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Emprendimiento

07 may 2024 - 10:21 p. m.

Cómo sobrevivir a la montaña rusa que es emprender

Alcagüete, fábrica de ‘snaks’, hace colaboración con competidores que encontraron en ellos la opción de permanencia en el mercado.

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07 may 2024 - 10:21 p. m.
Germán Mejía Aguirre

Alcagüete, empresa de la categoría de snacks saludables, se enfrenta a situaciones que la mayoría de emprendedores de la industria de alimentos vive a diario: portafolio, construcción de marca, cadena de proveedores, regulación y control, codificación en supermercados, definición de nuevos productos y además, la presión permanente de mantener un ritmo de crecimiento sostenible. Adicional, deben saber leer las oportunidades de mercado cada momento y dar el viraje que se requiere.

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El informe anual State of Snacking de Mondelez International, es un estudio de tendencias de consumo global que examina información sobre cómo los consumidores toman decisiones sobre los snacks. Seis de cada diez consumidores globales encuestados en los últimos cinco años, admitieron preferir comer varias comidas pequeñas al día, en lugar de comidas grandes.

La firma concluye que estamos viviendo un cambio en la forma de alimentarnos y esos cambios han sido notables, en las generaciones ‘Z’ y ‘Alfa’, quienes hoy representan el 41% de la población mundial. Dato alentador si advertimos como en medio de la vida acelerada y estresante, se está poniendo mayor énfasis en la salud, bienestar y en la urgencia de una buena nutrición.

Hoy los insumos vegetales son privilegiados y el 43% de las personas a nivel global, consultan los ingredientes del producto mientras compran y buscan marcas que impacten poblaciones vulnerables. De otro lado, el investigador de mercado Innova Market Insights, asevera que adicional a la salud personal, hoy el mercado busca ‘la salud del planeta’. En Latinoamérica el 70% de los consumidores, está dispuesto a pagar más por un snack que impacte positivamente el medio ambiente y el 64%, por tentempiés con componentes de compra local bien remunerada. A esto específicamente fue a lo que Alcagüete apostó.

Alejandro Behar, administrador de empresas que además trabajó varios años para un importante grupo de producción manufacturera y, Andrés Escobar, abogado, miembro de un reconocido bufete, amigos desde temprana edad, coinciden luego de un viaje de mochileros por Asia, Tailandia, Singapur, Laos y Camboya, para arriesgar por el negocio de los alimentos sanos.

La disciplina académica, su actitud, una cuantiosa dosis de lectura sobre experiencias de emprendimientos y múltiples encuentros con expertos y empresarios, les permitió analizar contextos, datos y superar la montaña rusa que implica emprender, para cumplir en este 2024, la primera década de operación. La pandemia exigió un nuevo direccionamiento y agilidad en la ejecución.

Su portafolio inicial, no era suficiente para aquel consumidor que, en medio del encierro, hizo de la cocina, el centro de su hogar. Esta coyuntura los hizo concebir nuevos productos como las ‘premezclas’ de tortas, cereales y arroz con sus respectivas pruebas de mercado. Una empresa grande siempre ganará en presupuesto, alcance, mercadeo, equipo y publicidad. Un emprendimiento tiene la ventaja de saltarse la usual ‘cadena de aprobación corporativa’ sobre nuevos productos, que puede durar entre 8 y 24 meses. 

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En Alcagüete lo han realizado entre 1 y 3 meses, lo que implica evitar ‘anclarse o enamorarse’ de las propias ideas, para poder pivotear y cambiar la estrategia. La nueva línea de preparaciones, llegó a representar el 63% de las ventas. Hoy los hábitos de consumo vuelven a mirar el portafolio de productos como galletas, barras de cereal, snacks y granolas, manteniendo la fidelidad de sus consumidores con los waffles de pandeyuca, choclo, pandebono, almojábana o buñuelo.

La visión de este emprendimiento incluyó el conflicto social que la Organización Mundial de la Salud resalta en la doble carga de la malnutrición: la coexistencia de la desnutrición como tal y la obesidad o sobrepeso. Alcagüete define de manera genuina aportar a la solución de la malnutrición, con el 1% de sus ingresos anuales, entregando productos únicos para niños y madres lactantes.

Igualmente, participan con la fundación Best Buddies Colombia en el programa de inclusión social y laboral de personas con discapacidad intelectual. Tienen acuerdos de compra local con empresas que respetan el trabajo del campesino y lo remuneran justamente. En sostenibilidad ambiental integran en sus procesos la compensación al impacto ambiental, utilizando energías limpias y están en el proceso de certificación de huella de carbono neutro. Su enfoque de gestión con impacto ambiental y social, los llevó a estar certificados como Empresa ‘B’.

Los aprendizajes han costado dinero, exigido grandes esfuerzos y humildad para superarlos. En este sentido, su participación en una cadena de ‘hard discount’ - Justo y Bueno-, que para cualquier emprendedor resultaría un gran logro, significó para ellos, contradecir muchas de sus definiciones.Una de ellas, la conveniencia de estar con este perfil de cliente, no sólo por el momento de desarrollo de la empresa, sino también por la operación que exigía. Al principio lo que fue un logro importante, se convirtió en una ‘tortura’ por varias razones, pues, así como pudieron crecer aceleradamente y contar con escalas importantes de volumen, la producción demandada y el almacenamiento de producto, los ubicó prontamente en el modelo de precios bajos con márgenes muy limitados. Este canal llegó a representar más del 70% de la venta, pero estar allí, les hizo perder oportunidades de desarrollo diferentes y algo de coherencia, respecto de los principios básicos sobre impacto social, ambiental e innovación que los distinguen. Fue necesario revisar las decisiones tomadas y compararlas con el propósito, visión y misión establecidos.

Por último, otro factor que exige precisión y dedicación de recursos, es el costo del control, regulación y vigilancia. El cambio constante de normas y su falta de armonización, genera que muchas de estas empresas renuncien. Alcagüete desarrolla vínculos de colaboración y confianza con competidores que han encontrado en ellos la opción de permanencia en el mercado, maquilando su producto en un ambiente de seguridad. Solo en este año, ya han asumido la producción de dos emprendimientos que no han soportado los zarandeos que implica consolidar empresa. Emprender, pues, no es otra cosa que ser recursivo y competente para reconocer opciones y aprovecharlas, sino también ampliando vínculos para crecer en conjunto. 

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GERMÁN MEJÍA AGUIRRE
Co-fundador bmLab Latam.

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