La transición energética es una de las grandes apuestas de los países para afrontar el cambio climático y ralentizar sus efectos. Esto se ha podido evidenciar en el incremento en la capacidad instalada de energías renovables que entraron en 2023.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) el año pasado se incorporaron 510 gigavatios de tecnologías como la solar y la eólica. Esto representa que el incremento es cercano a 50% frente a lo visto en 2022.
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El informe destaca que China fue el país que lideró y jalonó este dato, puesto que su crecimiento anual fue de 66 % solo para la energía eólica, mientras que la solar fue 75 % de toda la capacidad añadida a nivel mundial.
La Agencia analizó que este es un importante paso en la meta que se trazaron las 150 naciones que asistieron a la COP28, en la que se hicieron compromisos para triplicar la capacidad renovable para 2030.
En términos de energía, esto significaría incorporar 11.000 gigavatios de estas tecnologías para este horizonte.
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“Según las políticas y condiciones de mercado existentes, se prevé que la capacidad renovable mundial alcance los 7.300 gigavatios en 2028. Esta trayectoria de crecimiento haría que la capacidad mundial aumentara a 2,5 veces su nivel actual para 2030, lo que no alcanzaría el objetivo de triplicar”, señala el documento de la agencia.
Por este motivo, la IEA añadió que según el país se requiere analizar alguno de los cuatro principales retos para viabilizar este incremento. La primera dificultad hace referencia a incertidumbre y retrasos con respecto a la política pública; la segunda responde a la inversión insuficiente en infraestructura de transmisión eléctrica que evita el crecimiento de los proyectos renovables.
En tercer lugar, aparecen barreras administrativas y trámites engorrosos, que se suman a las dificultades para la aceptación social.
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Renovables
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La cuarta barrera refiere al financiamiento insuficiente en las economías emergentes.
Con base en esto, la entidad señala que los países deben generar cambios que permitan alcanzar el escenario de triplicar la capacidad. De hecho, el reporte presenta una serie de escenarios en los que abren las posibilidades de crecimiento en la generación eléctrica.
“Sin embargo, para lograr el objetivo global, el ritmo de nuevas instalaciones también debe acelerarse en otros países, incluidas muchas economías emergentes y en desarrollo fuera del G20”, destaca el documento.
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La entidad espera que para los próximos cinco años la matriz mundial cambie de forma importante. De hecho, solo en 2024 las tecnologías eólica y solar fotovoltáica sumarán más capacidad que la hidroelectricidad. Así mismo, en 2025 las renovables no convencionales serán mayores que el carbón, con lo que serán la principal fuente de electricidad a nivel global.
De esta forma, a 2028 estas tecnologías serían el 42% del total de la generación.
DANIELA MORALES SOLER
Portafolio
