el sueldo mensual, no debería tener asignado un carro de manera permanente, únicamente algunos de forma misional”, resaltó el cabildante.

Por último, dentro de los puntos más importantes de este acuerdo también está la creación de un mecanismo similar a "Colombia Compra Eficiente" para el Distrito, que permitirá realizar compras y contrataciones masivas. Esto optimizará los recursos y reducirá costos en servicios como aseo, cafetería y vigilancia.

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“Con todo esto que ya aprobamos, lo mejor es que si la Alcaldía quiere cambiar la política de austeridad, pues tiene que venir al Concejo de Bogotá para que nosotros le aprobemos sus estrategias y entonces eso hace que la Administración esté obligada a implementar estas reglas de juego que pusimos sobre la mesa”, concluyó.

Si las cosas se implementan tal y como quedaron en la iniciativa que ya pasó por el Concejo, se espera que Bogotá tenga un ahorro en el gasto público, a largo plazo, de casi $1 billón, aunque haciendo solo los ajustes de nómina, el ahorro superaría los $300.000 millones en los próximos meses.